viernes, 24 de agosto de 2012

Cuando las montañas bajaron al llano


Invasión a occidente

Claudia Rodríguez León

Fotos tomadas de la Internet


El 18 de agosto de 1958 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, emitió una orden militar, en la Sierra Maestra, para asignar al Comandante Camilo Cienfuegos la misión de conducir una columna guerrillera hasta la provincia de Pinar del Río. De esta forma se iniciaba el cumplimiento del plan estratégico del Ejército Rebelde de llevar la ofensiva invasora hasta occidente con una columna (Número Dos) denominada Antonio Maceo, digno homenaje a quien _durante la guerra independentista de 1895_ había realizado la histórica hazaña de avanzar hasta el territorio de Pinar del Río.
Simultáneamente, Fidel, orientaba que la columna Número OCHO, (Ciro Redondo) dirigida por el Comandante Ernesto Guevara, el Che, para neutralizar la “Ofensiva de Verano” lanzada por el gobierno de Batista en los últimos estertores de un ejército equipado por los Estados Unidos, pero sin ninguna fuerza moral para detener el empuje de las Fuerzas Rebeldes.
Camilo y el Che tenían facultades para organizar unidades de combate (locales) a lo largo del territorio ocupado durante la marcha que se extendería en 74 jornadas de combates y victorias
La creación de las Columnas Invasoras DOS y OCHO, al mando de Camilo y el Che respectivamente, fueron posibles a partir de las armas capturadas y el incremento de la fuerza guerrillera durante la Ofensiva de Verano lanzada por el Ejército de la dictadura contra la Sierra Maestra y que fue derrotada a principios de agosto de 1958, tras 74 días de combates y victorias del Ejército Rebelde.
El Che se había ganado el alto honor de ser el primer expedicionario designado al frente de la nueva Columna invasora y ascendido al grado de Comandante en el Ejército Rebelde. El testimonio de este guerrillero excepcional quedó plasmado en su diario de campaña:
"...El ejército batistiano salió con su espina dorsal rota, de esta postrera ofensiva sobre la Sierra Maestra, pero aún no estaba vencido. La lucha debía continuar (…) Liquidados los regimientos que asaltaron la Sierra Maestra; vuelto el frente a su nivel natural y aumentadas nuestras tropas en efectivo y en moral, se decidió iniciar la marcha sobre Las Villas, provincia céntrica..."
La epopeya marcó el derrotero de la naciente Revolución cubana en su continua lucha por mantener la independencia y soberanía. Vendrían los días del triunfo de Enero de 1959, los días gloriosos de Playa Girón y los luctuosos de la Crisis de Octubre, pero sobre todo se cumpliría la promesa de la Generación del Centenario al Apóstol, de ser “libres o mártires”, en el momento de la partida del Granma, desafiando la furia de los elementos de la naturaleza, el arribo a las costas cubanas en medio de la sorpresa del combate del Úvero y decisión de Fidel de continuar la lucha hasta el momento en que la llama libertaria bajara de las montañas y se extendería generosa por el llano.