martes, 22 de abril de 2014

El código no secreto de Barack Obama



Foto de la Internet

Desde que asumió el poder el presidente de Estados Unidos, ha sido el principal estratega para la continuidad de la nueva etapa de la guerra fría que tiene lugar en los ataques realizados contra aliados y enemigos en el ciberespacio. Por otra parte, las consecuencias directas de tales acciones se reflejan en el esfuerzo por el control de millones de personas (usuarios de la Internet) que puedan ser manipuladas en un anticipo (inverso) de lo que fuera el argumento futurista del filme Minority Report, pero donde la virtualidad de la realidad tergiversada _por los administradores de las plataformas ciberespaciales_, condiciona la conversión de los seres humanos en nuevos esclavos o biociberandroides capaces de ejecutar tareas subversivas como el enfrentar a los gobiernos de sus respectivas naciones (considerados enemigos de Washington), por ejemplo Cuba y Venezuela, o llevar al poder direcciones de corte fascista, mediante programa de inteligencia militar (las denominadas“primaveras”) como sucede, actualmente, en Ucrania.
Un ejemplo reciente de los intentos de la Casa Blanca en su guerra de quinta generación por el control imperial del ciberespacio y, específicamente, hacia Latinoamérica, resultó el fracaso de la operación Zunzuneo contra Cuba. Un ataque que posibilitó introducirse en la cuenta de 40 000 clientes de la empresa ETECSA y provocar daños y prejuicios con el propósito de realizar un levantamiento subversivo y desobediencia civil a gran escala en el territorio de la Mayor de las Antillas.
Por eso resulta más preocupante la nueva declaración del mandatario estadounidense al expresar que “la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) podría servirse de los fallos de seguridad en Internet, en medio del revuelo en el mundo por la noticia acerca de la vulnerabilidad Heartbleed, que comprometió a millones usuarios”.
Tal aseveración solo puede ser tomada como una acción dentro de la estrategia de las operaciones militares y de la cual, expresamente, el señor Barack asume su condición de Comandante en Jefe, de las tareas que realiza (en todo el planeta) la NSA y el Comando Ciberespacial.
De acuerdo con un reporte de Prensa Latina, “funcionarios aseguraron _según publicó The New York Times_, que tras salir a la luz el fallo del código de OpenSSL, utilizado por miles de sitios para proteger los datos de usuarios, Obama decidió que cuando la NSA localice este tipo de vulnerabilidades en la seguridad de internet, deberá informarlo para que sean reparadas, en lugar de guardar silencio para utilizarlas en tareas de espionaje. ¿Más claro…?
Seguidamente, el señor Barack hizo “una salvedad significativa que podría permitir a la NSA seguir explotando los fallos para “romper el cifrado en internet y diseñar armas cibernéticas”.
Prensa Latina destaca que “fuentes de Bloomberg, durante los dos últimos años la NSA no solo ha tenido conocimiento de la existencia de Heartbleed bug, sino que lo ha usado regularmente para recolectar información de inteligencia”.
En este caso, Heartbleed pasa por ser uno de los mayores problemas técnicos en la historia de Internet, un fallo de seguridad que afecta a la tercera parte de todos los sitios web del mundo. Su descubrimiento hace cinco días llevó a muchos usuarios a cambiar sus contraseñas, pero de ningún modo excluye la vigilancia, si tenemos en cuenta los acuerdos de los administradores de las plataformas ciberespaciales para entregar la información requerida por los centro de espionaje estadounidense, sin establecer límites.
En este caso basta observar que siquiera los aliados escapan, especialmente del escándalo provocado por las revelaciones de Edward Swnoden  y Julian Assange, y lo que ocurre en el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) que asegura llevar meses defendiéndose de un ciberataque que _las autoridades alemanas_, por su entidad y complejidad, atribuyen a un servicio secreto extranjero, según reporte del “Der Spiegel”.
Por su parte, la agencia Efe, destaca que “El Gobierno alemán considera el caso “extremadamente serio” porque esa agencia pública se dedica, entre otras cuestiones, a la temáticos”, de carácter profesional, y han afectado a “todos los sistemas operativos” del DLR, según los investigadores”.
Más adelante señala que “hasta el momento, el estudio de los ordenadores afectados por parte de forenses informáticos de la Oficina Federal para la Seguridad en las Tecnologías de la Información (BSI) tan sólo han logrado “indicios”, mientras “Der Spiegel” asegura que estos expertos han encontrado en el código de algunos de los troyanos “caracteres chinos y errores recurrentes que apuntan a un atacante de Extremo Oriente”, aunque añaden que eso podría ser tan sólo una estrategia de despiste”.
Por supuesto, es obvio, considerar que las trazas de los atacantes ciberespaciales dejarían señales para llevar a otros y, en este caso, es risible la referencia a la presencia de “caracteres chinos o de extremistas del Oriente Medio, más directamente un intento de talibanizar el asunto.
Sin embargo, algunos especialista (informáticos) consultados por la publicación alemana no descartan que este ataque proceda de Occidente y, en concreto, de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense, la misma que lleva a cabo programas masivos de espionaje a escala global. En este caso, se acercan a la verdad.