Claudia Rodríguez
Fotos: Tomadas de Cubadebate y El Nuevo Herald
Hubiera querido comenzar por argumentar el por qué podemos decir que
Cuba es un país mestizo, pero sería algo hiperconocido agregar ejemplos, tantos que no es la
primera vez que somos cuestionados o admirados por esa mezcla de razas que nos representa
en las dos fundamentales: la africana y la española (también mestiza, si
tenemos en cuenta la historia de los moros en España). No obstante, prefiero ir
al directo. Específicamente la posición asumida por El Nuevo Herald, en su
titular donde cuestiona que el intelectual cubano Roberto Zurbano, fuera
destituido de su alto cargo en la editorial Casa de las Américas, por expresar
una “dura crítica del racismo en la isla” y publicada, el pasado mes, en el The
New York Times.
Antes que todo hacer una salvedad. La
relación entre ambos diarios norteamericanos en función de la guerra mediática
contra Cuba. Lo que publica el The New York Times, contra Cuba, es retomado por El Nuevo Herald,
como es el caso de referencia. No es algo casual. Es un contenido aprobado de
manera consciente para hacer ver una realidad (virtual) de la transparencia en
un periodismo (el norteamericano) controlado, como es lógico, por los dueños de
los monopolios informativos del imperio. Decir lo contrario es arar en el mar. Ningún
medio de prensa en Estados Unidos ha dejado de responder a la política exterior
expansionista, hegemonista e imperialista. Lo han demostrado en todas las
guerras de rapiña, especialmente, las más recientes y donde la prensa _controlada
por el Pentágono, los servicios de inteligencia estadounidenses y la propia
Casa Blanca_, tienen un papel considerado estratégico. De lo contrario no
existiera ni la radio y la televisión denominada Martí. Muchos menos un Comando
Ciberespacial, por citar ejemplos.
Se trata de
una guerra mediática y real. El caso del intelectual cubano Roberto Zurbano, no
es excluido de las manipulaciones mediáticas.
El propio Comandante en Jefe, Fidel
Castro Ruz, indiscutible líder histórico de la Revolución cubana, ha sido
consecuente y sistemático en señalar las cuestiones relacionadas con las
manifestaciones de racismo manifiestas en nuestro país, debido a cuestiones históricas
que no pueden ser borradas de un golpe por la Revolución. La decisión de acudir
a la ayuda militar internacionalista solicitada por el gobierno de Angola
(Presidente Agosthino Neto) refuerza esa contribución de nuestro país con uno
de los pueblos africanos en cuyas bases, también están nuestras raíces. Con
vergüenza y dignidad, en Cuba, se puede decir que nadie ha sido marginado por el
color de su raza debido a normativas constitucionales, ni por las diferentes instituciones.
No me refiero, a los casos de expresiones racistas implícitas o explícitas, por
parte de personas de manera individual.
“Cuestionar la extensión del progreso
racial era equivalente a un acto contrarrevolucionario”, escribió Zurbano. “Eso
hizo casi imposible señalar lo evidente: el racismo está vivito y coleando”.
Así lo refleja el nuevo herald. Y, en mi criterio, resulta absurdo. Porque en
el último Congreso de la UNEAC se abordó los temas de la raza y la diversidad
con mucha fuerza. Tampoco ha estado excluido de los análisis en diferentes
Congresos del Partido Comunista de Cuba. Por lo que resulta contrario a lo
expresado por Zurbano. Cuestionar los problemas que subsisten, en relación con
el tema racial, en la sociedad cubana, es un acto revolucionario. Por otra
parte, la automarginación es otro asunto. De lo contrario no hubiera sido
reconocido, como otros tantos cubanos negros y blancos (recuérdese el mestizaje
de nuestro país) para ocupar un alto cargo en la prestigiosa Casa de las Américas.
Una institución creada por Haydeé Santamaría, con el propósito de unir a los intelectuales
de toda América y que fue logrado.
Según El Nuevo Herald, “el caso de
Zurbano refleja el creciente movimiento de derechos para los negros en Cuba,
donde el 35 por ciento de su población de 11 millones de personas son negros o
mestizos, en un momento en que sus activistas se quejan de que las reformas
económicas de mercado abierto de Raúl Castro favorecen injustamente a los
blancos”.
¿Cuál es ese movimiento de derechos
para los negros en Cuba? ¿Quiénes son
sus activistas? ¿Cuál es el programa que representan? ¿Por qué vincular las
reformas, los verdaderos y democráticos cambios realizados en Cuba, con
cuestiones económicas, raciales, que favorecen a los blancos, qué blancos,
(¡qué absurdo!)?
Para darle cuerpo a la mentira El Nuevo
Herald señala:
“María Ileana Faguaga Iglesia,
académica de La Habana que se especializa en estudios negros, dijo que no le
sorprendía la destitución de Zurbano — “la noticia hubiera sido que NO lo
hubieran botado”— porque las reformas de Castro no se extienden a la política”.
¿Botado…? ¿Quién dijo que las reformas
en Cuba son expresadas por la voluntad de una sola persona? Existe un Partido
que tiene reconocimiento constitucional para ejercer la dirección política en
el Estado. Un derecho aprobado por la Asamblea Nacional y recogido, por
supuesto, en la Carta Magna. Puede ser consultada. No obstante, los cambios en
Cuba se realizan en concertación con el pueblo. La consulta popular ha
demostrado que la propuesta, por ejemplo, del proyecto de Lineamientos
analizados en el VI Congreso del Partido, fue sustancialmente enriquecido y
modificado por la consulta popular que le precedió.
Nadie ha botado al intelectual Roberto
Zurbano. No cuestiono la decisión de la Casa de las Américas, como Organización
No Gubernamental, ni sus normativas internas en relación con las personas que
laboran en este lugar. No haré comparaciones que puedan resultar imprecisas.
Toca a la Casa de las Américas, si lo considera necesario, exponer sus razones.
En realidad, el intelectual Roberto
Zurbano ha tomado una posición que lejos de apoyar los necesarios cambios,
favorece el cuestionamiento en relación con un tema que ha dejado de ser tabú
en Cuba hace mucho tiempo, precisamente desde el triunfo de la Revolución en
enero de 1959. Sin embargo, la “académica” y, me permito entrecomillarla con
toda intención, expresó, por teléfono a El Nuevo Herald: “Esto me ratifica la
falta de comprensión y tolerancia hacia la diversidad, por el reconocimiento
pleno de los verdaderos problemas que Cuba enfrenta en todos los campos,
raciales, sociales, políticos y económicos.” A partir de ahí, abundan los
cuestionamientos en la búsqueda de una brecha para agredir a Cuba: el tema de
la discriminación racial. Y propongo otra salvedad, que recoge una frase
contundente, de Fidel, durante su entrevista con algunos de los mercenarios
vencidos en Playa Girón. “¡¿Y tú, qué haces aquí?! Preguntó el Comandante en
Jefe, Fidel, al hombre negro que estaba entre los agresores. ¿Hace falta
abundar en todo lo que significa esa pregunta de Fidel?
Según El Nuevo Herald, el propio “Zurbano
anunció que había sido “relevado” de su trabajo como director del Fondo
Editorial, seleccionando libros para ser publicados, y transferido a un puesto
de menor importancia durante una reunión del capítulo cubano de la Articulación
Regional de Afrodescendientes de Latinoamérica y el Caribe (ARAAC).” ¿Fue botado…?
Para consolidar su mentira El Nuevo
Herald, hace referencia a una llamada telefónica realizada al prestigioso
intelectual y profesor Esteban Morales, quien asegura el libelo miamense,
expuso que: “No lo han botado de la Casa. Simplemente, la Casa lo ha liberado
de ese puesto.” Seguidamente, explican que “Morales, un bien conocido
economista de La Habana, fue expulsado del Partido Comunista en el 2010 tras
escribir una columna de Internet en la cual se quejaba de la corrupción
imperante en Cuba. El fue reintegrado en el 2011.”
Las manifestaciones de corrupción han
sido criticadas y sancionadas durante todo el proceso revolucionario hasta la
fecha.
Una tercera salvedad. El profesor
Esteban Morales, nunca dejó de pensar como un revolucionario y comunista.
Exigió, desde una posición digna, su restablecimiento a la militancia y fue
reconocido. Esto explica que existe una proyección hacia el cambio y la ruptura
de esquemas y de posiciones dogmáticas, pero teniendo en cuenta las históricas
palabras de Fidel con los intelectuales en la Biblioteca Nacional, en fecha temprana
como los días 16, 23 y 30 de junio de 1961:
“Si los hombres se juzgan
por sus obras, tal vez nosotros tendríamos derecho a considerarnos con el
mérito de la obra que la Revolución en sí misma significa, y sin embargo no
pensamos así. Y creo que todos
debiéramos tener una actitud similar.
Cualesquiera que hubiesen sido nuestras obras, por meritorias que puedan
parecer, debemos empezar por situarnos en esa posición honrada de no presumir
que sabemos más que los demás, de no presumir que hemos alcanzado todo lo que
se puede aprender, de no presumir que nuestros puntos de vista son infalibles y
que todos los que no piensen exactamente igual están equivocados. Es decir, que nosotros debemos situarnos en
esa posición honrada, no de falsa modestia, sino de verdadera valoración de lo
que nosotros conocemos. Porque si nos
situamos en ese punto, creo que será más fácil marchar acertadamente hacia
adelante. Y creo que si todos nos
situamos en ese punto —ustedes y nosotros—, entonces, ante esa realidad,
desaparecerán actitudes personales y desaparecerá esa cierta dosis de
personalismo que ponemos en el análisis de estos problemas.
(…)
“…la Revolución tiene que tener una política para esa
parte del pueblo, la Revolución tiene que tener una actitud para esa parte de
los intelectuales y de los escritores.
La Revolución tiene que comprender esa realidad, y por lo tanto debe
actuar de manera que todo ese sector de los artistas y de los intelectuales que
no sean genuinamente revolucionarios, encuentren que dentro de la Revolución
tienen un campo para trabajar y para crear; y que su espíritu creador, aun
cuando no sean escritores o artistas revolucionarios, tiene oportunidad y tiene
libertad para expresarse. Es decir,
dentro de la Revolución.
Esto significa que dentro
de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada. Contra la Revolución nada, porque la
Revolución tiene también sus derechos; y el primer derecho de la Revolución es
el derecho a existir. Y frente al
derecho de la Revolución de ser y de existir, nadie —por cuanto la Revolución comprende los
intereses del pueblo, por cuanto la Revolución significa los intereses de la
nación entera—, nadie puede alegar con razón un derecho contra ella. Creo que esto es bien claro".
El Nuevo Herald busca, en el caso de Roberto Zurbano,
una punta de lanza para mantener sus agresiones mediáticas contra Cuba. La
respuesta a este nuevo capítulo ha sido dada en las expresiones de los
intelectuales cubanos. Resulta que tenemos muchos capítulos en nuestra historia
pasada y reciente relacionada con la presencia de intelectuales negros cubanos
en todas las batallas. Haré referencia al Lugarteniente General Antonio Maceo y
Grajales, considerado por nuestro Héroe Nacional, José Martí, por su gran fuerza
en la mente.
Maceo expresó que la única vez que estaría del lado
de las fuerzas españolas, sería para luchar contra Estados Unidos.
Significativa expresión que denota y refuerza su actitud ante el General
Martínez Campos, en Baraguá, quien reconociera su error al pensarlo como un
mulato arriero, sin tener en cuenta su capacidad de pensamiento estratégico
y militar. Una escena de posición evidentemente racista del General Martínez
Campos, que al menos, como enemigo, tuvo la dignidad de reconocer.
No tengo que abundar, entonces, el por qué del sonido de las
piedras que arrastra desde el The
New York Times, El Nuevo Herald.
Nota necesaria: La fotografía donde aparecen la afamada cantante norteamericana Beyonce y su esposo, junto a estudiantes de una escuela de Ballet cubana, demuestra la variedad del mestizaje y el respeto a la diversidad en cualquielesquiera de sus manifestaciones, en Cuba.
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