Foto tomada de
la Internet
Las
recientes declaraciones del ministro de defensa de Colombia, con respecto al
ingreso de su país a la OTAN, disminuye las tensiones entre Bogotá y Caracas, pero
las palabras del presidente Santos no establecen la diferencia entre “miembro”
y “socio”.
En medio de las tensiones
generadas por el expresidente Álvaro Uribe _durante su gestión al frente del
gobierno y su posición actual en relación con el proceso de Revolución
Socialista en la República Bolivariana de Venezuela_, las declaraciones del
presidente colombiano Juan Manuel Santos, tuvo el efecto de la detección de un
artefacto explosivo en medio de una reunión de UNASUR.
Por supuesto, la protesta
de Caracas no se hizo esperar. El precedente de un conflicto regional que
involucre a Colombia como punta de lanza contra Venezuela forma parte de los
propósitos de Estados Unidos para modificar la correlación de fuerzas en contra
de las revoluciones populares que se consolidan, a través de procesos
electorales verdaderamente democráticos y con una proyección social que no es
del gusto de Washington.
No obstante, el ministro de
Defensa colombiano Juan Carlos Pinzón, trató de suavizar lo expresado por su
presidente al explicar que su país "no puede ni quiere ser miembro"
de la alianza, sino un "socio". ¡¿...?! ¿Cuál es la diferencia?
Debemos tener en cuenta
varios factores que no pueden ser obviados. Entre ellos dos que considero
fundamentales en mi opinión: la posición asumida por los diferentes gobiernos
de Bogotá con respecto al conflicto que desangra al país por décadas, en
relación con las guerrillas, y las interferencias (gubernamentales de pleno
acuerdo con los intereses de la Casa Blanca) contra el diálogo en el proceso de
paz. Sin pasar por alto el Plan Colombia (latente) concebido por los servicios
de inteligencia de Estados Unidos, bajo la máscara de la USAID y la “lucha
contra el narcotráfico”, para mantener el foco de tensiones en la región
y la posibilidad de establecer bases militares estadounidenses (recuérdese
Honduras) que les permitan acceder hacia diferentes puntos geográficos como el
territorio de Venezuela.
En
este sentido la contrapartida en las declaraciones del presidente Santos, en la
voz del ministro de Defensa (Pinzón) al diario El Tiempo, trata de explicar y
hacer creer (a la opinión pública nacional e internacional) que su país y la
OTAN “buscan un acuerdo de cooperación que no contempla la posibilidad de
recibir a tropas extranjeras o darles acceso a bases militares”.
Lo
cierto es que, Pinzón, habla de otro “collar” para definir el asunto de las
relaciones con la OTAN. “socio” o “miembro”, tal posición es un golpe bajo a la
voluntad de integración regional, inmersas en una posición de trabajo,
desarrollo y relaciones históricas comunes. Por supuesto, fuera de los
designios extraterritoriales y hegemónicos del gobierno de Estados Unidos. En
caso necesario, el “socio” pediría la presencia de sus “socios” OTAN y en
cuestión de horas las primeras avanzadas de tropas serían integradas por el
“socio” más cercano: Estados Unidos.
De
ahí que la corrección de Pinzón no ha borrado la alarma generada por la
posibilidad de que una nación latinoamericana, específicamente Colombia
(inmersa en un tenso proceso de Paz) abra sus puertas a una alianza
imperialista cuya sola mención obliga a convocar (al resto de los países del
área) a enfrentar el peligro duplicado de la presencia militar norteamericana
reforzada en los brazos armados de sus aliados imperialistas.
Precisamente,
el secretario general de la Unasur, Alí Rodríguez Araque, aseguró _en entrevista
con TeleSur_ que si bien la declaración de Pinzón niega la voluntad de
integrarse a la OTAN, "habrá que ver entonces qué grado de cooperación es
el que están planteando". Añadió: "Será eso lo que determine qué
actitud asumir frente al vínculo.”
Por
su parte los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Nicaragua, expusieron su preocupación
y rechazo ante la posibilidad entredicha por Santos, aunque fuentes de la OTAN
aseguraron que Colombia no cumple los "criterios geográficos" para
ser miembro, pero ratificaron que se plantean aumentar la cooperación con el
apoyo de Estados Unidos.
Según
expuso la secretaria de Estado adjunta de EE.UU. para Latinoamérica, Roberta
Jacobson, en conferencia de prensa, su país tiene como objetivo
"ciertamente apoyar a Colombia como miembro capaz y fuerte de muchas
organizaciones multilaterales, y eso puede incluir la OTAN.”
Seguidamente
subrayó que la decisión "tendrá que tomarla la OTAN", pero Estados Unidos
"ha apoyado ciertamente que Colombia esté más comprometida" en el
plano internacional, y acercarse a la organización transatlántica "es algo
que a los colombianos les ha interesado desde hace un tiempo".
Las
declaraciones de la secretaria Jacobson no deja lugar a dudas con respecto al
collar dispuesto para Colombia y concretar los pasos previstos (Plan Colombia)
para basificar el territorio e intervenir, con cualquier pretexto, contra las
naciones consideradas enemigas de Washington en la región.