Claudia
Rodríguez León
Foto tomada
de la Internet (pendiente)
Sumario:
Desde la experiencia llevada a cabo en Matanzas _a partir del año 1974_, el sistema
electoral cubano ha demostrado su efectividad al garantizar la
representatividad de los intereses del pueblo en las decisiones del Estado.
Esta premisa ha permitido el avance de los programas sociales y los planes de
desarrollo económico a pesar del impacto causado por el bloqueo estadounidense
y pérdidas de un billón de dólares.
La necesidad
de consolidar un sistema electoral realmente popular y democrático ha sido una
prioridad en Cuba desde la experiencia realizada en Matanzas (en 1974) para la
creación de los órganos locales del Poder Popular. Después de casi cuatro
décadas resulta imprescindible la constante participación de los ciudadanos en
la gestión estatal y de Gobierno en correspondencia con las bases del proceso
social Socialista y las condiciones específicas del país.
En este
sentido el sistema electoral cubano es auténtico y se fundamenta en la acción
conjunta y coordinada del Partido Comunista, los Órganos del Poder, las
organizaciones de masas y muy especialmente la Central de Trabajadores de Cuba
y los sindicatos, sin interferir, de acuerdo con sus funciones, atribuciones y
responsabilidades en la dirección de la sociedad.
En los
ataques ciberespaciales contra la Mayor de las Antillas, las agresiones
mediáticas _de la prensa al servicio del gobierno norteamericano_, prioriza la demonización de las elecciones en
Cuba, debido a la permanencia del Partido Comunista y su capacidad de
influencia como principal garante del cumplimiento de los planes acordados por
la dirección del Estado. Sin embargo, el Estado tiene un papel especial muy
importe en la administración de la sociedad.
Los
delegados del Poder Popular, en todos los niveles de Gobierno, pueden ser
reelegidos o revocados de no cumplir sus funciones. De esta forma responden a una
esencia popular incomparablemente superior a la de cualquiera de las
democracias que se muestran como modelos en el mundo. Otro elemento importante
y distintivo se refleja en la no remuneración material como privilegio a quien
ocupa esa responsabilidad social. Incluso los delegados mantienen sus
ocupaciones laborales lo cual implica un elevado grado de desprendimiento
individual y espíritu de sacrificio.
El Periodo
Especial que enfrenta Cuba desde el inicio mismo de la década de los noventa
(vigente en la actualidad, debido al bloqueo estadounidense), es agudizado por
los efectos de una crisis económica internacional que exige enfrentar mayores
desafíos para el desarrollo del proceso de construcción del proyecto socialista
cubano. No obstante, el pueblo de Cuba ha demostrado su capacidad para mantener
su soberanía e independencia al participar en las decisiones de su propio
Parlamento sin injerencias ni presiones e influencias extranjeras.