jueves, 12 de enero de 2012

La cara oculta de Barack Obama


Claudia Rodríguez León

Foto: Tomada de la Internet


Poco después de que el presidente Barack Obama se instalara en la Casa Blanca, millones de norteamericanos pensaron que asistían a uno de los eventos que daría un giro en dirección contraria a la política seguida por las anteriores administraciones con respecto a las abismales diferencias sociales que afectan, fundamentalmente, a las comunidades negras y latinas en Norteamérica. Pero se equivocaron. También erraron los que, fuera de la Unión, esperaron un cambio en la estratégica actitud belicista mantenida por el imperio en su propósito de controlar las reservas energéticas y los principales recursos dispersos en naciones de todo el mundo.
Con respecto a Cuba, recuerdo que al principio, se mantuvo cauteloso. Apenas quería hacer referencia al tema, a pesar de las expectativas creadas por sus propias declaraciones preelectorales y que motivaron el apoyo del entonces candidato presidencial en la comunidad cubana asentada en el estado de Florida. Por supuesto, manipulada por los influyentes congresistas Ileana Ros Lethinen, Bob Menéndez y los hermanos Díaz-Balart, por citar los más visibles personajes que mantienen una abierta posición contra la Revolución cubana desde sus escaños en el Congreso estadounidense (léase permanencia y vigencia de leyes extraterritoriales como la Helm-Burton y Torricelly).
Sin embargo, a pesar de la crisis presupuestaria que abruma a la Casa Blanca, el presidente Barack Obama, hace unos meses atrás, solicitó un aumento de los fondos para las operaciones de su gobierno contra Cuba durante el año fiscal 2012. El proyecto de presupuesto federal para dicho período, que comienza el 1 de octubre de 2011, incrementa en más de cuatro millones de dólares el dinero asignado el pasado año a esas acciones, o sea un acrecimiento del 34 por ciento, revelan documentos oficiales.
Esos fondos están destinados a fortalecer la labor de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA), y la Oficina de Asuntos Cubanos que dirige la política hacia la vecina isla desde el Departamento del Estado en Washington, señala el sitio en Internet cubamoneyproject.org.
Según un reporte fechado por el sitio digital cubano Cubadebate y la Agencia Internacional de Noticias, Prensa Latina, en total _para las operaciones de ambas oficinas en 2012_, serían asignados 11 millones 742 mil dólares, monto superior al asignado para el actual año, ascendente a ocho millones 735 mil, compara ese medio digital del periodista y profesor norteamericano Tracey Eaton. Esto significa que del incremento de cuatro millones 88 mil dólares solicitados para el 2012, según la documentación hecha pública por cubamoneyproject.org, las arcas de la SINA recibirían un millón 82 mil dólares, y la Oficina de Asuntos Cubanos en Washington, tres millones seis mil dólares.
Los detalles se encuentran en la argumentación de la propuesta del Presupuesto del gobierno federal estadounidense previsto para 2012, documento sometido por la administración de Obama al Congreso el 14 de febrero del año en curso. A los analistas internacionales les resulta significativo que, en época de recortes presupuestarios, _incluso la Casa Blanca_ propuso y solicite un aumento para financiar las operaciones de Washington hacia Cuba.
A lo largo de los años, el gobierno cubano ha denunciado insistentemente el papel que juega la SINA en la ejecución de la política y acciones subversivas contra la isla y la participación de la USAID en el cumplimiento de los programas subversivos y en cuyo presupuesto se observan otros gastos relacionados con planes de agresión contra Cuba. Por ejemplo, el presupuesto incluiría 30.5 millones de dólares para las emisoras anti-cubanas Radio y TV Martí, tal como consigna el documento a consideración del Congreso estadounidense.
Se conoce que la administración de Obama propone gastar 20 millones de dólares en 2012 en los llamados programas para fomentar la democracia en Cuba, principalmente a través la agencia gubernamental USAID con el objetivo expreso de compulsar un “cambio de régimen” en la isla. Por ejemplo, en 1996, esa “agencia” invirtió por lo menos 140 millones en tales programas, señaló el periodista Eaton en otro de sus artículos.
La nota publicada por cubamoneyproject apunta que el Departamento de Estado pide estos grandes aumentos en los gastos relacionados con Cuba mientras solicita un incremento global para sus finanzas de solo un uno por ciento y propone cortes drásticos en otros acápites. En total, el dinero públicamente solicitado por la Casa Blanca al Capitolio para financiar sus políticas contra Cuba durante 2012 se eleva a 62.24 millones de dólares, sumando las partidas de la SINA, su oficina rectora en Washington, la USAID y Radio/TV Martí.
Los planes de la nueva administración contra Cuba no han cambiado el propósito de quienes le precedieron en la Oficina Oval, solo que el esfuerzo por reforzar su imagen, ante el mundo, es cada vez más cuestionable; aun cuando le fuera concedido (de manera increíblemente urgente) el “premio nobel de la paz”.

En la foto Alan Gross, quien bajo la cobertura de empresario realizaba actividades subversivas en Cuba para los servicios de inteligencia de los Estados Unidos (imagen tomada de la Internet)



Guantánamo hará crecer la nariz de Obama

No me sorprende la publicación de The New York Times con respecto a la ocupación ilegal de Guantánamo y su conversión en una de las tantas prisiones que el gobierno de Estados Unidos utiliza para mantener a personas incautadas en los países que han invadido con sus tropas. El presidente Barack Obama, había prometido el cierre de este lugar como cárcel, pero todo el "cambio" se quedó en sus promesas para ocupar la presidencia. Por eso propongo este artículo que encontré en Cubadebate. También inserto otro publicado un tiempo antes.    Claudia Rodríguez León By JONATHAN M. HANSEN Cambridge, Mass. The New York Times Traducido por Cubadebate En los 10 años transcurridos desde que el campo de detención de Guantánamo se abrió al debate angustioso de si se cierra la instalación o se mantiene de forma permanente, se ha ocultado un fracaso más profundo que se remonta a más de un siglo e implica a todos los estadounidenses, y tiene que ver con nuestra continua ocupación del propio territorio de Guantánamo. Ya es hora de devolver este enclave imperialista a Cuba. Desde el momento en que el gobierno de los Estados Unidos obligó a Cuba a arrendar la bahía de Guantánamo como una base naval para nosotros, en junio de 1901, la presencia de Estados Unidos ha sido más que una piedra en el zapato de Cuba. Ha servido para recordar al mundo la larga historia del militarismo intervencionista de Estados Unidos. Pocos gestos tendrían un efecto más saludable en el sofocante callejón sin salida de las relaciones cubano-estadounidenses, que la devolución de esta pieza codiciada de tierra. Las circunstancias por las que los Estados Unidos llegaron a ocupar Guantánamo son tan preocupantes como su última década de actividad allí. En abril de 1898, las fuerzas estadounidenses intervinieron durante tres años en Cuba, en el momento en que los cubanos luchaban por su independencia y tenían esta guerra casi ganada, de modo que convirtieron la Guerra por la Independencia de Cuba en lo que los estadounidenses siguen la costumbre de llamar “Guerra Hispano-Americana”. Los funcionarios estadounidenses luego excluyeron al Ejército de Cuba en el armisticio y les negaron un lugar a Cuba en la conferencia de paz de París. “Hay tanta ira natural y angustia en toda la isla”, comentó el general cubano Máximo Gómez en enero de 1899, después de la firma de la paz, “porque el pueblo no ha podido celebrar realmente el triunfo tras el fin del poder de los antiguos gobernantes.” Curiosamente, la declaración de los Estados Unidos en torno a la guerra con España incluye la garantía de que Estados Unidos no buscó intervenir “la soberanía, jurisdicción o control” sobre Cuba y que su intención era “dejar el gobierno y el control de la isla a su pueblo.” Pero después de la guerra, los imperativos estratégicos primaron sobre la independencia de Cuba. Los Estados Unidos querían el dominio de Cuba, junto con las bases navales desde las cuales lo ejerce. Introdujeron al general Leonard Wood, a quien el presidente William McKinley había nombrado gobernador militar de Cuba, y con él las disposiciones que se conocieron como la Enmienda Platt. Dos de estas disposiciones fueron particularmente odiosas: una garantía de que los Estados Unidos ejercerían el derecho de intervenir a voluntad en los asuntos cubanos, y la otra, que instituía para siempre la venta o arrendamiento de estaciones navales. Juan Gualberto Gómez, delegado principal de la Convención Constituyente de Cuba, dijo que la Enmienda haría de los cubanos “un pueblo vasallo”. Presagio de la crisis de los misiles cubanos, proféticamente Juan Gualberto advirtió que las bases extranjeras en suelo cubano sólo traerán para Cuba “conflictos que no saldrán de nuestra propias decisiones y en los que no tenemos ningún interés”. Pero era una oferta que Cuba no podía rechazar, como Wood informó a los delegados. La alternativa a la Enmienda fue la continuación de la ocupación. Los cubanos recibieron el mensaje. “Hay, por supuesto, poco o nada de la verdadera independencia, que se fue de Cuba con la Enmienda Platt”, comentó Wood al sucesor de McKinley, Theodore Roosevelt, en octubre de 1901, poco después de que la Enmienda Platt fuera incorporada a la Constitución cubana. “Los cubanos más sensibles comprenden esto y sienten que lo único consistente ahora es buscar la anexión.” Pero con Platt en su lugar, ¿quién necesitaba la anexión? Durante las próximas dos décadas, los Estados Unidos en repetidas ocasiones enviaron infantes de marina con sede en Guantánamo para “proteger sus intereses en Cuba” y la redistribución de tierras que habían sido bloqueadas. Entre 1900 y 1920, 44.000 norteamericanos se establecieron en Cuba, para impulsar la inversión de capital en la isla, que partió de unos 80 millones de dólares a un poco más de mil millones de dólares y llevó a un periodista a comentar que poco “a poco, la isla entera está pasando a manos de los ciudadanos estadounidenses”. ¿Cómo lucía esto desde la perspectiva de Cuba? Bueno, imagínese que al final de la Revolución Americana los franceses hubieran decidido permanecer aquí. Imagínese que los franceses se hubieran negado a permitir que Washington y su ejército asistieran a la tregua en Yorktown. Imagínese que negara en el Congreso Continental un asiento a los estadounidenses en el Tratado de París, que expropiaran los bienes de los ingleses, ocupado el puerto de Nueva York, enviara tropas para aplastar a los Shays y a otras rebeliones y luego emigrara a las colonias en masa, robándose lo más valioso de nuestras tierras. Tal es el contexto en el que los Estados Unidos llegó a ocupar Guantánamo. Se trata de una historia excluida de los libros de texto estadounidenses y abandonados en los debates sobre el terrorismo, el derecho internacional y el alcance del poder ejecutivo. Pero es una historia conocida en Cuba (que motivó la Revolución de 1959) y en toda América Latina. Esto explica por qué Guantánamo sigue siendo un símbolo evidente de la hipocresía en todo el mundo. No hace falta siquiera hablar de la última década. Si el presidente Obama reconoce esta historia y pone en marcha el proceso de devolución de Guantánamo a Cuba, podría comenzar a reparar los errores de los últimos 10 años que pesan sobre nosotros, por no hablar de cumplir con una promesa de campaña electoral. (Dada la intransigencia del Congreso, no hay mejor manera de cerrar el campo de detención que entregar ese territorio con la base naval incluida.) Rectificaría un agravio secular y sentaría las bases para nuevas relaciones con Cuba y con otros países en el hemisferio occidental y en todo el mundo. Por último, se enviaría un mensaje inequívoco de que la integridad, auto-control y transparencia no son una prueba de debilidad, sino los atributos indispensables de liderazgo en un mundo siempre cambiante. Seguramente no hay manera más apropiada de observar este sombrío aniversario de hoy, que defender los principios que Guantánamo socavó hace más de un siglo. *Jonathan M. Hansen, profesor de estudios sociales en Harvard, es el autor de “Guantánamo: Una Historia americana”
Obama legitima el penal de la vergüenza a los diez años de su apertura
8 Enero 2012
Por Francesc Peirón La Vanguardia, España
Hay aniversarios que se festejan, otros que se lloran, que emocionan. Los hay que sonrojan.
“He oído cosas aquí que me recuerdan a los nazis. Esto no es EE.UU., al menos no es la América que yo soñé”.
El comentario surge del público que asiste a un acto del Centro por los Derechos Constitucionales (Center for Constitucional Rights) en el Brecht Forum de Nueva York. Una más de las citas con vistas al 10.º aniversario -el miércoles- de la apertura del centro de detención de Guantánamo, símbolo de la vulneración de los derechos humanos durante la Administración de George W. Bush tras los atentados del 11-S.
Barack Obama, su sucesor en la Casa Blanca, no sale mejor parado en las opiniones expresadas en este púlpito de la izquierda estadounidense. Les ha defraudado. El 22 de febrero del 2009, a los dos días de arrancar su mandato, firmó un decreto presidencial que obligaba a cerrar “no más de un año después de la fecha de esta orden”, el penal ubicado en la base naval que EE.UU. abrió en Cuba en 1903.
La promesa caducó en febrero del 2010. Siguen ahí 171 personas, sin que se les formulen cargos ni hayan sido puestas a disposición judicial. De todos los presos, el Departamento de Justicia consideró en el 2010 que “sólo” 48 deben permanecer en prisión indefinida sin opción de ir a un tribunal. La medida se justifica bajo la apelación de documentación secreta, vetada, porque supondría dar publicidad a información restringida. No son pocos los que, tras ese planteamiento, no ven más que un eufemismo para ocultar una acción desproporcionada que carece de motivación legal. De una población de 779 residentes que llegó a haber, unos 600 fueron liberados de la misma manera que los detuvieron. Según datos de diversas organizaciones, sólo seis han recibido condena o la han pactado tras comparecer ante una comisión militar.
Entonces, cuando se conoció ese informe del Departamento de Justicia, había 196 detenidos, bastantes en régimen de aislamiento. Escasamente una veintena han conseguido abandonar el recinto en estos casi dos años. Hoy, de los 171 que quedan, a 89 se les ha aprobado la transferencia a su casa o un tercer país. Pero siguen en la isla. La Administración carece de prisa por acabar, en la mayoría de los casos, con diez años de confinamiento.
“Mi abuela me preguntó qué hacía yo trabajando en un lugar donde encarcelan a musulmanes”, confiesa Ramzi Kassem, de origen libanés, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) y defensor desde el año 2006 de una docena de detenidos. Ha viajado 40 veces a Guantánamo, al principio cada dos meses. “Viví en Iraq, en Siria, en Jordania, países donde vi cosas de regímenes totalitarios que también estoy viendo aquí”. Kassem entiende y justifica el desengaño con el presidente Obama, cuya elección en noviembre del 2008 incluso la celebró “la gente invisible” del penal de la vergüenza. Sin embargo, y según este abogado y profesor, el presidente demócrata se ha atrevido a ir más allá que el republicano.
“Obama no sólo ha incumplido su promesas, sino que ha mantenido las políticas de Bush y las ha expandido al hacerlas permanentes. Ha dado sentido de normalidad a medidas que se supone que eran excepcionales”. En esta línea, remarca, el presidente rubricó el primer día del año la acta de autorización de defensa nacional. Esta medida permite, entre otras, la detención, sin juicio, de supuesto sospechosos de pertenecer a Alqaeda o aliados. Esta autorización refuerza la aprobada después del 11-S.
Amnistía Internacional ha elaborado un documento para el décimo aniversario de Guantánamo cuyo título evidencia la denuncia: Una década de daño. No habían pasado ni dos meses de la orden de George W. Bush cuandop sus asesores le presentaron “la localización apropiada” para mantener encerrados a los detenidos en la guerra contra el terror.
Allí enviaron a todos aquellos -algunos después de pasar por otro lugar para la infamia: Bagram, en Afganistán- que el Gobierno calificó como “lo peor de entre lo peor”. No tenían nombre. Simplemente se les consideraba “enemigos combatientes”. A ninguno se le dio la oportunidad de defenderse. Los soldados estadounidenses capturaron a un porcentaje mínimo. La mayoría acabó detenida por chivatazos de lugareños, que recibieron una gratificación económica.
Tuvieron que pasar dos años para que, previa orden del Tribunal Supremo, se les reconociera el derecho a recibir la atención de un abogado. Los “encarcelamientos ejecutivos” de Bush no podían impedir la asistencia jurídica. El conflicto no acabó ahí,Washington prosiguió pleiteando para tratar de cerrar esa puerta. El máximo tribunal zanjó el asunto en el 2008. Pese a esa victoria, los detenidos han seguido residiendo en un limbo legal. Obama hizo campaña en contra del penal y el propio Bush empezó a ver las cosas de otra manera con el tiempo.
En sus memorias, publicadas en el 2010, defiende la apertura del presidio en Guantánamo. Pero matiza que, al iniciar su segundo mandato en el 2005, comprendió que “se había convertido en un arma de propaganda para los enemigos y una distracción para los aliados”. Su apuesta era la de encontrar la mejor manera que condujera a su cierre.
Guantánamo continúa y como reconoce Ramzi, “no se vislumbra el final”. Obama ha incumplido su promesa. Fracasó en su intentó -porque se lo bloqueó el Congreso- de trasladar a los detenidos a territorios estadounidense. Ni siquiera ha logrado que el autoproclamado cerebro del ataque a las Torres Gemelas, Jalid Sheij Mohamed, sea juzgado por un tribunal civil en Nueva York.
“La administración Obama dice que no es por su culpa, que si los republicanos, que si esto, que si lo otro. pero el problema es Obama, que debería llevar a esas personas a juicio a liberarlas”, sostiene Leili Kashani, del Center for Constitucional Rights. “Es inaceptable -proclama-, como lo es que haya incrementado el bombardeo con los drones”.
 En la foto marines orinando sobre talibanes muertos
Obama legitima el penal de la vergüenza a los diez años de su apertura
8 Enero 2012
Por Francesc Peirón La Vanguardia, España
Hay aniversarios que se festejan, otros que se lloran, que emocionan. Los hay que sonrojan.
“He oído cosas aquí que me recuerdan a los nazis. Esto no es EE.UU., al menos no es la América que yo soñé”.
El comentario surge del público que asiste a un acto del Centro por los Derechos Constitucionales (Center for Constitucional Rights) en el Brecht Forum de Nueva York. Una más de las citas con vistas al 10.º aniversario -el miércoles- de la apertura del centro de detención de Guantánamo, símbolo de la vulneración de los derechos humanos durante la Administración de George W. Bush tras los atentados del 11-S.
Barack Obama, su sucesor en la Casa Blanca, no sale mejor parado en las opiniones expresadas en este púlpito de la izquierda estadounidense. Les ha defraudado. El 22 de febrero del 2009, a los dos días de arrancar su mandato, firmó un decreto presidencial que obligaba a cerrar “no más de un año después de la fecha de esta orden”, el penal ubicado en la base naval que EE.UU. abrió en Cuba en 1903.
La promesa caducó en febrero del 2010. Siguen ahí 171 personas, sin que se les formulen cargos ni hayan sido puestas a disposición judicial. De todos los presos, el Departamento de Justicia consideró en el 2010 que “sólo” 48 deben permanecer en prisión indefinida sin opción de ir a un tribunal. La medida se justifica bajo la apelación de documentación secreta, vetada, porque supondría dar publicidad a información restringida. No son pocos los que, tras ese planteamiento, no ven más que un eufemismo para ocultar una acción desproporcionada que carece de motivación legal. De una población de 779 residentes que llegó a haber, unos 600 fueron liberados de la misma manera que los detuvieron. Según datos de diversas organizaciones, sólo seis han recibido condena o la han pactado tras comparecer ante una comisión militar.
Entonces, cuando se conoció ese informe del Departamento de Justicia, había 196 detenidos, bastantes en régimen de aislamiento. Escasamente una veintena han conseguido abandonar el recinto en estos casi dos años. Hoy, de los 171 que quedan, a 89 se les ha aprobado la transferencia a su casa o un tercer país. Pero siguen en la isla. La Administración carece de prisa por acabar, en la mayoría de los casos, con diez años de confinamiento.
“Mi abuela me preguntó qué hacía yo trabajando en un lugar donde encarcelan a musulmanes”, confiesa Ramzi Kassem, de origen libanés, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) y defensor desde el año 2006 de una docena de detenidos. Ha viajado 40 veces a Guantánamo, al principio cada dos meses. “Viví en Iraq, en Siria, en Jordania, países donde vi cosas de regímenes totalitarios que también estoy viendo aquí”. Kassem entiende y justifica el desengaño con el presidente Obama, cuya elección en noviembre del 2008 incluso la celebró “la gente invisible” del penal de la vergüenza. Sin embargo, y según este abogado y profesor, el presidente demócrata se ha atrevido a ir más allá que el republicano.
“Obama no sólo ha incumplido su promesas, sino que ha mantenido las políticas de Bush y las ha expandido al hacerlas permanentes. Ha dado sentido de normalidad a medidas que se supone que eran excepcionales”. En esta línea, remarca, el presidente rubricó el primer día del año la acta de autorización de defensa nacional. Esta medida permite, entre otras, la detención, sin juicio, de supuesto sospechosos de pertenecer a Alqaeda o aliados. Esta autorización refuerza la aprobada después del 11-S.
Amnistía Internacional ha elaborado un documento para el décimo aniversario de Guantánamo cuyo título evidencia la denuncia: Una década de daño. No habían pasado ni dos meses de la orden de George W. Bush cuandop sus asesores le presentaron “la localización apropiada” para mantener encerrados a los detenidos en la guerra contra el terror.
Allí enviaron a todos aquellos -algunos después de pasar por otro lugar para la infamia: Bagram, en Afganistán- que el Gobierno calificó como “lo peor de entre lo peor”. No tenían nombre. Simplemente se les consideraba “enemigos combatientes”. A ninguno se le dio la oportunidad de defenderse. Los soldados estadounidenses capturaron a un porcentaje mínimo. La mayoría acabó detenida por chivatazos de lugareños, que recibieron una gratificación económica.
Tuvieron que pasar dos años para que, previa orden del Tribunal Supremo, se les reconociera el derecho a recibir la atención de un abogado. Los “encarcelamientos ejecutivos” de Bush no podían impedir la asistencia jurídica. El conflicto no acabó ahí,Washington prosiguió pleiteando para tratar de cerrar esa puerta. El máximo tribunal zanjó el asunto en el 2008. Pese a esa victoria, los detenidos han seguido residiendo en un limbo legal. Obama hizo campaña en contra del penal y el propio Bush empezó a ver las cosas de otra manera con el tiempo.
En sus memorias, publicadas en el 2010, defiende la apertura del presidio en Guantánamo. Pero matiza que, al iniciar su segundo mandato en el 2005, comprendió que “se había convertido en un arma de propaganda para los enemigos y una distracción para los aliados”. Su apuesta era la de encontrar la mejor manera que condujera a su cierre.
Guantánamo continúa y como reconoce Ramzi, “no se vislumbra el final”. Obama ha incumplido su promesa. Fracasó en su intentó -porque se lo bloqueó el Congreso- de trasladar a los detenidos a territorios estadounidense. Ni siquiera ha logrado que el autoproclamado cerebro del ataque a las Torres Gemelas, Jalid Sheij Mohamed, sea juzgado por un tribunal civil en Nueva York.
“La administración Obama dice que no es por su culpa, que si los republicanos, que si esto, que si lo otro. pero el problema es Obama, que debería llevar a esas personas a juicio a liberarlas”, sostiene Leili Kashani, del Center for Constitucional Rights. “Es inaceptable -proclama-, como lo es que haya incrementado el bombardeo con los drones”.

martes, 10 de enero de 2012

Una fábula antigua y la versión norteamericana de Pedro y el Lobo


Claudia Rodríguez León

Fotos tomadas de la Internet


Cuando el gobierno de Estados Unidos decidió lanzar las bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, abrían un nuevo camino en medio del estupor internacional frente a lo que podría ser el empleo de esta arma en el futuro, pero con un propósito claro, tal como lo ha demostrado décadas después el nuevo gobierno del señor Barack Obama y en las declaraciones del secretario de defensa León Panetta:
“Como fuerza global, nuestros militares jamás estarán haciendo solo una cosa. Nuestras fuerzas armadas serán responsables de una gama de misiones y actividades en todo el planeta, de alcance, duración y prioridad estratégica variadas. Esto realza la necesidad de fuerzas flexibles y adaptables que puedan responder rápida y eficazmente a una variedad de contingencias y adversarios potenciales”, afirmó.
De esta manera la extraterritorialidad estadounidense ha llevado a un enfrentamiento directo con Rusia a partir de las declaraciones de la secretaria de estado Hillary Clinton y la decisión de Moscú de poner sus fuerzas en máxima alerta frente a un posible ataque Estados Unidos y sus aliados contra Siria. En este sentido, China dejó clara su posición y el silencio, en sus fuerzas armadas, es el peor ruido de respuesta a un ataque estadounidense contra Irán o Siria.
Ahora esgrimen una antigua fábula: Pedro y el Lobo, andan pregonando que Irán podría crear una bomba nuclear dentro de un año o hasta más rápido”, expresó el secretario de defensa estadounidense (Panetta) quien no excluyó que Washington pueda recurrir a ataques militares para impedirlo. La teoría del primer golpe (¿sorpresivo?), en una región que se ha calentado mucho más de lo permisible en las tensiones de un posible conflicto que implique el uso de armas nucleares si tenemos en cuenta la posición de Israel: un estado que posee suficientes ojivas y deseos de lanzarlas aun sin la aprobación de la Casa Blanca.
En una reciente entrevista con la cadena CBS, el señor Leon Panetta, dijo: “Si proceden y recibimos los datos de inteligencia que prueben están desarrollando un arma nuclear, tomaremos cualesquiera medidas para impedirlo”. Es oportuno tener en cuenta la frase: “si recibimos los datos de inteligencia”, porque así fue el procedimiento para invadir a Iraq, bajo una supuesta presencia de armas ofensivas (nucleares) que jamás se encontraron porque no existían. De ahí que la posibilidad de un ataque a Irán solo depende del tiempo y el reloj está descontando los granos de arena. Así lo asegura Panetta: “No hay opciones fuera de la mesa”, comentó, al ser preguntado si ataques militares es una posibilidad.
Por el momento el gobierno de Teherán demuestra la firmeza de resistir tales amenazas e incluso un posible ataque. Mucho más han procedido a cerrar el estrecho de Ormuz, si Washington decide convocar al Consejo de Seguridad para un bloqueo contra Irán.
Ali Ashraf Nouri, uno de los altos cargos de la Guardia Revolucionaria iraní, comunicó que el Gobierno ha tomado la decisión estratégica de recurrir a esta medida: “Si los enemigos bloquean las exportaciones de nuestro petróleo, no permitiremos que una gota de crudo pase por el Estrecho de Ormuz”, según recoge el periódico iraní Khorasan.
No es la primera vez que Teherán advierte que recurrirá a bloquear esta vía internacional en el Golfo Pérsico por donde circula el 35% de todo el crudo del mundo. Sin embargo, es la primera vez que plantea tal aseveración de una manera tan directa. El anuncio viene unos días después de que la Unión Europea informara que seguirá el ejemplo de Estados Unidos e impondrá un embargo a las importaciones de petróleo iraní como parte del nuevo paquete de sanciones contra Teherán. El mismo procedimiento llevado contra Libia, solo que Irán no es Libia.
Por su parte el analista político iraní Seyed Mohammad Marandi declaró que: “Si los estadounidenses y sus aliados tratan de asfixiar a la economía iraní, Irán no tendrá otra opción salvo responder de una manera severa. Y los iraníes son mucho más fuertes de lo que los norteamericanos quieren admitir”. Incluso, la Organización de la Energía Atómica de Teherán, informó que pondrá en marcha la planta de enriquecimiento de uranio Fordow, situada cerca de la ciudad de Qom, en un futuro muy próximo. Según detallan las autoridades iraníes, Fordow es una fábrica subterránea y cuenta con todos los recursos necesarios para salir intacta en caso de un repentino ataque aéreo por parte de las tropas estadounidenses o israelíes. Recuérdese que Israel realizó, hace décadas, incursiones aéreas contra instalaciones energéticas iraníes. Esto “golpe quirúrgico” no sería tolerado esta vez, de acuerdo a la posición asumida por el país persa.
Por otra parte, dos buques rusos atracaron en la base naval siria de Tartus, tras participar en maniobras con fuerzas griegas en el mar Mediterráneo, indicaron fuentes militares.
La aviación de embarque del Almirante Kuznetsov, formada por más de 30 cazabombarderos estratégicos SU-33, participan en las maniobras Pomor-2012, Barents-2012 y Halcón norteño-2012.
Rusia rechaza la injerencia interna en los asuntos internos sirios y considera inaceptable una invasión al país levantino, sometido a una fuerte agresión mediática y económica por parte de Occidente y enfrentada a grupos violentos, armados desde el extranjero.
Lo cierto es que la Casa Blanca enfrenta la mayor encrucijada en su escalada militar. Detenerse implica desconocer los intereses de quienes se mueven detrás de los círculos de poder mundial (Tea Party), continuar sería el peor descalabro y la caída definitiva del imperio.

El “premio nobel de la paz”, apuesta por la guerra




Claudia Rodríguez León
Fotos tomadas de la Internet
La reciente declaración del señor León Panetta, secretario de defensa del gobierno de los Estados Unidos su país “mantendrá su capacidad para “combatir y derrotar a más de un enemigo al mismo tiempo”, al referirse a la tensa situación creada por la presencia de unidades navales norteamericanas en el estrecho de Ormuz como paso previo a una agresión contra Irán.
La declaración de Panetta demuestra que Washington continua la estrategia del primer golpe _en relación con las naciones enemigas: Rusia, Corea, China e Irán para mantener su escalada imperial por el control de las regiones ricas en recursos importantes en todo el planeta.
En este sentido el “premio nobel de la paz”; Barack Obama ha declarado que “Tenemos que renovar nuestra fortaleza económica que es el sustento de nuestra fuerza en el mundo”, durante una comparecencia muy poco frecuente en la sala de prensa del Pentágono, según informó la agencia EFE. De esta manera corrobora que la anunciada reducción del número de tropas invasoras en Afganistán e Iraq no será reducido, sino que se reorientará hacia los nuevos focos de conflicto bélico generados por la Casa Blanca.
El “premio nobel de la paz” habla de un crecimiento del presupuesto militar e incluso se jacta de que alcanza cifras superiores a las asignadas en la administración del presidente George W. Bush. Más aún, especificó que de esta manera se garantizará la supremacía de las fuerzas estadounidenses. ¿A qué costo? Me refiero a las advertencias del líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, cuando ha señalado el peligro de un holocausto de impredecibles consecuencias nucleares si la Casa Blanca continúa su política guerrerista e involucra a naciones que poseen y están dispuestas a utilizar el arma atómica.
Tales e inconsecuentes declaraciones acercan el propósito de Washington, el propio Paneta declaró que “La presencia militar de Estados Unidos en Europa se adaptará y evolucionará” de acuerdo con la nueva estrategia. Y, en cuanto a América Latina y África, añadió, Estados Unidos “buscará formas innovadoras” para mantener su presencia y sus programas militares. No obstante, la pareja bélica estadounidenses ha definido un objetivo hacia el este de Asia y este es un punto peligrosísimo con respecto a China, en el camino por el control del norte de África (Oriente Medio) hasta Afganistán.

Buques de la armada estadounidense rodearon a Libia previo al ataque contra ese país.






Como si fuera poco y en medio de la peor crisis generada por el capitalismo a nivel mun dial (léase Estados Unidos y sus potencias aliadas en el occidente) El presupuesto de “defensa” de EEUU -que incluye no sólo el gasto militar sino también el espionaje, la investigación de armamentos y programas nucleares bajo el Departamento de Energía- creció de 300.000 millones de dólares en 2000 a más de 700.000 millones de dólares en el período fiscal 2012. ¿Qué hay de este prepuesto para la mayoría de los que nada tienen en estas naciones? ¿Qué les pregunten a los indignados estadounidenses, franceses, británicos, si están de acuerdo con destinar tantos millones para esas guerras de rapiña…?

En la foto uno de los drones. Los capturados por Irán demuestran que las armas sofisticadas de Estados Unidos también son vulnerables, como el peligro de que estos aviones no tripulados pudieran dirigidos hacia cualquier nación del planeta.




Solo el 20 por ciento del gasto del presupuesto militar de Estados Unidos ha sido destinado a las guerras de ocupación imperial en Afgnistán e Iraq. Estos cálculos, por supuesto, son conservadores. Insisto en que forman parte (estas cifras de la punta del iceberg) y no están lejos de los recortes que se realizaron e la etapa de la administración Bush y que contribuyeron a engrosar la deuda nacional de los Estados Unidos. Un déficit que el señor Barack prometió resolver, pero no dijo que sería a costa de los millones de norteamericanos afectados por tales medidas.
La mayor contradicción en las declaraciones de Panetta y Obama se advierten en que el Pentágono declara reducciones entre los 400 000 millones y un billón de dólares a lo largo de la próxima década (¿me pregunto si el mundo resistirá tantas agresiones?) y el mandatario declara que “Ahora que pasamos la página de una década de guerra tenemos que poner en orden nuestro fisco”. ¿Una década de guerra y hablan de continuidad? Incluso el señor Barack afirma que “El tamaño y estructura de nuestras fuerzas armadas y nuestro presupuesto militar tienen que responder a una estrategia, y no al revés”.
Esta expresión podría aclararse en la especificación del señor Panetta: “el Pentágono reducirá o eliminará algunos programas de armamento y estructuras militares heredados de la Guerra Fría, incrementará su capacidad de operaciones y equipos para fuerzas especiales, “la defensa en el espacio y, en particular, en el espacio cibernético”.

En la foto desembarco para las black water en Afganistán




Huelgan los comentarios. Cuando se habla de operaciones es lógico que se refiere a las acciones encubiertas que significa el gasto de billones de dólares, mientras que los equipos de fuerzas especiales podrían entenderse no solo las divisiones superarmadas, sino las “fuerzas de seguridad (Black Water) que sustituyen a los soldados regulares y de las reservas involucrados en las invasiones, pero también más costosos cada uno de estos militares que se escudan en la supuesta protección de empresas ¿reconstructoras?  de todo lo destruido (infraestructura de las naciones víctimas) por los bombardeos norteamericanos y de sus aliados.

lunes, 9 de enero de 2012

El mejor Presidente para Estados Unidos



Dentro de unos minutos quiero publicar en mi blog un análisis de la nueva amenaza de Estados Unidos contra Irán. Ya pensé en el título: El "premio nobel de la paz" apuesta por continuar la guerra.  Específico que niego a colocar en mayúsculas el nombre del premio nobel al presidente Barack Obama. En realidad se apresuraron demasiado en conceder un reconocimiento a quien más hace por continuar la guerra. Es por eso que coloco la más reciente reflexión del líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz (Tomado de Cubadebate) En la foto León Panetta y muy atento a sus declaraciones de guerra, el Comandante de las tropas imperiales, señor Barack Obama.


Una conocida agencia europea de noticias transmitió anteayer desde Sydney, Australia, que “un grupo de investigadores australianos de la Universidad de Nueva Gales del Sur anunció la creación de un cable eléctrico diez mil veces más delgado que un cabello, capaz de igual conducción eléctrica que un cable de cobre  tradicional.”
“…Bent Weber, jefe del proyecto realizado en la universidad australiana, en un trabajo publicado por la revista Science explicó que ‘poder efectuar conexiones de cables a esa escala microscópica será esencial para el desarrollo de los futuros circuitos electrónicos’”.
“El cable fue creado por físicos australianos y estadounidenses con cadenas de átomos de fósforo dentro de un cristal de silicio: el nanocable cuenta apenas con cuatro átomos de ancho por uno de alto.”
“El hallazgo es esencial en la carrera internacional para desarrollar la primera ‘computadora cuántica’, máquinas superveloces capaces de procesar enormes cantidades de datos en pocos segundos: una serie de cálculos que llevaría años, o incluso décadas, a las computadoras actuales.
“En un cable de cobre tradicional, la electricidad se genera cuando los electrones de cobre fluyen a lo largo del conductor: pero a medida que el cable o conductor se hace más pequeño, la resistencia al flujo eléctrico se hace mayor.
“Para superar este problema Weber y su equipo utilizaron microscopios especialmente diseñados con precisión atómica, que les permitieron colocar los átomos de fósforo en los cristales de silicio.
“Esto permitió que el nanocable actuara como el cobre, con los electrones fluyendo fácilmente y sin problemas de resistencia. ‘Estamos mostrando con esta técnica que es posible minimizar componentes hasta la escala de pocos átomos’, indicó Weber.”
“Si vamos a usar átomos como bits, necesitamos cables a la misma escala de los átomos” -observó la física Michelle Simmons, supervisora del trabajo.
Con estos indetenibles avances tecnológicos que debieran servir para el bienestar de la humanidad, recordaba lo que hace apenas cuatro días escribí sobre el calentamiento de la Tierra y la explotación acelerada del peligroso gas de esquisto, en un mundo que en doscientos años está consumiendo la energía fósil acumulada durante 4 000 millones de años.
Imaginé a Obama, buen articulador de palabras, para quien, en su búsqueda desesperada de la reelección, los sueños de Luther King distan a más años luz que la Tierra del planeta habitable más cercano.
Peor aún: cualquiera de los congresistas republicanos presidenciables, o un líder o lideresa del Tea Party carga más armas nucleares en sus espaldas que ideas de paz en su cabeza.
Imaginen los lectores por un minuto esa poderosa calculadora cuántica capaz de multiplicar por infinitas veces los datos que hoy recogen las modernas computadoras.
¿No es acaso obvio que lo peor de todo es la ausencia en la Casa Blanca de un robot capaz de gobernar Estados Unidos e impedir una guerra que ponga fin a la vida de nuestra especie?
Estoy seguro de que el 90 por ciento de los norteamericanos inscriptos, especialmente los hispanos, los negros, y el creciente número de la clase media, empobrecidos, votaría por el robot.
Fidel Castro Ruz
Enero 8 de 2012
6 y 18 p.m.

domingo, 8 de enero de 2012

Violento ataque de Obama contra Chávez




(Traducido al español por Sergio R. Anacona)

A nueve meses de los escrutinios presidenciales en Venezuela, el presidente norteamericano B. Obama concedió una entrevista por escrito a El Universal, máximo vocero conservador y severo antichavista. Considerando el hecho que hasta hace poco Obama y Chávez parecían ajustarse a un pacto de no articulado de no agresión y se abstenían de cualquier intercambio rabioso, cosa que acontecía regularmente durante la presidencia de G. Bush. Los provocadores comentarios de Obama fueron de inmediato entendidos como una señal de movilización por parte de la oposición venezolana.
En su mensaje a El Universal, Obama acusa a Chávez que “las acciones de su gobierno han restringido los derechos universales del pueblo venezolano, amenazan los valores democráticos y no contribuyen a la seguridad de la región.” En cuanto a seguridad, la política exterior venezolana se sabe que figura en lugares destacados en la lista de preocupaciones de Estados Unidos al vincularse con Irán, Siria y Cuba, lo cual explica porqué Obama aseguró que tales relaciones no benefician al pueblo venezolano y que tarde o temprano los venezolanos tendrían que deshacerse de ellas. Chávez respondió con su habitual estilo intransigente diciendo que cualesquiera sean los reclamos del presidente norteamericano y sus asesores, hacen que se conviertan en parte de una gigantesca mentira con el objeto de justificar su agresión contra Venezuela y sus socios. “Obama, tú eres un farsante,” replicó Chávez durante una reunión televisada. “No seas irresponsable. Nosotros somos un país libre, nunca seremos una colonia, de Uds. ni de ningún otro. Anda y pregúntale a la comunidad negra de tu país qué significas para ellos: la mayor frustración en no se cuántos años… Anda y pregúntale a los pueblos de África que pudieron haber creído en ti debido al color de tu piel, porque tu padre era oriundo de África. Tú eres un descendiente de África, pero eres una vergüenza para todos esos pueblos.”

En la foto el padre del presidente Barack

Diosdado Cabello, alto dirigente del partido de Chávez, Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV quien es ampliamente visto como el posible sucesor del actual líder, reprochó a Obama de la misma manera. “Rechazamos las declaraciones de este hombre (el presidente norteamericano). Si hay alguien comprometido en asesinatos y terrorismo, ese es el gobierno de Estados Unidos.” En realidad –según Cabello—“Obama encabeza el club mundial de los terroristas. Se están retirando (Estados Unidos) de Irak pero dejan atrás más de un millón de personas muertas.” Cabello hizo hincapié que de ninguna manera Venezuela es hostil hacia los norteamericanos –más bien solidariza con el país que es regido por un gobierno antinacional—pero, agregó, mientras Washington habla duro acerca de la libertad de prensa y la democracia, la tasa de muertos es también alta en Libia y los abusos perpetrados por Estados Unidos siguen aumentando.
El gobierno de Venezuela está muy conciente que la Casa Blanca tiene la esperanza de descarrilar las venideras elecciones y está sentando las bases para una revolución de color en el país. Los esfuerzos que hace Washington hacia fuera apuntan a conseguir que la oposición presente una candidatura común en las primarias del bloque anti-Chávez –carrera en la que participan seis candidatos del Movimiento por la Unidad Democrática, MUD—programada para febrero del 2012. Algunos de los adversarios de Chávez tienen planeado participar por cuenta propia pero lo que une a todo este campo es el odio indisimulado por el régimen populista y su líder. En todo caso, los programas de los candidatos de la oposición tienden a ser poco específicos y claramente carecen de realismo. Ocasionalmente las fuerzas pro Chávez se quejan que la oposición recurre a la imitación o simplemente roban las consignas del gobierno. Esta táctica parece no funcionar a pesar que la oposición en Venezuela domina los medios de comunicación de masas: los sondeos indican que parte del electorado venezolano que intenta seguir el juego de la oposición se ha encogido desde un 30-35 por ciento a un modesto 20-22 por ciento antes del evento.

En consecuencia, se escuchan dentro de la oposición llamados con insistencia para evitar la vergüenza de cancelar las primarias y de manera callada llegar a un compromiso interno en torno a la candidatura anti-Chávez. Por supuesto que la asesoría al respecto y la confirmación final es competencia de los titiriteros de Washington.
Uno de los postulantes es Leopoldo López, graduado de Harvard que solía incitar disturbios, promover ataques contra el palacio presidencial y clamar por la toma del poder durante el período 2002-2005. Su involucramiento con la CIA se inició en la época cuando Primero Justicia se organizó — una ONG que luego devino en partido político. Preparándose para las próximas elecciones, López organizó un nuevo grupo denominado Voluntad Popular obteniendo financiamiento de las mismas viejas fuentes como ser, la comunidad norteamericana de inteligencia, el Departamento de Estado más la USAID. López tiene la esperanza que su pasado extremista y los escándalos de corrupción que estallaron en cadena cuando fungió como alcalde de la privilegiada municipalidad de Chacao en Caracas se hayan hundido en el olvido, confía mucho en los medios sociales y actualmente promueve su candidatura haciendo énfasis en el diálogo y el compromiso. Tratando de construir una imagen populista, López ocasionalmente se aparece en algunas barriadas donde conversa con ciudadanos mayores y generosamente lanza promesas de erradicar la delincuencia común.
El capitán Henrique Radonski, gobernador del Estado Miranda y miembro de Primero Justicia, es un postulante del mismo tipo que Leopoldo López. Radonski alegremente combina el apoyo norteamericano con infusiones financieras de la comunidad judía y es visto en Washington como una figura notablemente capaz: en noviembre del año 2008 superó a Diodado Cabello por el cargo de gobernador. Radonski siempre trató de mantenerse alejado de cualquier actividad que pudiera proyectar una sombra de extremismo sobre su reputación, pero en abril del 2002 en medio de la furia del golpe anti populista en Venezuela y funcionarios de gobierno que buscaron refugio en la embajada de Cuba, él participó en el sitio a la embajada y exigió que el embajador cubano permitiera el allanamiento del recinto diplomático. El embajador no cedió a la presión y prometió resistir en respuesta a la amenaza de Radonski de utilizar la fuerza. Eventualmente los golpistas no se atrevieron a asaltar la embajada cubana y se conformaron con actos de vandalismo contra automóviles con placa diplomática, cortaron el suministro de agua, gas, energía eléctrica y las comunicaciones telefónicas de la misión.
María Corina Machado, Maricori en criollo, es el rostro femenino de la oposición en Venezuela. Gracias a la extraordinaria publicidad derivada de los medios, esta frágil ama de casa, madre de tres hijos, es también una dama de voluntad inquebrantable y actualmente disfruta de una fama sin comparación en el país. De hecho, ella podría ser el mayor éxito de la CIA en su batalla contra Venezuela. En el año 2001 tomó parte en la formación de Súmate, una ONG cuyo propósito declarado nacionalmente era el monitoreo electoral. La intención que asomaba detrás de la agencia era la de erosionar la credibilidad del Consejo Nacional Electoral. El financiamiento le llegaba a Súmate por vía de la US National Endowment for Democracy, fundada el año 1983 por el congreso norteamericano. Grandes cantidades de dinero también le fueron suministradas por la CIA la cual tenía planes de largo alcance para la carrera de Machado. En el año 2005 comisarios de la Casa Blanca hasta lograron que Maricori fuera recibida por el presidente George Bush donde seguramente ella discutió la resistencia a la dictadura en Venezuela, la democracia y la promoción de los derechos humanos. Luego de ser elegida al parlamento en el 2010, Machado completó un plan para postularse a la presidencia diciendo que la continuidad de Chávez en el poder constituía una “amenaza nacional” y con confianza pronosticó que la oposición ganaría las elecciones del 7 de octubre del 2012. Su programa de política exterior es esencialmente idéntico al de sus pares en la oposición, que incluye la abolición del bloque ALBA, el retiro de Venezuela del Mercosur, revisión de la política petrolera de Venezuela hacia los países de América Latina y el Caribe y el alejamiento de Cuba. Las primeras medidas de política exterior que Machado promete aplicar si es elegida, serán la reconstrucción de las relaciones con Estados Unidos y restablecer las relaciones diplomáticas con Israel.
James M. Derjam es actualmente el Encargado de Negocios norteamericano en Venezuela. Derjam es un experimentado diplomático que regresó al Departamento de Estado después de tres décadas de haberse retirado. Habiendo estudiado las circunstancias en el mismo sitio en Venezuela, hizo varias cautelosas declaraciones en el sentido que Washington estaría feliz de tener relaciones normales con Caracas, aunque por el momento la situación sea tensa y que para su país Venezuela es un socio comercial significativo que importa productos norteamericanos por casi doce mil millones de dólares al año. Por supuesto que los intentos de Derjam de reactivar el diálogo se fueron momentáneamente por la borda en cuanto la entrevista de Obama en El Universal salió publicada.
Sondeos recientes le dan a Chávez una tasa de popularidad del 60 por ciento. La chance de la oposición de derrotar al líder venezolano en elecciones libres parece remota. Dada la cantidad y las proporciones de los programas de bienestar social vigentes actualmente en Venezuela, la oposición no está en condiciones de ofrecer una alternativa y el electorado no será atraído por una descarada demagogia. Chávez, irónicamente, dice que si ellos mantuvieran cerradas sus bocas, los candidatos opositores resultarían más atractivos, pero sospecha que el 2012 el futuro de su país en vez de ser disputado en elecciones legítimas, podría convertirse en una pieza de la estructura de un escenario organizado por los laboratorios norteamericanos de guerra secreta. No hay duda que en su condición de títere del complejo militar-industrial norteamericano, Obama daría luz verde a cualquier escapada que se le exigiera.
La quinta columna venezolana que constantemente está recibiendo apoyo material y entrenamiento en varios campamentos juveniles de la revolución de color, de seguro seguirá la línea de Estados Unidos. Los mercenarios se están reclutando en México, países centroamericanos y en Colombia con el objeto de desatar una masacre en Venezuela. Si los provocadores obtienen el control de las ciudades venezolanas, los candidatos presidenciales del MUD fácilmente abandonarían su retórica democrática. La oposición no tuvo oportunidad de demostrar de manera completa su carácter feroz durante el golpe del año 2002 aunque los seguidores de Chávez fueron duramente perseguidos. El plan norteamericano para la próxima ronda en la lucha será inmensamente más cruel. Esta vez el imperio le daría una sangrienta lección a toda América Latina.

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