Claudia Rodríguez León
Foto tomada de la Internet
Sumario: La posición asumida por la Corte Suprema de Estados Unidos para
secuestrar la marca Havana Club, no coloca a la pretendida Bacardí como la
manzana de la discordia, sino que la convierte en pretexto de la política de
agresiones contra la Revolución cubana.
Cuando la Corte
Suprema de Estados Unidos rehusó a intervenir en lo que parecía haber sido el
último episodio de casi 20 años para secuestrar la marca Havana Club en favor
de la Bacardí, dejaba listo el terreno para que la Oficina de Marcas y Patentes
de Estados Unidos cancele el derecho de Cuba a la marca que comercializa el
grupo corporativo Pernod Ricard.
Por su
parte, Pernod decidió crear la marca Havanista: un ron cubano de primera clase
que se lanzaría exclusivamente para el mercado estadounidense y que pudiera
convertirse en indiscutible rival de la Bacardí y en boomerang de la medida
adoptada por la Corte Suprema contra los propósitos de recrudecer, mediante el
bloqueo, los ingresos de recursos exportables producidos en Cuba.
Havanista, ha
mantenido la identidad de su contenido al colocar en el envase el círculo rojo
orlado de oro y la pequeña figura de la Giraldilla —el símbolo de La
Habana— que recuerdan las etiquetas del
Havana Club oriundo de la Mayor de las Antillas.
Lo cierto es
que el gobierno de Estados Unidos no ha cejado en su política de agresiones
contra Cuba y el intento de secuestro de la marca Havana Club forma parte de su
estrategia para recrudecer el bloqueo comercial y financiero contra la Mayor de
las Antillas.