miércoles, 9 de abril de 2014

USAID: Uno de los rostros visibles de la CIA





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Las recientes declaraciones del administrador de la USAID, Rajiv Shah, con respecto a la red subversiva empleada en la guerra mediática contra Cuba, ponen al descubierto -una vez más- la falta de argumentos para garantizar una tapadera con el propósito de reducir el efecto del desastroso y sonado fracaso al intentar subvertir al pueblo cubano, mediante una compleja red denominada Zunzuneo.  

Las denuncias de La Habana, demuestran que el gobierno de Estados Unidos pretende encubrir y justificar que la USAID utilizó el Zunzuneo para, según el administrador de la USAID:  “facilitar el flujo de información entre los cubanos” y no como parte de la guerra mediática que sostiene Washington contra la Isla. Las declaraciones del señor Shah, son alarmantes y contradictorias si tenemos en cuenta la esencia del genocida bloqueo extraterritorial impuesto por la Casa Blanca (hace más de medio siglo) contra la Mayor de las Antillas, con especial énfasis en todas las esferas de la producción, la economía y los servicios para generar el descontento, por carencias de abastecimientos, al pueblo cubano.
Es importante recordar, por ejemplo, cuando en abril de 2009 (informe presentado por el Ministerio de Informática y Comunicaciones, en octubre de 2010), Cuba denunciaba que las pérdidas totales, generadas por el bloqueo, en el sector de la Informática y las Comunicaciones asciendían a 61 Millones 240 mil 430 dólares. El informe incluía un reporte de las miles de horas de transmisiones semanales, en 30 frecuencias diferentes, emitidas por emisoras de radio y televisión con propósitos subversivos, desde el territorio norteamericano o países vecinos, violando todas las normas del Derecho Internacional y como parte de la guerra mediática y subversiva contra Cuba.
Tales transmisiones, exponía el documento, proponen crear interferencias perjudiciales a nuestros servicios nacionales, incitar a la violencia, el asesinato, la desobediencia civil y exhortar flujos de emigración ilegal, además de estimular la deserción de profesionales y técnicos; así como falsificar y tergiversar los hechos en torno a la realidad cubana y se promueve la destrucción del orden constitucional legítimamente establecido por el pueblo cubano.

Ya desde el año 2009, reitero (según el texto de referencia), la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, ETECSA, reportaba 52 Millones 868 mil dólares por afectaciones a la producción y los servicios, gastos adicionales de fletes, afectaciones por la prohibición de acceso a las tecnología norteamericanas. La empresa no ha podido adquirir equipos y piezas de repuesto con patentes de compañías norteamericanas y que resultan imprescindibles para el desarrollo y mantenimiento de las entidades dedicadas a las telecomunicaciones en Cuba. Estos componentes son adquiridos en el mercado internacional bajo fuertes medidas de control y supervisión, además de un incremento considerable de su valor.

Esta cifra, hasta la fecha se ha incrementado. No obstante, las pérdidas también incluyen los daños y prejuicios causados a la empresa ETECSA y a miles de sus clientes a los cuales les fueron robadas la información de sus líneas telefónicas celulares para enviar mensajes subversivos con propósitos de inteligencia militar secreta.
La similitud de los propósitos subversivos de la red Zunzuneo, con la preparación de la llamada Operación Mangosta, y todo el preludio que llevó a la invasión por Girón, se diferencia solo por los soportes para realizar este nuevo ataque mediático contra Cuba. El fin es el mismo. De ahí la necesidad de retomar las palabras de Fidel, durante las honras fúnebres de las víctimas del bombardeo a distintos puntos de la república, efectuado en 23 y 12, frente al cementerio de Colón, el día 16 de abril de 1961:

“Lo que ningún pueblo de este continente había tenido oportunidad de conocer era ese tipo de hostigamiento por aire y por mar, era ese tipo de operaciones filibusteras por aire y por mar; lo que este continente no había tenido oportunidad de conocer —continente que había conocido intervenciones, continente que había conocido ejércitos mercenarios organizados por Estados Unidos—, lo que ningún pueblo de este continente había tenido oportunidad de conocer era esa acción sistemática por parte de los servicios secretos del gobierno de Estados Unidos, esa acción sistemática de sabotaje y de destrucción por parte de un poderoso organismo que cuenta con todos los recursos económicos y con los medios más modernos de sabotaje y de destrucción; lo que nunca un pueblo de este continente había tenido que conocer era la lucha contra la Agencia Central de Inteligencia del gobierno de Estados Unidos, empeñada a toda costa, cumpliendo instrucciones de su gobierno, en entorpecer la marcha pacífica y esforzada de una nación, en destruir sistemáticamente el fruto del trabajo de un pueblo, en destruir sistemáticamente los recursos económicos, los establecimientos comerciales, las industrias, y lo que es peor: vidas valiosas de obreros, de campesinos y de ciudadanos laboriosos y honestos de este país”.