jueves, 29 de marzo de 2012

La gota que colmará la copa


Claudia Rodríguez León
Foto tomada de la Internet
Estados Unidos hace caso omiso a las advertencias sobre la posibilidad de desatar un conflicto de impredecibles consecuencias en el Oriente Medio, al aprobar el financiamiento especial para un escudo antimisiles al gobierno de Israel.
Según el vocero del Pentágono, George Little, la administración de la Casa Blanca considera una prioridad atender las solicitudes del presidente Barack Obama y el secretario de defensa, León Panetta, de acceder la entrega de 205 millones de dólares en función de la capacidad defensiva del sistema antimisil israelí.
Tamaña preocupación se ajusta a la ofensiva de amenazas proferidas por el mandatario estadounidense cuando (recientemente) se atrevió a expresar un casi conteo regresivo a Irán y expresó (claramente) que podrían ser utilizadas las armas concebidas para destruir el sistema de energía nuclear desarrollado con fines pacíficos por el país persa.
En este caso se trata de bombas que pueden perforar superficies cubiertas por el hormigón hasta de 60 metros. Esta arma considera convencional supera todo lo construido en los arsenales de bombas sin aditamentos nucleares, pero cuyo efecto destructivo _sobre todo al caer sobre instalaciones nucleares_ crearía el mismo efecto destructivo.
No obstante, el asunto de apoyar a Tel Aviv, deja ver mucho de la inminencia de un ataque sorpresivo realizado por el estado sionista. De ahí que la garantía sea el uso del escudo denominado Cúpula de Hierro que ya ha sido analizado y aprobado en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.
En este caso el señor Obama, “premio nobel de la paz (me reservo el derecho de no colocar las mayúsculas a este inmerecido reconocimiento) tiene la potestad de entregar sistemas defensivos adicionales a Israel.
Una vez más Washington da un paso en su escalada contra Irán. Por su parte el gobierno hebreo se expresó en las palabras de su ministro de defensa, Ehud Barak, quien aseguró: “es otra muestra de la profundidad de las relaciones a nivel de seguridad entre Estados Unidos e Israel, y una medalla de honor a las industrias de seguridad israelíes que desarrollaron el sistema Cúpula de Hierro”.
Esta realidad oscurece más el camino de lo que debía ser en una región convulsa y a punto de estallar debido, precisamente, a la ofensiva de Washington y sus aliados imperiales.
Atacar a Irán es una prioridad para la administración de la Casa Blanca y los halcones del Pentágono. Tel Aviv, será el brazo del verdugo, el escudo servirá de “capucha”, aunque (en mi criterio) dudo mucho que servirá de algo en caso de iniciarse un conflicto bélico contra Irán. Me apoyo en una observación: ningún sistema antimisiles es infalible. Eso lo saben, perfectamente, quienes alientan la voracidad de Israel a miles de kilómetros de distancia de la Casa Blanca.