Fotos de la Internet
Un mortero cegó la vida del fotoperiodista Chris
Hondros. No será la última de las víctimas provocadas por las guerras del
gobierno de Estados Unidos en su expansión hegemónica imperial sobre el resto
del mundo. Antes, murieron otros: todos víctimas causales de un propósito: el
control de los recursos del mundo en manos de los círculos del poder mundial.
Algunos de sus colegas cayeron o caerán bajo la siguiente metralla, otros como
objetivos de francotiradores cuya misión también incluye el silencio de los
reportes relacionados con las acciones bélicas del propio ejército de ocupación
militar imperialista (léase invasores) y mercenarios apostados en los dos
bandos: el intervencionista y el de la oposición al gobierno que Estados Unidos
y sus aliados pretende ejecutar.
No podemos olvidar el asesinato del camarógrafo
español José Couso, en Bagdad (2003) las reclamaciones legales de la familia
Couso, atribuye el crimen a tres soldados estadounidenses que dispararon desde un tanque contra el Hotel Palestina, donde se
hospedaban periodistas que cubrían el conflicto. Estos militares estadounidenses
fueron acusados por un jurado en 2007; sin embargo, el caso fue cerrado en
2008.
El pasado año 129 periodistas murieron en lugares
de conflicto bélico. La cifra corresponde a lugares donde se realizan acciones
de intervención imperial como es el caso de Siria, Afganistán, Iraq y Libia,
por citar algunos. En muchos países bajo el bombardeo mediático de Estados
Unidos y sus aliados, también se observan escalofriantes reportes, como en
Honduras, Guatemala, Salvador, Colombia y México, por citar otros ejemplos.
Según el currículum de Chris Hondros (Libia,
2011), el colaborador de Getty Images
y nominado al Premio Pulitzer, había estado en países como Afganistán, Pakistán, Liberia o Sierra Leona. Pero la
foto que lo hizo trascender fue tomada en Iraq, y en la que aparece una niña cubierta de sangre y gritando después
de que sus padres fueran asesinados por soldados estadounidenses en la ciudad
de Tal Afar.
Imagen que
hizo recordar algunas escenas ya repetidas del holocausto que se vivió durante
la Segunda Guerra Mundial y más reciente en Viet Nam. Era, sin dudas, un
documento que revelaba los horrores que convirtieron en víctimas a los
victimarios que participaron como soldados y después _al regreso a sus países_
murieron por suicidio, eliminaron a familiares, amigos o conciudadanos, o padecen
el síndrome de estas guerras que los consumen lentamente en una especie de
infierno interior del cual no podrán escapar jamás.
Se dice que Hondros
viajaba con la patrulla (del ejército de intervención en Libia) y decidió
publicar las imágenes; a pesar de que sabía que sería expulsado del grupo. Por
supuesto, tal separación se corresponde a la férrea censura impuesta por el
ejército sobre el control de las imágenes tomadas durante operaciones
militares, con el objetivo de que sean publicadas fuera del contexto en el cual
manipulan a millones de personas, de todo el mundo, con una realidad
tergiversada.
Las fotos tomadas en diferentes épocas: La de arriba por Chris y la de abajo por. Huynh Cong "Nick" Ut. Los autores del mismo crimen: El gobierno imperialista de Estados Unidos.
Como era de esperar, tales imágenes, impactaron a la sociedad de su país, Estados Unidos, Estas fotos causaron un hondo impacto en la sociedad norteamericana, convertidos por obra y gracia de los medios de difusión masiva _como a otros millones de personas en todo el planeta_ en los nuevos esclavos que “habitan” atrapados en la virtualidad de las redes ciberespaciales, controlados desde las plataformas: Facebook (quien pretende incrementar 5 000 millones más de usuarios que residen en zonas de difícil acceso de comunicación, mediante drones capaces de permanecer por tiempo indefinido en vuelo (proyecto de avión habilitado con energía solar), Twitter, Google, y otras que tributan para los círculos de poder mundial y sirven de base (de exploración y laboratorio sobre el comportamiento y control de los millones de seres humanos), a partir de las nuevas tecnologías construidas por el Complejo Militar Industrial.
La sistemática
presencia de drones y su construcción por las diferentes potencias mundiales
con (fines bélicos) avizora un mundo para la confrontación entre los hombres
con el apoyo las máquinas, más allá de futurista visión descrita en la famosa
obra de H.G.Wells.
Pero, en el caso de
los periodistas muertos en zonas de conflicto imperial, los reportes sobre
estas víctimas no incluyen expresar la realidad de los hechos, o sea las causas
y mucho menos la presencia de las víctimas y victimarios (militares, también esclavos)
que forman parte del ejército imperial y sus aliados. Solo basta escuchar la
opinión de pilotos de bombardeo de los drones (manejados por control remoto)
sobre los targets. Ellos declaran que son como “insectos”. Así,
específicamente, lo definen los “pilotos” de drones.