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Las
recientes declaraciones del administrador de la USAID, Rajiv Shah, con respecto
a la red subversiva empleada en la guerra mediática contra Cuba, ponen al
descubierto -una vez más- la falta de argumentos para garantizar una tapadera con
el propósito de reducir el efecto del desastroso y sonado fracaso al intentar
subvertir al pueblo cubano, mediante una compleja red denominada Zunzuneo.
Las denuncias de La Habana, demuestran que el gobierno de Estados Unidos pretende
encubrir y justificar que la USAID utilizó el Zunzuneo para, según el administrador de la USAID: “facilitar el flujo de
información entre los cubanos” y no
como parte de la guerra mediática que
sostiene Washington contra la Isla. Las declaraciones del señor Shah, son
alarmantes y contradictorias si tenemos en cuenta la esencia del genocida
bloqueo extraterritorial impuesto por la Casa Blanca (hace más de medio siglo) contra
la Mayor de las Antillas, con especial énfasis en todas las esferas de la
producción, la economía y los servicios para generar el descontento, por
carencias de abastecimientos, al pueblo cubano.
Es importante recordar, por ejemplo, cuando en abril de 2009 (informe presentado por el Ministerio de Informática y Comunicaciones, en octubre de 2010), Cuba denunciaba que
las pérdidas totales, generadas por el bloqueo, en el sector de la Informática
y las Comunicaciones asciendían a 61 Millones 240 mil 430 dólares. El informe
incluía un reporte de las miles de horas de transmisiones semanales, en 30 frecuencias
diferentes, emitidas por emisoras de radio y televisión con propósitos
subversivos, desde el territorio norteamericano o países vecinos, violando
todas las normas del Derecho Internacional y como parte de la guerra mediática y subversiva contra Cuba.
Tales transmisiones, exponía el documento, proponen crear
interferencias perjudiciales a nuestros servicios nacionales, incitar a la violencia,
el asesinato, la desobediencia civil y exhortar flujos de emigración ilegal,
además de estimular la deserción de profesionales y técnicos; así como falsificar
y tergiversar los hechos en torno a la realidad cubana y se promueve la
destrucción del orden constitucional legítimamente establecido por el pueblo
cubano.
Ya desde el año 2009, reitero (según el texto de referencia), la Empresa de
Telecomunicaciones de Cuba, ETECSA, reportaba 52 Millones 868 mil dólares por
afectaciones a la producción y los servicios, gastos adicionales de fletes, afectaciones
por la prohibición de acceso a las tecnología norteamericanas. La empresa no ha
podido adquirir equipos y piezas de repuesto con patentes de compañías
norteamericanas y que resultan imprescindibles para el desarrollo y
mantenimiento de las entidades dedicadas a las telecomunicaciones en Cuba.
Estos componentes son adquiridos en el mercado internacional bajo fuertes
medidas de control y supervisión, además de un incremento considerable de su
valor.
Esta cifra, hasta la fecha se ha
incrementado. No obstante, las pérdidas también incluyen los daños y prejuicios causados a la empresa ETECSA y a miles de sus clientes a los cuales les fueron robadas la información de sus líneas telefónicas celulares para enviar mensajes subversivos con propósitos de inteligencia militar secreta.
La similitud de los
propósitos subversivos de la red Zunzuneo, con la preparación de la llamada Operación
Mangosta, y todo el preludio que llevó a la invasión por Girón, se diferencia solo por los soportes para realizar este nuevo ataque mediático
contra Cuba. El fin es el mismo. De ahí la necesidad de retomar las palabras de
Fidel, durante las honras fúnebres de
las víctimas del bombardeo a distintos puntos de la república, efectuado en 23
y 12, frente al cementerio de Colón, el día 16 de abril de 1961:
“Lo que ningún
pueblo de este continente había tenido oportunidad de conocer era ese tipo de
hostigamiento por aire y por mar, era ese tipo de operaciones filibusteras por
aire y por mar; lo que este continente no había tenido oportunidad de conocer
—continente que había conocido intervenciones, continente que había conocido
ejércitos mercenarios organizados por Estados Unidos—, lo que ningún pueblo de
este continente había tenido oportunidad de conocer era esa acción sistemática
por parte de los servicios secretos del gobierno de Estados Unidos, esa acción
sistemática de sabotaje y de destrucción por parte de un poderoso organismo que
cuenta con todos los recursos económicos y con los medios más modernos de
sabotaje y de destrucción; lo que nunca un pueblo de este continente había
tenido que conocer era la lucha contra la Agencia Central de Inteligencia del
gobierno de Estados Unidos, empeñada a toda costa, cumpliendo instrucciones de
su gobierno, en entorpecer la marcha pacífica y esforzada de una nación, en
destruir sistemáticamente el fruto del trabajo de un pueblo, en destruir
sistemáticamente los recursos económicos, los establecimientos comerciales, las
industrias, y lo que es peor: vidas valiosas de obreros, de campesinos y de
ciudadanos laboriosos y honestos de este país”.