domingo, 3 de junio de 2012

Washington: una propuesta que convierte a inmigrantes en exiliados politicos


Claudia Rodríguez León

Foto tomada de Cubadebate

Sumario: El anuncio de que la Cámara de Representantes de Estados Unidos debate una nueva medida para restringir los viajes de cubanos residentes en territorio norteamericano a Cuba no resulta novedoso en el panorama bélico que mantiene bajo el camuflaje de bloqueo la Casa Blanca contra la Mayor de las Antillas.



La Cámara de Representantes de Estados Unidos debate una nueva medida para restringir los viajes de cubanos residentes en territorio a partir de una iniciativa presentada por el legislador floridano David Rivera. De esta manera se inicia un nuevo cabildeo con una propuesta que “enmienda” a la extraterritorial  Ley de Ajuste Cubano (creada desde 1966), con el propósito de aumentar las tensiones entre Cuba y Estados Unidos a partir del rechazo de Washington a mantener los acuerdos basados en procesos migratorios legales y crear las condiciones para estimular las salidas ilegales de la Mayor de las Antillas.
Se dice que la propuesta del señor Rivera pasó la primera ronda de discusiones en el subcomité de Política de Inmigración de la Cámara Baja y fue enviada al Comité de Asuntos Judiciales. De esta forma Rivera se modifica la Ley Pública 89-732, - The Cuban Adjustment Act (conocida como Ley de Ajuste Cubano), texto que facilita a los inmigrantes ilegales cubanos obtener la residencia en Estados Unidos. Solo en 2011, 280 mil cubanos residentes en Estados Unidos visitaron Cuba.  Una cifra que parecía podría aumentar de flexibilizarse las cuestiones que se han convertido en obstáculos para el cumplimiento de los acuerdos migratorios Cuba-Estados Unidos, por parte de Washington.
En este caso la enmienda (solicitada desde agosto de 2011), propone sancionar con la anulación de sus documentos migratorios a quienes viajen a Cuba sin obtener previamente la ciudadanía estadounidense. Se conoce que muchos cubanos, residentes en Norteamérica, aún no poseen la condición de ciudadanos de ese país, lo que facilitaría al gobierno impedir que puedan viajar a la Isla, en acuerdo a las restricciones impuestas por la Casa Blanca contra los ciudadanos estadounidenses que desean visitar a Cuba.
De esta manera, ningún inmigrante de la Mayor de las Antillas podría visitar a sus familiares en los primeros cinco años de residencia en Estados Unidos, lo que aumentaría las tensiones entre ambas naciones con relación a los propósitos de flexibilizar las reuniones familiares y colocaría, al propio gobierno de Estados Unidos, en un estrecho margen de comunicación para establecer relaciones normales con el gobierno de Cuba.
De esta forma los emigrantes, incluso los que salen por la vía legal, se convierten en exiliados políticos  y se contrapone a la orden ejecutiva firmada, a principios de 2011, por el presidente Barack Obama, para facilitar cuestiones relacionadas con los viajes y remesas a Cuba que habían sido impuestas, en 2003, por la administración del republicano George W. Bush.
En realidad ya el señor Barack está a punto de abandonar su puesto de Comandante en el barco (Casa Blanca) y, precisamente, ha sido premiado _a propósito en estos días_ con la visita del señor George W. Bush, quien colocó una fotografía en el hall donde se encuentran las imágenes de los presidentes de Estados Unidos. Una acción que pudiera traducirse de la siguiente manera: “lo has hecho bien, hijo, has realizado un buen trabajo (palmaditas en el hombro inclusive).”  Porque el señor Barack, insisto en todos mis artículos, al utilizar la palabra “cambio” solo hacía referencia a su condición de tránsito.
La medida presentada por el señor Rivera, es una acción preparatoria para el recrudecimiento del bloqueo impuesto contra Cuba por más de medio siglo y facilitará las proyecciones del nuevo candidato Mitt Rommey: un guerrista que ha definido la intención de alimentar las arcas de los que tienen bancadas en el Complejo Militar Industrial (por supuesto la familia Bush, en las cuestiones relacionadas con los energéticos hidrocarburantes) y obtiene el apoyo de la Florida en los congresistas Rivera, Mario Díaz-Balart, Albio Sires e Ileana Ros-Lethinen.
Toda esta fauna que no deja fuera de la tajada a los senadores: Marco Rubio y Robert Menéndez, todos de origen cubano, que insisten en patrocinar proyectos que recrudezcan los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero sin escatimar las acciones terroristas como las realizadas por la mafia cubano-americana en sabotajes a instalaciones turísticas en Cuba o la introducción deliberada de enfermedades para afectar a la población o en los sectores agrícolas, agropecuarios y agroindustriales por citar algunos ejemplos.