martes, 10 de abril de 2012

Las drogas no son el problema de Latinoamérica


Claudia Rodríguez León

Fotos Tomadas de la Internet


La presencia de Estados Unidos en el debate relacionado con las drogas en la VI Cumbre de las Américas, deja una gran interrogante que Washington (por supuesto) no se atreve a responder: ¿Cuál ha sido la responsabilidad directa de Washington en la consolidación de este flagelo que ha creado, por ejemplo, un estado de sitio en naciones como México y Colombia?
No es un secreto que los carteles de la droga han seguido rutas “comerciales” que son bien conocidas por los propios servicios (DEA, entre otros) desde los centros de producción y elaboración en países del Sur hasta los principales lugares de consumo en Norteamérica. Más aún, resulta evidente que –en la complejidad del asunto_ se encuentren involucrados los propios servicios antidrogas estadounidenses y las bases militares que intervienen como fuerza de choque. No es exagerado recordar el caso Irán-contras para entender cómo funciona este asunto.
Sin embargo, Estados Unidos no coopera realmente para eliminar este problema, sino que condiciona las causas a las situaciones que enfrentan los gobiernos víctimas de las políticas imperiales y atrapadas bajo el designio de la Casa Blanca en cuanto a soberanía, equitativo intercambio, transferencias de tecnología y no interferencia en los asuntos internos de los estados. Solo de esta forma se pueden eliminar los graves problemas sociales que atraviesan los pueblos que sobreviven miserablemente en economías depauperadas por la aplicación de políticas neoliberales.
No se trata de revivir la tragedia incontinente de quienes sufren y son las principales víctimas de la droga, reitero, sino de erradicar el mercado y luchar (cooperadamente y sin segundas intenciones) contra los que proveen de recursos logísticos y armas a los carteles que trafican con este negocio.
Una vez mas el doble rasero coloca a Washington en una cumbre que desune a las naciones latinoamericanas y demuestra el empeño de la Casa Blanca para mantener el control sobre el futuro de nuestros pueblos.
Aseguran los medios de prensa acreditados en Cartagena que el mandatario anfitrión, Juan Manuel Santos, “planteará que se abra la discusión sobre este asunto, a fin de evaluar que se está haciendo para combatir este flagelo y si existen alternativas "menos costosas y más efectivas".

¿A qué se refiere Santos?  La cuestión no es difícil de responder: establecer una verdadera cooperación entre las naciones, sin exclusiones (puede tenerse en cuenta el veto de la administración del presidente Obama contra Cuba: nación que se encuentra ubicada entre los corredores marítimos y aéreos por donde también se lleva droga a Estados Unidos) y eliminar la presencia del ejército de Estados Unidos, prácticamente que mantiene sus bases militares en naciones latinoamericanas con otros fines (del Pentágono) imperiales.
Recuérdese el “gorilazo (golpe militar)” en Honduras y se tendrá en cuenta el propósito de Washington. No podemos olvidar el intento de asesinato y golpe de estado contra el presidente Chávez, en Venezuela, la presencia de una flota estadounidense en Costa Rica, el fortalecimiento de las bases de Estados Unidos en Panamá y el intento de tensar la situación (hace unos años) entre Colombia y Venezuela.

(La imagen muestra otro flagelo: la inequidad producida por la voracidad imperialista obliga a la emigración forzada de los pueblos. En la foto el muro colocado en la frontera de México y Estados Unidos).
 
La discusión sobre la lucha contra las drogas en Cartagena de Indias, en opinión del presidente Santos, debe discutirse en diferentes escenarios para ver si hay mejores alternativas y qué combinación de propuestas se puede poner en marcha que sea aceptable para todos los países. Aclaró, empero, que el tema será objeto de discusión, pero no se incluirá en la declaración final de la VI Cumbre.