jueves, 10 de abril de 2014

Washington rehúye el diálogo y espía con el Zunzuneo





Fotos de la Internet





Todas las administraciones norteamericanas, desde el triunfo de la Revolución cubana, hasta la fecha rehuyeron cualquier tentativa de diálogo directo con el Gobierno de Cuba, incluso antes de fijar las regulaciones que establecieron el bloqueo contra la Isla y ni siquiera se pronuncian en retirar la obsoleta y genocida política. Más reciente la situación desastrosa causada por la intervención (encubierta) de las comunicaciones de la empresa cubana ETECSA, por la agencia USAID (léase CIA) ha generado una fuerte polémica sobre los excesos de Washington en su política de agresiones contra Cuba, pero solo eso: mucho ruido como el que pretende el senador demócrata Robert Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, pero nada más. 


El señor Menéndez solicitó (el pasado jueves) los documentos de todos los programas de promoción del acceso a Internet auspiciados por la Agencia para el Desarrollo (USAID), a partir de la audiencia exigida al director de la USAID, Rajiv Shah, quien mintió _con el estilo propio de la administración estadounidense_ en relación al verdadero propósito de la creación de una red (Zunzuneo) que ha provocado daños y prejuicios a la entidad cubana del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, toda vez que fueron manipulados, con propaganda para establecer fines subversivos, de manera secreta, apropiándose de datos y otras informaciones de los clientes con servicio celular en la Mayor de las Antillas.
En medio de escándalos de espionaje _a nivel mundial_ que implican a diferentes agencias de inteligencia norteamericanas_ el señor Menéndez alardeó, públicamente, al solicitar la revisión de todos los documentos vinculados a ese tipo de programas que lleve a cabo la agencia (USAID) en cualquier lugar del mundo, con el objetivo de analizar si Estados Unidos “está siendo o no” un apoyo en ese sentido.
La ambigüedad de si Estados Unidos “está siendo o no” deja en lo oscuro si Estados Unidos “está siendo o no efectivo con su programa de guerra ciberespacial que tantos millones de dólares requiere para garantizar la supremacía mundial en el ciberespacio y el control de las infocomunicaciones de todas las naciones.
En este sentido pudiera entenderse el por qué solicita conocer o analizar su alcance. Lo confirma cuando expresa: “Queremos ver qué está pasando en todo el espectro. Así que le pido que nos proporcione información sobre todos esos programas, toda la programación de esos programas, todos los tweets y todos los correos electrónicos y podamos así hacer un informe sobre ello”, insistió. Un largo y voluminoso informe que las agencias de inteligencia norteamericanas no estarían dispuestas a presentar ni pudieran hacerlo en detalles sin comprometer materiales altamente calificados como ultrasecretos en la guerra imperial de Estados Unidos.
La alarma se extendió a los medios convencionales de información de Estados Unidos, cuando se reveló que, desde el año 2009, el programa ZunZuneo, posibilitó sustraer las cuentas telefónicas de medio millón de números de teléfonos celulares de ciudadanos en Cuba.
La estrategia de penetración subversiva no es desconocida, ni para el señor Menéndez, ni para el presidente de ese país, el señor Barack Obama. Recuérdese que posterior a 2009, Washington, facilitó la transferencia del dinero requerido para las acciones de guerra encubierta contra la Isla.
Se conoce que la red ZunZuneo logró controlar aproximadamente unos 40.000 usuarios, especialmente jóvenes, con el objetivo de colocar mensajes que facilitaran la movilización contra el gobierno cubano.
A pesar de la negativa de la Casa Blanca para retirar el bloqueo contra Cuba, ninguna de sus agencias de inteligencia que vigilan _hasta el comercio de medicamentos con filiales norteamericanas_ hizo la vista gorda para que se crearan empresas soportes de este programa, en naciones como España y la financiación de cuentas, a través de las Islas Caimán o Pakistán, algo que ha sido negado, insisto (al puro estilo del gobierno norteamericano) por el director de la USAID.
Por su parte, el señor Shah, explicó ante el Congreso que el programa “ya no está activo”, (como si eso fuera suficiente) y que su propósito fue “permitir que la gente se comunicara tal como ocurre en casi todas partes del mundo”, cuando en realidad toda la información obtenida es considerada no solo como una forma de espionaje en cualquier nación del planeta, sino un ataque a la integridad de los ciudadanos que fueron espiados y cuantiosos daños a la empresa ETECSA, por los perjuicios causados en su actividad comercial, al quedar expuesto su estructura de servicio.
Según reportes, el senador republicano de origen cubano Marco Rubio rechazó durante la audiencia de este jueves las insinuaciones sobre la ilegalidad del programa “ZunZuneo”, programa que estaba completamente “bajo el mandato” de la USAID. ¿Entonces, según el senador, Estados Unidos tiene el derecho de realizar un ataque de esas dimensiones contra un país, sin que se considere ilegal y violatorio de las normas internacionales?
El senador Rubio debería exigir al Congreso el por qué se oculta al pueblo norteamericano información sobre los verdaderos objetivos del bloqueo impuesto contra Cuba por más de medio siglo, sus consecuencias directas en la vida de los ciudadanos de la Mayor de las Antillas, la persecución y multas a empresas o filiales norteamericanas que intenten contratos para adquirir alimentos o medicamentos en función de patologías como el cáncer. Debería reclamar información, a su gobierno, en relación con los daños provocados por los ataques directos contra nuestro país, de las víctimas humanas y pérdidas millonarias en recursos básicos. Debería reclamar el por qué se entorpece cualquier intento de intercambio científico entre las universidades de la Isla y los Estados Unidos. Debería solicitar una lista tan larga de información que debe incluir la verdad sobre el por qué el gobierno de su país, permitió que fueran injustamente encarcelados los Cinco antiterroristas cubanos que penetraron a los grupos de ultraderecha que lideran los ataques contra Cuba, por supuesto, con el apoyo del Congreso de los Estados Unidos.
Quisieron, con el ZunZuneo, lograr lo que no pudo en Girón con la criminal invasión mercenaria, apoyada en medios de combate naval y aéreo de los Estados Unidos.
Debería conocer la historia de Cuba, la verdadera, la que nos hace diferentes a todos los intentos de crear una “primavera de subversión” cuando en la memoria del pueblo cubano está presente que el destino de la Patria solo puede ser defendido, precisamente, apoyados desde las raíces de nuestra historia y en las luchas por la independencia que nos permitieron alcanzar la invulnerabilidad militar y lucha por alcanzar la sostenibilidad del proyecto socialista en los necesarios cambios y regulaciones para el desarrollo de la economía nacional, con disposición al diálogo con Estados Unidos, pero mediante el respeto mutuo y la no intervención en los asuntos internos de nuestro país.

Estados Unidos: La guerra de quinta generación es un hecho contra Cuba y Venezuela







Ilustración tomada de la Internet






Desde su arribo al poder, el presidente Barack Obama, perfiló su estrategia para retomar la hegemonía de Estados Unidos en Latinoamérica, a partir del uso de ataques concebidos en un programa de inteligencia militar que incluye las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones: léase Comando Ciberespacial, en colaboración con las diferentes agencias de inteligencia disponibles por Washington y el fortalecimiento del Comando Sur, todo un ejército en condiciones de realizar y mantener las acciones en la llamada guerra de cuarta o quinta generación que se aplica contra Cuba y Venezuela.

Dos décadas atrás, esas operaciones subversivas formaban parte de la aun sostenida guerra fría y fueron denominadas “primaveras” (un renacer) que provocaron disturbios y caídas de gobiernos en otras latitudes: naciones del antiguo campo socialista (Checoslovaquia, Polonia, Hungría, entre otras) y en el Oriente medio. Incluso fue utilizada en la República de China. Más reciente, en Ucrania.
En el caso de Cuba, muchas de estas variantes de agresión mediática y directa han sido ejecutadas y sostenidas _como parte de un programa de guerra (ya no encubierta) contra Cuba_ durante más de medio siglo, a través de emisiones de radio y televisión con mensajes que alientan al descontento, la violencia y la desobediencia civil; sin excluir los ataques biológicos _que han provocado miles de pérdidas humanas y millonarios daños materiales a la economía de la Mayor de las Antillas_, planes de magnicidio, bombardeos de napalm contra instalaciones industriales y áreas de cultivo de caña, hasta la invasión directa por Playa Girón que fue rechazada y convertida en la primera derrota del imperialismo en América Latina.
Recientemente la USAID fue colocada en la palestra pública internacional después del sonado fracaso del Zunzuneo: una red concebida para lanzar mensajes subversivos, a través de los celulares de clientes cubanos y cuyo costo fue, evidentemente financiado por los servicios de inteligencia norteamericanos (CIA), con el consiguiente daño a los servicios de la empresa de comunicaciones de la Isla, ETECSA, y a sus clientes.
Por estos días, los reportes del “vocero de la contrarrevolución en América Latina”, El Nuevo Herald, continúa su labor de subversión mediática al pretender colocar como víctima al señor Henrique Capriles, como una forma de desvirtuar el proceso de diálogo asumido por el Presidente Nicolás Maduro, e interferir (boicotear con propaganda subversiva) un gesto de buena voluntad del Gobierno Bolivariano de Venezuela, para lograr el fin de la violencia provocada por sectores ultraderechistas de la oligarquía venezolana con el apoyo de Washington.
En mi criterio me niego a denominarlos como oposición, teniendo en cuenta los criterios vertidos por nacionales venezolanos, incluso personalidades públicas que tienen ideas contrarias al gobierno constitucional, pero condenan las acciones vandálicas y guarimbas porque no se ajustan al proceso de construcción pacífica de la nación bolivariana.
Sin medias tintas, El Nuevo Herald, expone una versión distorsionada de la realidad en el país sudamericano, al referirse a las muertes provocadas por las hordas fascistoides que han reclutado a delincuentes para realizar las guarimbas, como víctimas de la represión gubernamental. Totalmente incierto, a pesar de las pruebas presentadas por el ministerio del interior de ese país y que prueban la presencia logística de Estados Unidos.
Ahora sostienen que: “Maduro no va a poder superar la crisis con ese diálogo (con la oposición) Por lo pronto, lo que podría ganar es una especie de tregua espontánea, de respiro que no pasa de 48 horas”.
Estados Unidos sigue moviendo sus marionetas: regresan a Capriles, después del descalabro de López (a quien intentaron ejecutar para cargar su muerte al gobierno venezolano) y de la ex diputada Machado, quien sufrió un ejemplar revés en su intentona por mediatizar al Senado de Brasil con un supuesto video evidencia que resultó un grosero misil mediático para socavar la opinión pública internacional. Allí, para recibir al señor Capriles, todos los medios de la nueva guerra ciberespacial, entre ellos NTN 24, un canal cuya labor de zapa, fue abiertamente demostrada, hace poco más de un mes, a través de un matutino que puso al descubierto la colaboración de otra agencia al servicios de inteligencia de Europa y de la CIA: Reporteros sin fronteras.
Hablan de horas, pues, y ponen tiempo y citan a supuestos expertos cuya miopía política se corresponde a los intereses expansionistas de Washington en Latinoamérica. 
La guerra de quinta generación, sostenida por el gobierno de Estados Unidos, es un hecho real contra Cuba y Venezuela, cuyos gobiernos han sostenido (en el caso de Cuba desde 1959) una fuerte resistencia y determinación a la no injerencia norteamericana (y de ningún otro país) y al sostenimiento de su autodeterminación para mantener la soberanía e independencia.