lunes, 25 de junio de 2012

“Iniciativa” sin trascendencia en busca de una primavera mercenaria


Claudia Rodríguez León

Fotos de infografías tomada de Cubadebate, sitio digital cubano

Sumario: La realización del llamado Festival Clic _de blogueros mercenarios al servicio del gobierno de Estados Unidos_, ha sido todo un fracaso a pesar de los esfuerzos de sus promotores en los servicios de inteligencia norteamericanos, la ultraderecha contrarrevolucionaria radicada en Miami, fundamentalmente, y el apoyo de funcionarios de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana.


Un Festival que no tuvo otra explicación que alentar a quienes sirven como mercenarios al gobierno de Estados Unidos fue el clímax de una provocación que busca una especie de “primavera” donde los gusanos de los grupúsculos contrarrevolucionarios, radicados en Cuba, puedan recibir instrucciones, materiales y apoyo logístico para sus actividades subversivas.
Solo basta observar los personajes que estuvieron presentes o los secundaron para conocer el verdadero objetivo de una reunión que ha sido valorada “satisfactoria” por el señor José Luis Antúnez, cofundador de la empresa Evento Blog España (EBE) _principal patrocinadora del Festival_ quien dijo a la agencia española Efe (convertida, al igual que el nuevo herald, en una especie de referencia oficial de la contrarrevolución cubano-americana) que un centenar de personas ha respondido a una convocatoria “independiente, libre y abierta” divulgada “puerta a puerta” y a través de folletos entregados en la calle.
A pesar de la forma en que las autoridades cubanas observaron esta nueva provocación, sus organizadores saben (perfectamente) que están cruzando una línea en la cual la intromisión en los asuntos internos de un estado soberano e independiente, mediante la desobediencia civil y la subversión social constituye un delito. Sin embargo, adelantan una cruzada en al cual participan megaempresas como Google, Facebook y Twitter, en la reducción de servicios a la Mayor de la Antillas, mientras entrenan y facilitan los medios para que las tecnologías sean armas de uso totalmente contrario a su concepción primaria.
De hecho le facilitan teléfonos celulares dotados de todos los servicios de comunicación ciberespacial que son financiados por el dinero de la USAID y otras fuentes vinculadas a los intereses de quienes pretenden derrocar a la Revolución cubana.
Resulta ridículo que se pretenda mostrar cómo hacer abrirse espacios en la Internet, en Cuba, cuando el propio gobierno ha dispuesto recursos y dinero en la formación de graduados universitarios en ciencias informáticas, además de establecer Joven Club de Computación, en un gigantesco esfuerzo para llevar las nuevas tecnologías aplicadas a la enseñanza para colocarlas en las manos de quienes trabajarán en todas las esferas de la producción y los servicios.
Por supuesto, la única verdad es que la banda _por la que transitan estos datos en Cuba_ es limitada debido al bloqueo impuesto por la Casa Blanca hace más de medio siglo. Recientemente fue reforzado como parte de la estrategia contenida en las leyes extraterritoriales aplicadas contra la Isla. Se puede preguntar a Google o quizá al señor Szubin, del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
No es coincidencia que todas estas acciones se realicen con los fondos que Estados Unidos ha aumentado para dotar a los cibermercenarios en Cuba, según revela una carta del Departamento de Estado al Congreso que publicara el propio Herald, en referencia a una carta fechada el 26 de abril y el la cual se detalla el plan para invertir 20 millones de dólares aprobados (otros, pues cada año se mantiene un presupuesto similar)para los programas de subversión en Cuba durante el año fiscal que termina el 30 de septiembre.
Aclaran que el dinero será administrado por tres entidades del Departamento de Estado: la Oficina de Latinoamérica y el Caribe (LAC) de la USAID; la Oficina de la Democracia, los Derechos Humanos y el Trabajo (DRL); y Asuntos del Hemisferio Occidental (WHA). ¿No son pruebas evidentes de la participación de un estado en objetivos claramente hostiles? ¿Acaso _salvando las distancias_ no se pretende crear las bases para la desobediencia civil en Cuba? Respondo a la segunda cuestión. Resultaría imposible movilizar al pueblo cubano contra sí mismo.
La carta es una consecuencia lógica del efecto causado por la decisión de los países del ALBA de expulsar a la USAID de sus territorios, teniendo en cuenta que resulta “un factor de perturbación que atenta contra la soberanía y estabilidad política” de estos países. La prueba más reciente es el gorilazo del Parlamento paraguayo, aunque Estados Unidos no se ha pronunciado, por supuesto, ya lo hicieron otros como España (aún dolida en la medida nacionalizadora de YPF en Argentina) y el Vaticano (supongo porque pretende borrar la historia personal de un presidente de tendencia izquierda que estuvo vinculado a la Iglesia Católica), por citar algunos ejemplos.
En cuanto a los medios entregados a los grupúsculos de cibermercenarios se acordó que, “para evitar otro incidente como el de Alan Gross, el programa evitará el suministro de equipos sofisticados como teléfonos satelitales y en su lugar usará solamente artículos disponibles en la isla, tales como computadoras, DVDs, unidades USB y teléfonos celulares, dijo un empleado del Congreso”.
Por su parte, WHA recibió una asignación de 1.53 millones de dólares para un programa de “entrenamiento a distancia sobre habilidades básicas para la información tecnológica… Además, los fondos apoyarán la compra de artículos de tecnología básica de la información, y darán apoyo material a activistas de los derechos humanos, periodistas independientes y bibliotecas independientes en la isla”.
En cuanto a la DRL se prevé la entrega de 1.05 millones de dólares para proporcionar entrenamiento, equipos y software a individuos que tiene la orientación de reportar supuestos abusos contra los derechos humanos en Cuba y 750,000 dólares para “entrenamiento con base en la tecnología” para campañas en las redes sociales. También administrará 700,000 dólares para jóvenes que incluye “usos innovadores de la tecnología como los medios sociales”, y otro para “educar” a cubanos en economía de mercado y sus bondades para la democracia que pretende imponer Washington en los carriles que fundamentan las actividades de los grupúsculos contrarrevolucionarios en territorio de la Mayor de las Antillas.
Otros 500,000 dólares serán administrados por LAC para apoyar “investigaciones sobre opciones de tecnología para ampliar las comunicaciones” entre los cubanos y la conectividad de internet como parte de un programa titulado “La Aplicación de la Tecnología en la Promoción de la Democracia” de acuerdo con lo que entiende por tal el Departamento de Estado. De ahí la satisfacción de los cibermercenarios.
LAC tiene también 2.9 millones de dólares para “apoyo humanitario” para “personas políticamente marginadas”, en un país donde el Estado ofrece oportunidades para que el pueblo participe en todas las organizaciones sociales creadas en función del desarrollo de la sociedad. Recientemente, los trabajadores por cuenta propia han demostrado su afiliación a los objetivos soberanos de la Revolución con una amplia y directa participación de apoyo político en la marcha del pasado Primero de Mayo.
Otras informaciones, en relación con estas actividades subversivas, demuestra que la DRL ya ha comprometido 4 millones de dólares con la Fundación Nacional por la Democracia (National Endowment for Democracy), una organización de Washington acusada de ser una vitrina legal de la CIA, y que ha sido expulsada de varios países, incluso aliados de los EEUU, por financiar partidos y acciones opositoras, violando flagrantemente la ley. Algo que es severamente penado en los Estados Unidos, el país que ahora pretende extraditar a Julián Assange, fundador de WikiLeaks, como parte de las acciones de guerra cibernética de la Casa Blanca contra el resto del mundo, mediante la vigilancia y ataque a las redes, consideradas hostiles (téngase en cuenta el programa nuclear iraní amenazado por sabotajes ciberespaciales)  por el Comando Ciberespacial, valga la redundancia.
En la carta del Departamento de Estado al Congreso se especifica que también gastará 2.87 millones de estos 20 millones de dólares que aumenta la cifra de los fondos históricos de la USAID para la subversión en Cuba y ascendentes en 197 270 000 que ya han sido empleados, según describe Tracey Eaton, en su blog Along the Malecon:



Muestra de la carta al Congreso de Estados Unidos