Claudia
Rodríguez León
Fotos de infografías tomada
de Cubadebate, sitio digital cubano
Sumario: La
realización del llamado Festival Clic _de blogueros mercenarios al servicio del
gobierno de Estados Unidos_, ha sido todo un fracaso a pesar de los esfuerzos
de sus promotores en los servicios de inteligencia norteamericanos, la
ultraderecha contrarrevolucionaria radicada en Miami, fundamentalmente, y el
apoyo de funcionarios de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana.
Un Festival
que no tuvo otra explicación que alentar a quienes sirven como mercenarios al
gobierno de Estados Unidos fue el clímax de una provocación que busca una
especie de “primavera” donde los gusanos de los grupúsculos
contrarrevolucionarios, radicados en Cuba, puedan recibir instrucciones,
materiales y apoyo logístico para sus actividades subversivas.
Solo basta
observar los personajes que estuvieron presentes o los secundaron para conocer
el verdadero objetivo de una reunión que ha sido valorada “satisfactoria” por
el señor José Luis Antúnez, cofundador de la empresa Evento Blog España (EBE)
_principal patrocinadora del Festival_ quien dijo a la agencia española Efe (convertida,
al igual que el nuevo herald, en una
especie de referencia oficial de la contrarrevolución cubano-americana) que un
centenar de personas ha respondido a una convocatoria “independiente, libre y
abierta” divulgada “puerta a puerta” y a través de folletos entregados en la
calle.
A pesar de
la forma en que las autoridades cubanas observaron esta nueva provocación, sus
organizadores saben (perfectamente) que están cruzando una línea en la cual la
intromisión en los asuntos internos de un estado soberano e independiente, mediante
la desobediencia civil y la subversión social constituye un delito. Sin
embargo, adelantan una cruzada en al cual participan megaempresas como Google,
Facebook y Twitter, en la reducción de servicios a la Mayor de la Antillas,
mientras entrenan y facilitan los medios para que las tecnologías sean armas de
uso totalmente contrario a su concepción primaria.
De hecho le
facilitan teléfonos celulares dotados de todos los servicios de comunicación
ciberespacial que son financiados por el dinero de la USAID y otras fuentes
vinculadas a los intereses de quienes pretenden derrocar a la Revolución
cubana.
Resulta
ridículo que se pretenda mostrar cómo hacer abrirse espacios en la Internet, en
Cuba, cuando el propio gobierno ha dispuesto recursos y dinero en la formación
de graduados universitarios en ciencias informáticas, además de establecer
Joven Club de Computación, en un gigantesco esfuerzo para llevar las nuevas
tecnologías aplicadas a la enseñanza para colocarlas en las manos de quienes
trabajarán en todas las esferas de la producción y los servicios.
Por
supuesto, la única verdad es que la banda _por la que transitan estos datos en
Cuba_ es limitada debido al bloqueo impuesto por la Casa Blanca hace más de
medio siglo. Recientemente fue reforzado como parte de la estrategia contenida
en las leyes extraterritoriales aplicadas contra la Isla. Se puede preguntar a
Google o quizá al señor Szubin, del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
No es
coincidencia que todas estas acciones se realicen con los fondos que Estados Unidos
ha aumentado para dotar a los cibermercenarios en Cuba, según revela una carta del
Departamento de Estado al Congreso que publicara el propio Herald, en referencia a una
carta fechada el 26 de abril y el la cual se detalla el plan para invertir 20
millones de dólares aprobados (otros, pues cada año se mantiene un presupuesto
similar)para los programas de subversión en Cuba durante el año fiscal que
termina el 30 de septiembre.
Aclaran que
el dinero será administrado por tres entidades del Departamento de Estado: la
Oficina de Latinoamérica y el Caribe (LAC) de la USAID; la Oficina de la
Democracia, los Derechos Humanos y el Trabajo (DRL); y Asuntos del Hemisferio
Occidental (WHA). ¿No son pruebas evidentes de la participación de un estado en
objetivos claramente hostiles? ¿Acaso _salvando las distancias_ no se pretende
crear las bases para la desobediencia civil en Cuba? Respondo a la segunda
cuestión. Resultaría imposible movilizar al pueblo cubano contra sí mismo.
La carta es
una consecuencia lógica del efecto causado por la decisión de los países
del ALBA de expulsar
a la USAID de sus territorios, teniendo en cuenta que resulta “un factor de
perturbación que atenta contra la soberanía y estabilidad política” de estos
países. La prueba más reciente es el gorilazo del Parlamento paraguayo, aunque
Estados Unidos no se ha pronunciado, por supuesto, ya lo hicieron otros como
España (aún dolida en la medida nacionalizadora de YPF en Argentina) y el
Vaticano (supongo porque pretende borrar la historia personal de un presidente de
tendencia izquierda que estuvo vinculado a la Iglesia Católica), por citar
algunos ejemplos.
En cuanto a
los medios entregados a los grupúsculos de cibermercenarios se acordó que, “para
evitar otro incidente como el de Alan Gross, el programa evitará el suministro
de equipos sofisticados como teléfonos satelitales y en su lugar usará
solamente artículos disponibles en la isla, tales como computadoras, DVDs,
unidades USB y teléfonos celulares, dijo un empleado del Congreso”.
Por su
parte, WHA recibió una asignación de 1.53 millones de dólares para un programa
de “entrenamiento a distancia sobre habilidades básicas para la información
tecnológica… Además, los fondos apoyarán la compra de artículos de tecnología
básica de la información, y darán apoyo material a activistas de los derechos
humanos, periodistas independientes y bibliotecas independientes en la isla”.
En cuanto a
la DRL se prevé la entrega de 1.05 millones de dólares para proporcionar
entrenamiento, equipos y software a individuos que tiene la orientación de reportar
supuestos abusos contra los derechos humanos en Cuba y 750,000 dólares para
“entrenamiento con base en la tecnología” para campañas en las redes sociales.
También administrará 700,000 dólares para jóvenes que incluye “usos innovadores
de la tecnología como los medios sociales”, y otro para “educar” a cubanos en
economía de mercado y sus bondades para la democracia que pretende imponer
Washington en los carriles que fundamentan las actividades de los grupúsculos
contrarrevolucionarios en territorio de la Mayor de las Antillas.
Otros 500,000
dólares serán administrados por LAC para apoyar “investigaciones sobre opciones
de tecnología para ampliar las comunicaciones” entre los cubanos y la
conectividad de internet como parte de un programa titulado “La Aplicación de
la Tecnología en la Promoción de la Democracia” de acuerdo con lo que entiende
por tal el Departamento de Estado. De ahí la satisfacción de los
cibermercenarios.
LAC tiene
también 2.9 millones de dólares para “apoyo humanitario” para “personas
políticamente marginadas”, en un país donde el Estado ofrece oportunidades para
que el pueblo participe en todas las organizaciones sociales creadas en función
del desarrollo de la sociedad. Recientemente, los trabajadores por cuenta
propia han demostrado su afiliación a los objetivos soberanos de la Revolución
con una amplia y directa participación de apoyo político en la marcha del
pasado Primero de Mayo.
Otras
informaciones, en relación con estas actividades subversivas, demuestra que la DRL
ya ha comprometido 4 millones de dólares con la Fundación Nacional por la
Democracia (National
Endowment for Democracy), una organización de Washington acusada de ser una
vitrina legal de la CIA, y que ha sido expulsada de varios países, incluso aliados de los
EEUU, por
financiar partidos y acciones opositoras, violando flagrantemente la ley. Algo
que es severamente penado en los Estados Unidos, el país que ahora pretende
extraditar a Julián Assange, fundador de WikiLeaks, como parte de las acciones
de guerra cibernética de la Casa Blanca contra el resto del mundo, mediante la
vigilancia y ataque a las redes, consideradas hostiles (téngase en cuenta el
programa nuclear iraní amenazado por sabotajes ciberespaciales) por el Comando Ciberespacial, valga la
redundancia.
En la carta del Departamento
de Estado al Congreso se
especifica que también gastará 2.87 millones de estos 20 millones de dólares que
aumenta la cifra de los fondos históricos de la USAID para la subversión en
Cuba y ascendentes en 197 270 000 que ya han sido empleados, según describe
Tracey Eaton, en su blog Along
the Malecon:
Muestra de la carta al Congreso de Estados Unidos