miércoles, 5 de diciembre de 2012

Cuba no es solo una Isla en el Golfo


Claudia Rodríguez León
Foto tomada de la Internet (pendiente)
Sumario: La Isla Mayor de las Antillas, en medio del férreo bloqueo impuesto por el gobierno de Estados Unidos, se ha propuesto reorganizar su estructura económica y para ello cuenta con el más preciado de sus tesoros y que ha forjado por generaciones durante más de medio siglo.
Después de la “caída” del campo socialista en Europa del Este las miradas de millones de personas en el planeta tomaron como punto de referencia, a Cuba. Un país que ha sufrido y enfrenta los feroces embates organizados por todas las administraciones norteamericanas _desde el triunfo de la Revolución de enero de 1959_, en el propósito de borrar un ejemplo que ahora se multiplica en las esperanzas de los pueblos que defienden el llamado Socialismo del Siglo XXI.
Apostar por la destrucción de nuestro país es no reconocer las contínuas derrotas del imperialismo, a pesar de su empeño por convertirlo en neocolonia. Un objetivo que no podrán lograr porque los cubanos defienden la continuidad de un Gobierno _liderado por el Partido Comunista_ que ha demostrado su capacidad para guiar al pueblo en medio de las dificultades del bloqueo genocida que genera, impone y defiende Washington. 
Cuba se multiplica y cambia para continuar su proyecto de Socialismo, en medio de los ataques directos e indirectos de la Casa Blanca y sus aliados que también enfrentan el rechazo mundial a la obsoleta política de Washington y las graves consecuencias provocadas al pueblo de Cuba. Son ejemplos del genocidio en su forma de bloqueo, las pérdidas de vidas humanas provocadas por la introducción deliberada de agentes patógenos (guerra bacterológica)  hasta los cuantiosos daños materiales (en diferentes sectores de la economía, la producción y los servicios (ataques con bombas en instalaciones turísticas y agresiones radioelectrónica, a través de radio y televisión Martí, por ejemplo) y la necesidad (de la dirección de nuestro país) de duplicar los gastos para poder acceder a productos básicos en el mercado mundial.
Sin embargo, esgrimen la falta de derechos de los ciudadanos cubanos aún cuando las imágenes de extrema pobreza que circulan en los medios de prensa y el ciberespacio no se corresponden con la realidad de la Mayor de las Antillas.
Precisamente ha sido la voluntad del pueblo cubano, en un acto de soberanía e independencia, asumir los Lineamientos del VI Congreso del Partido, como la referencia adecuada para analizar los errores causados por las presiones del bloqueo y el acomodamiento interno, la corrupción administrativa y continuar el proyecto de Socialismo, al aplicar los cambios justos y necesarios, pero sin perder el rumbo frente a los ataques del gobierno de Estados Unidos.
Por estos días, en los principales escenarios de la capital del país, se encuentran figuras del pentagrama popular internacional que han comprobado que la juventud cubana no padece la ceguera en la cual pretenden mantener los imperialistas en otras latitudes donde los jóvenes son prisioneros de la sociedad de consumo y “consumidos”, a su vez, por todos los males que generan las políticas neoliberales impuestas por el sistema capitalista en la actualidad.
Cuba forjó su principal recurso: a sus hijos durante generaciones que han convertido la libertad ganada en las guerras por su independencia como una expresión de identidad y cubanía. De ahí que será muy difícil llevarla a un pasado que fue borrado por una Revolución verdadera y auténtica que tiene sus bases en el programa defendido por su líder histórico, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, en la temprana fecha que llevó a la Generación del Centenario del nacimiento de José Martí, al asalto de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
La deuda histórica de la juventud cubana y defender el legado de sus próceres es más que compromiso, es sentido de unidad que se transmite de padres a hijos, es la esencia de un país que es más que una Isla en el Golfo.