jueves, 26 de julio de 2012

El inexplicable plazo de las cuentas por nunca cobrar y pagar (II)


Claudia Rodríguez León

Foto tomada de la Internet

Sumario: Facilitar nuevos créditos bancarios para la renegociación de la deuda interempresarial constituye una respuesta inmediata, pero no la solución a un problema que debe erradicarse a partir de una gestión administrativa consecuente con los objetivos de producción y los servicios.

En el reciente Acto Central por el Aniversario 59 de los ataques a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el Primer Secretario del Partido, General de Ejército Raúl Castro Ruz, reconoció que no hemos logrado los avances que nos proponemos alcanzar para aumentar las producciones de alimentos y servicios, reducir las importaciones y elevar la capacidad de los potenciales básicos que ha logrado crear el país en todos estos años de Revolución.
Citar sus palabras exactas nos llevaría a entender las continuas alertas enel pensamiento del líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, desde la temprana fecha del triunfo de enero de 1959 y los procesos que llevaron al análisis de los errores y tendencias negativas en la década de los ochenta.
De ahí que el acuerdo de priorizar el otorgamiento de créditos bancarios para el pago de sus deudas a entidades del Ministerio de la Agricultura (MINAGRI) y al Ministerio de Comercio Interior (MINCIN), establece un compromiso y se torna en cuestión estratégica, para el país, alcanzar los resultados que se espera de sus trabajadores y directivos.
Según el artículo publicado en el periódico Granma, por la periodista Sheyla Delgado Guerra, se conoce que, al concluir el pasado año, el sistema empresarial del MINAG tenía una necesidad mínima de capitalización valorada en 2 400 millones de pesos y deudas con las sucursales bancarias ascendentes a más de 5 300 millones. De esta última cifra estaban fuera de término 1 300 millones de pesos.
Tal y como ha sido definido en los planteamientos del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Rúz, frente a los delegados al VI Congreso del Partido, tales deficiencias en los controles financieros han sido, cito a el artículo: acarreadas durante décadas y de diversa índole: desde las elevadas pérdidas acumuladas por eventos climatológicos (huracanes, intensas lluvias, sequías periódicas), dificultades organizativas y de control, hasta encubrimientos entre entidades que, por falso compañerismo, se “tapan” unas a otras y no exigen que se “honren” las deudas.
Otra de las cuestiones señaladas refiere el no uso de las letras de cambio y el mal procedimiento con esos títulos de valor no debidamente avalados por el banco lo que, en consecuencia, facilita la ocurrencia de ilegalidades.
No obstante, existen ejemplos loables en relación con lo anterior. La propia periodista lo señala: unido al proceso de depuración de las cuentas vencidas de cobros y pagos pendientes (este último en mayor medida) y a otras acciones acometidas, permitieron reducir los acumulados, en relación con el mes anterior: en un 45,1 % las cuentas por cobrar y en un 23,8 % las por pagar. El ejemplo más claro: el Grupo Empresarial de Logística (sobre todo la Empresa Mayorista Central de Productos Agropecuarios), que en apenas un mes las disminuyó de modo general en ocho veces.
Es por esta razón que concluyo mi referencia, en el blog, con la segunda y última parte del artículo de Sheyla Delgado Guerra.

NI VÍCTIMAS NI VICTIMARIOS… SOLUCIONES
Las entidades que más le deben al sistema empresarial de la Agricultura son
algunas del MINCIN, específicamente la Empresa Territorial Comercializadora de Productos Agropecuarios (ETCPA) y la Unión Alimentaria (UNAL), con un adeudo que supera entre ambas los 235 millones de pesos; le siguen otras que
están subordinadas al Poder Popular en las 15 provincias, con 32 millones en total; empresas de la Industria Alimentaria (fundamentalmente las Cárnicas y de Conservas de Vegetales), que suman nueve millones de CUP; dependencias del Grupo Azucarero y de la Industria Básica. En la mayoría de los casos se han hecho los análisis y formulado las demandas que corresponden en las Salas de lo Económico de los tribunales.
No obstante, resulta curioso que el principal deudor de la Agricultura sea su
propio sistema empresarial, el cual registra cuentas por cobrar aplazadas de 413 millones pesos en total, además de las UBPC y el sector cooperativo y campesino que deben 45,7 millones de pesos.
Ahora bien, ¿a quiénes les deben en mayor medida las empresas del MINAG?
Al igual que en los cobros fuera de término, en las cuentas por pagar se repite la concentración de saldos morosos en sus propias estructuras empresariales, las que tienen vencimientos por alrededor de 527 millones de pesos, el 70 % del total.
Siguen en el orden de las cuentas por pagar de la Agricultura: la empresa importadora de alimentos Alimport, a la que al cierre del 2011 le debían unos 200 millones de pesos (ya han podido liquidarles una parte y el resto fueron conciliadas y renegociadas); además a entidades de la Industria Básica, principalmente a la Unión Eléctrica, Quimimport y Poligom; y a dependencias de los ministerios de la Industria Sideromecánica, de la Industria Ligera, y del Transporte.
Todas estas irregularidades son la fuente básica del delito y la corrupción.
A estos organismos se ha dado máxima prioridad en los pagos, hasta donde
ha sido posible, y en la renegociación para lograr liquidarlas en lo que resta
del año, informó el director de Finanzas del MINAG.
Es preciso destacar que el pago a los productores ha tenido una mayor exigencia y control, dado en lo esencial por el sistema de facturación, explicó. También dijo que en diciembre del año anterior se les debía en total más de seis millones de pesos (un millón por las empresas del MINAG y el resto de otros organismos), cifra que se redujo cinco veces al término de mayo pasado.
“Gracias al trabajo mancomunado con varios ministerios y con el Banco Central
de Cuba en los últimos meses hemos avanzado, pero todavía falta profundizar
en diversas direcciones; los contratos, por ejemplo, con la definición clara de
los plazos y condiciones en las cláusulas para los cobros y pagos, y si se excede de la fecha pactada dejar explícitas las comisiones a devengar”, significó.
Otra cuestión impostergable es la eficiencia en la contabilidad de algunas
empresas, responsables en buena medida de no pocos descalabros y de la falta de credibilidad ante sucursales bancarias en el país.
La Agricultura no puede detener, bajo ningún concepto, el abastecimiento de
productos agropecuarios a la población, así le paguen otros organismos o dejen de hacerlo. Por ello deben instrumentarse medidas más enérgicas en cuanto a las sanciones a los incumplidores —no solo en el sistema empresarial del MINAG, sino en los demás OACE— para no tener que buscar víctimas ni victimarios en este asunto y evitar que las buenas intenciones se conviertan en pura retórica de “cuentas” vencidas que no dan para más.
 

El inexplicable plazo de las cuentas por nunca cobrar y pagar (I)


Claudia Rodríguez León

Foto tomada de la Internet

Sumario: Las cuentas por cobrar y pagar no solo demuestran fisuras en el sistema de control empresarial, sino que contradicen las orientaciones de la dirección central del Estado en correspondencia con las regulaciones dispuestas por el Banco Central de Cuba, desde mediados de los años noventa, para restablecer la disciplina financiera en el país.

Una vez más puede quedar sobre el papel impreso la esencia de un excelente artículo que aborda el escabroso tema relacionado con el saneamiento de las finanzas internas. Bajo el crédito de la  periodista Sheyla Delgado Guerra (publicado el viernes 29 de junio de 2012, en el periódico Granma) el texto enumera una serie de argumentos planteados en la buscar soluciones _ya legisladas y contempladas en el sistema bancario cubano_ para resolver las cuestiones de la indisciplina financiera que involucra a empresas de subordinación estatal en el inexplicable proceso de las cuentas por pagar y cobrar.

La articulista hace mención a una reunión del Consejo de Ministros donde se constató que, hasta el cierre de junio del 2011, el Organismo de la Administración Central del Estado (OACE) con más cobros por efectuar vencidos en su sistema empresarial era el Ministerio de la Agricultura (MINAG),
con 892 millones 800 mil pesos y —a su vez— el segundo del país en las cuentas por pagar atrasadas, con un monto aproximado de 700 millones (CUP).

Una cifra alarmante si tenemos en cuenta la vulnerabilidad de las producciones agrícolas en cuanto a la necesidad de insumos, imprescindibles para algunos cultivos y que deben ser adquiridos en el mercado exterior, además de los cambios e incidencias climatológicas, factores que influyen tanto como los errores cometidos por cuestiones humanas asociadas a deficiencias, insuficiencias y otros de índole subjetivo en cuanto a las decisiones a tomar en cada caso.

Pero no se justifica que no constituya asombro (de estos números) tan solo porque las empresas de la Agricultura exhiben los mayores “números” en este sentido, pues son ellas precisamente (de forma general) las que registran mayores volúmenes en la venta de productos y en la compra de insumos, y no ha existido una responsable y exigente disciplina contable. Lo preocupante está en que la tierra —o mejor, los cultivos— necesitan atención todos los días y cualquier dilación en los pagos a una empresa, activa una compleja cadena de adeudos que involucra a numerosas entidades y, en definitiva, puede atentar contra la garantía de la producción de alimentos.

Es precisamente esta cadena de impagos la que resulta improcedente porque el banco posee las herramientas o regulaciones que le permite a las entidades evitar los impagos interempresariales sin que conlleve a una renegociación para facilitar nuevos créditos; a pesar de los riesgos implícitos en los millonarios débitos contraídos por estas personas jurídicas sin capacidad demostrada para solucionar sus problemas financieros.

Recuerdo que apenas se menciona el Proceso de Perfeccionamiento Empresarial y que llevó al análisis exhaustivo de las entidades que aspiraban a la certificación correspondiente y, en consecuencia, el apoyo de los trabajadores porque sus intereses estaban representados directamente en las ganancias de las producciones reportadas.

Según la articulista en el mes de octubre del 2011 volvió a dirigir la mirilla del Consejo de Ministros hacia el análisis de esta situación, con el “lente” enfocado sobre todo en las causas que habían generado tales descalabros en diferentes
organismos, y a partir de ahí se aprobó la implementación de un conjunto
de medidas —de carácter interno en el nivel empresarial y otras adoptadas
por las instituciones bancarias y financieras— en aras de revertir el lamentable
panorama, comentó (…) Manuel Agüero Suárez, director de Finanzas
del MINAG.
Seguidamente expone cuestiones más que discutidas en diferentes momentos y con tendencia a no encontrar respuestas halagüeñas si las entidades _que afectan la economía nacional_ no cumplen primero con la regularización de sus correspondientes deudas, antes de ser analizadas para recibir los créditos bancarios. No al revés. O sea no hacer concesiones que conduzcan al acomodamiento por decirlo de otra manera al tener en cuenta (sus directivos) la posición del Estado para impedir, por una cuestión lógica, el incremento de sus deficiencias financieras.

En sus declaraciones el director de finanzas del MINAG, informó acerca de la realización, en todo el país, de un proceso de conciliación  entre deudores y acreedores de estas cuentas por cobrar y pagar y las que pasen de 60 días deberán ser “documentadas” porque, en ese río revuelto de impagos es imposible detectar y enfrentar cualquier presunto hecho delictivo que se esconda “tras bambalinas”.

¿Quién paga realmente por estas deficiencias? Por supuesto que la economía nacional. Es por esa razón que enfatizaré en la necesidad de poner algunas cuestiones sobre el tapete en  la segunda parte del análisis que llevaré a este blog, a partir del importante artículo de la periodista Sheyla Delgado Guerra. Por demás, recoge la esencia de las palabras del Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Rúz _en el Acto Central por el Aniversario 59 de los ataques a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes (celebrado en Guantánamo)_ cuando se refirió a la necesidad de trabajar con eficiencia y cumplir cada cual desde su puesto de labor con lo que le corresponde.

La generación que multiplicó las esperanzas




Claudia Rodríguez León

Foto tomada de la Internet

Sumario: Las razones que llevaron a la Generación del Centenario del Apóstol a dar su vida por la Patria permanecen vigentes en las nuevas batallas que enfrenta el pueblo cubano frente a la posición injerencista del gobierno de Estados Unidos y su propósito mediato para destruir la Revolución y consumar la anexión de la Mayor de las Antillas.

El pueblo de Guantánamo celebra la histórica jornada del Acto Nacional por el aniversario 59 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Una fecha histórica convertida en símbolo de la rebeldía nacional y comienzo de la última etapa de lucha del pueblo cubano para alcanzar su plena independencia con el triunfo del Ejército Rebelde en 1859.
Así lo confirma el entusiasmo de quienes comparten en las redes sociales la significación de tan importante efemérides que marcó el destino de una nación dispuesta a defender la soberanía e independencia como derecho pleno y en correspondencia al legado de los próceres de la Patria.
Para los guantanameros la sede del Acto Central demuestra el esfuerzo sostenido para continuar la defensa de los principios defendidos por el pueblo y su Revolución, pero también se convierte en ejemplo imperecedero para quienes sostenemos el principio de defensa del Socialismo frente a las presiones mediáticas de Washington y sus acólitos imperialistas europeos que nada podrán con la fortaleza de las ideas de independencia y antimperialismo extendida por la nueva Patria Grande Latinoamericana.