lunes, 12 de diciembre de 2011

¿Siete dias para conocer a Cuba?



Claudia Rodríguez León

Con respeto leo la declaración del joven actor (19 años) estadounidense, El actor estadounidense, Josh Hutcherson, de 19 años, quien afirmó _según publica el herald_, que "la visión de sus compatriotas hacia Cuba, “está cambiando” y es hoy “más abierta”. Así afirmó durante una entrevista que le realizaran en el Festival Internacional de Cine de La Habana. Sin embargo, no deja de ser una visión cerrada, más bien la única que pueden tener los estadounidenses como pueblo sobre el cual también gravita el genocida bloqueo impuesto por Washington contra la Mayor de las Antillas, por medio siglo.

Según Hutcherson, considera que "mis colegas tienen hoy una visión diferente, más abierta” y que “la mentalidad de la gente de mi país” hacia Cuba “está cambiando”, declaró a la agencia Prensa Latina Hutcherson, quien a pesar de su corta edad ha trabajado en casi una treintena de filmes, entre ellos “Little Manhattan” (2005).

Por supuesto, desconoce que las limitaciones de este prisma radican en la posición asumida por la Casa Blanca para impedir, no solo el flujo normal de ciudadanos de ambos países (proceso migratorio) sino el intercambio cultural y científico, si tenemos en cuenta la negativa de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana (SINA) en múltiples ocasiones.

El actor viajó por primera vez a la isla en marzo para rodar “El Yuma”, una de las siete historias que integran la película “7 días en La Habana”, filmada por igual número de realizadores, entre ellos el actor puertorriqueño Benicio del Toro, quien debutó como director y también se encuentra en Cuba. No obstante, el filme (con sus siete historias) me recuerda un criterio expuesto por un intelectual cubano, por ejemplo, al referirse al poco interés que muestran las editoriales españolas para asumir (como en años anteriores, poco más de una década más o menos) el llamado "realismo cubano". Decía que a ningún lector español le podían impresionar la existencia de prostitutas en Cuba, ni sus historias de personas agobiadas por el consumo de drogas: un flagelo mundial que; sin embargo, no tiene las gravísimas consencuencias en la sociedad cubana que se observan en otras sociedades consideradas naciones del primer mundo.

No se trata de disminuir una realidad que existe, pero los "7 dias..." tampoco, ofrecen una visión real de la sociedad cubana de hoy, todo lo contrario. En mi criterio se ha propuesto reflejar la parte más sórdida y oscura como reflejo de un país que enfrenta ataques directos e indirectos de la nación más poderosa militar y económicamente del planeta.

Según el herald, "aún no terminó su postproducción y fue presentada en el Festival fuera de concurso, cuenta la historia de un actor estadounidense (Hutcherson) que llega a Cuba para estudiar en la Escuela Internacional de Cine de La Habana, pero en su primera noche en la isla sale a la calle a conocer la vida nocturna del país. El propio Hutcherson relata: “Viví en el set lo mismo que me está sucediendo en ese momento”, comentó el actor, al subrayar que “el pueblo cubano” lo “flechó” y que Cuba “es un país hermoso”.

Para completar esta frase del actor norteamericano sería conveniente mirar desde el otro lado: el lado oscuro del gobierno en Washington que persiste en satanizar al país sobre el cual ha dejado caer todo el odio visceral de la mafia cubano-americana (léase terrorismo) y creado las condiciones para restringir aun más las posibilidades de viaje de estadounidenses a la Isla. Claro está, no es Cuba quien se muestra más abierta, sino la propia dinámica de un país que no se ha dejado sumergir ni en la oscuridad ni en la dependencia del gobierno de los Estados Unidos.

En "7 días..." (título que recuerda el número necesitado por Dios para crear el mundo, y otros relacionados con este número considerado también mágico por adivinos y politólogos) se pierde la esencia que mueve a la resistencia de la mayoría de los cubanos, el por qué luchamos y sobre todo el por qué apoyamos la permanencia de la Revolución en medio de las penurias y limitaciones propias de un país bloqueado. Habría, entonces, como dijo alguien que lamentablemente no recuerdo, levantar el genocida bloqueo y dar la oportunidad (justa) a que los cubanos (con su gobierno) muestren su capacidad de continuar el desarrollo del sistema social que eligieron seguir.

Incluso, recientemente se puso a prueba esta unidad popular cuando un grupo de apatridas basificados en la Florida, partieron hacia la Isla para organizar un espectáculo pirotécnico que sería secundado con el apoyo de los grupúsculos de contrarrevolucionarios frente al malecón habanero. Fracaso total de una acción que ahora secundan las asalariadas (recuérdese que reciben financiamiento directo del gobierno de los Estados Unidos a través de los funcionarios de la SINA) "Damas de Blanco", a proposito del Día Internacional de los Derechos Humanos.

Incluso, la portavoz del grupúsculo, Berta Soler, dijo a EFE (nuevamente se menciona la Agencia Española como si tuviera todos los derechos de la exclusiva, es lógico) “no se respetó el derecho de salir a las calles, pero hicimos la jornada como queríamos porque ejercimos nuestro derecho a la libre expresión con la lectura de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.

Me pregunto: ¿Cómo querian hacerlo?, me refiero a sus protestas infundamentadas, pero ¿a partir de un llamado a la desobediencia civil?

Una vez más reitero que Cuba ha cambiado desde enero de 1959, sin embargo, en consencuencia, el gobierno de los Estados Unidos, ha iniciado una nueva etapa de agresiones contra la Isla. Esta vez, se emplean los más sofisticados medios de la guerra ciberespacial. Quizá no basten "7 días...", tal vez, ni siquiera dos, solo una mirada consecuente a la revisión de una política obsoleta, criminal e imperialista que busca destruir por hambre y crear el descontento de la población cubana hacia su gobierno. Ese es uno de los objetivos del bloqueo impuesto por Washington contra Cuba, el lado oscuro de esta política apenas ha sido visualizado por los propios norteamericanos.

Poster de la película y foto de dos directores de las historias de "7 dias..." Perugorría y del Toro.