Foto tomada de la Internet
Sumario: Hace unos días la
secretaria de Estado para Latinoamérica, Roberta Jacobson, declaró que mientras
no haya un cambio político en Cuba, el gobierno de Estados Unidos “no
modificará” su oposición para que la Mayor de las Antillas participe en la
próxima Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en 2015 en Panamá. La reacción
de la Jacobson se produce después del fracaso de la VI edición de estas reuniones
que tuvo lugar en Cartagena de Indias, Colombia.
Hace unos días la
secretaria de Estado para Latinoamérica, Roberta Jacobson, declaró que mientras
no haya un cambio político en Cuba, el gobierno de Estados Unidos “no modificará”
su oposición para que la Mayor de las Antillas participe en la próxima Cumbre
de las Américas, que tendrá lugar en 2015 en Panamá. Tal aseveración demuestra
la impotencia de la Casa Blanca ante el fracaso de la posición anticubana que
llevó al consenso de las naciones latinoamericanas presentes en relación con la
no celebración de estas cumbres sin la participación de Cuba.
O sea, la secretaria
Jacobson olvida que fue Latinoamérica quien levantó la voz para rechazar la
posición unilateral de Estados Unidos, de nada vale el condicionamiento de
Washington a un “cambio político” en la Isla que es igual a exigir la renuncia
de Cuba a su soberanía, independencia y decisión de continuar su proyecto
social (el Socialismo) como lo ha respaldado y determinado nuestro pueblo de manera
democrática y constitucional.
Ahora resulta que la Casa
Blanca pretende hacer una versión, al revés, de lo que ocurrió en Cartagena de
Indias. No basta con el escándalo en que se involucró el personal del servicio
secreto del presidente, ni la fabulosa suma que debieron pagar los
contribuyentes norteamericanos para que el mandatario pudiera ocupar un hotel
con más de 160 habitaciones de lujo. Tampoco de la “escapadita” de la
secretaria de estado, H.Clinton, al reconocido Café Havana. No, y por supuesto,
mucho menos al descalabro de una Cumbre incompleta, mutilada en todos los
sentidos y sin acuerdo de declaración final, debido precisamente a la exclusión
de Cuba. ¿Cómo es posible que ahora sea Washington quien pretenda exigir que se
niegan a participar en la próxima cumbre si Cuba es invitada?
De hecho, en la propia
alusión queda claro que: Estados Unidos sabe, perfectamente, que las naciones
participantes no aceptarán una nueva cumbre sin Cuba. O sea, no habrá tal
reunión. De ahí que traten de dar una vuelta al asunto y colocar la bola a su
favor, una vez más de forma unilateral: Estados Unidos no participa. Sin embargo,
en cualesquiera de las decisiones, no habrá próxima cumbre si la administración
de la Casa Blanca no accede a las consecuentes exigencias de sus vecinos del
Sur.
No obstante, la secretaria
Jacobson, reafirmó la pérfida posición e una audiencia en el subcomité para
Latinoamérica del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, ante
una pregunta del congresista republicano David Rivera.
“Lo que no puedo hacer es
prometer algo en nombre del presidente (Barack Obama), pero puedo decir,
definitivamente, que si nada ha cambiado en Cuba, tampoco cambiará nuestra
posición”, aseguró Jacobson. Por supuesto, Cuba ha cambiado. Lo hace desde
enero de 1959 hasta la fecha. Estados Unidos no ha cedido un ápice en su
política de guerra encubierta contra la Isla y mucho menos de recrudecer el
bloqueo económico a partir de una mayor presión con sus leyes injerencistas y extraterritoriales.
Como si fuera poco la
funcionaria norteamericana agregó que: “Hasta
que no haya un cambio democrático profundo, no creeremos que cumplen las
condiciones para participar. Pero tendremos que enfrentarnos a ello cuando
llegue el momento.”
Pero no le bastó y siguieron
más allá de la pretendida ignorancia de la potencia imperial. La convocatoria
al subcomité para solicitar la propuesta de presupuesto del Departamento de
Estado en el año fiscal 2013, demuestra las intenciones expansionistas del
imperio hacia el Sur. Solicitar la
destinación de 1.650 millones de dólares para Latinoamérica, es toda una farsa.
Puede definirse como una de las mentiras imperiales si tenemos en cuenta que
ese dinero se utiliza no para favorecer la cooperación mutua entre nuestros
países y Estados Unidos, sino para consolidar los intereses de Washington en la
continuidad de su proceso de recolonización de América Latina y el Caribe. No
debemos olvidar la situación desestabilizadora creada a naciones como México,
donde se aplicó el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) que
dio paso (políticas neoliberales por medio) a la creación del Alternativa de
Libre Comercio para las Américas (ALCA) _signadas por la misma voracidad
imperial y como válvula de escape a las crisis capitalistas_, Honduras: repleta
de bases militares, Colombia: donde resulta difícil restaurar un proceso de paz
entre el gobierno y las guerrillas, sin dejar la referencia (en el caso del Caribe)
a las promesas (compromiso) de auxiliar a Haití, luego del devastador terremoto
que derribo pírrica infraestructura económica de esta isla y posibilitó la
presencia del ejército norteamericano como lo haría un buitre, presto a devorar
al agonizante.
LA SOFT-WAR (EN ALUSIÓN A
LA POLÍTICA DE DIPLOMACIA “SUAVE” DEL SEÑOR BARACK)
En ese sentido, el
legislador republicano Connie Mack, presidente del subcomité, criticó que se
hayan asignado menos fondos para “programas de impulso de la democracia” y en
cambio se mantengan iguales los fondos para la Organización de Estados Americanos
(OEA), un organismo que, según dijo, “ha fracasado en su misión”.
Al menos reconoció que la
OEA es una herramienta de coacción e intromisión en los asuntos internos de los
estados miembros, a favor de los intereses de la Casa Blanca. También se puede
inferir la alusión a la USAID, cuando el señor Mack, hace referencia a los
“programas de impulso de la democracia”, algo que pudiera interpretarse (sin
sonrojo) como el dinero para quitar o colocar “gobiernos” en Latinoamérica,
mediante gorilazas o el apoyo a la oposición (oligarquías locales) con todo el
potencial que puede desatarse en la nueva variante de arma: agresiones mediáticas.
De ahí que la Jacobson
defendiera a la obsoleta y cadavérica OEA, al calificarla de: “el mejor foro”
disponible para impulsar la estrategia diplomática multilateral por la que ha
apostado el Gobierno de Obama. (léase política suave defendida por el señor
Obama, durante sus tiempos de tanque pensante en la etapa de profesor en la
Universidad de Columbia, bajo la égida de Zbigniew Kazimierz Brzezinski.
La secretaria de Estado
adjunta (Jacobson) defendió los programas de observación de elecciones y los
informes que realiza la OEA “en ocasiones en entornos muy difíciles”, como el
que publicó recientemente sobre las elecciones generales del pasado noviembre
en Nicaragua. Sin comentarios. Pero una vez más se equivocó al afirmar:
“Creo firmemente que algún
día la OEA tendrá a Cuba como miembro, e integrará así a todos los países del
hemisferio como un vehículo para impulsar la democracia”, aseguró. Por
supuesto, se refiere a una posibilidad que no existe si tiene en cuenta los
profundos cambios que se realizan en la Isla para el la reestructuración de su
economía (asediada por el genocida bloqueo imperial), no de la política que
sigue el pueblo en defensa del Socialismo, la Revolución y bajo la orientación
del Partido Comunista.
Tal como lo hace un buitre,
la Jacobson, no dejó de referirse a Venezuela. Señaló que: “apoyaría rotundamente” el envío de una misión
de observación electoral de la OEA para los comicios generales del próximo
octubre, aunque subrayó que el Gobierno de Hugo Chávez tendría que solicitarla.
¡¡¡¡¿¿¿¿?????!!!!
Para colmo de su paranoia
opinó que: “en su defecto, será muy importante la presencia de equipos de
observación” de los propios venezolanos. Se refiere a la oposición. Claro está.
Para ilustrar tal desliz de
sutil veneno se refirió a los fondos destinados a México y Colombia (en la
propuesta de presupuesto de “ayuda”) al decir que, estos países, tienen cada vez
más “la capacidad de tomar la responsabilidad de sus necesidades de seguridad”.
¡¡¡¿¿¿???!!! Y agregó: “Por ello los
esfuerzos de Estados Unidos en esos dos países (México y Colombia) se centran
ahora en la capacitación de las fuerzas de seguridad, algo que permite enfocar
el grueso de la asistencia militar en Centroamérica y el Caribe, que “sí
necesitan esos fondos”, explicó a EFE.
Un México que ha perdido la
capacidad para salir de las continúas crisis que se agudizan con los problemas
generados por los carteles del narcotráfico y Colombia, donde la presencia de
bases militares norteamericanas, solo crea mayores focos de conflicto en la región.
El gobierno de Estados
Unidos, por fin, a realizado la “declaración final” de una cumbre que no fue
tal. Así lo demuestra en la posición de fuerza que supone el comentario de la
subsecretaria de estado, Jacobson. Algo que pudiera traducirse como sino
estamos nosotros (los norteamericanos) no habrá Cumbre. Entonces, ¿para que las
convocan?
En la foto la expresión de Jacobson no deja lugar para sus comentarios. Es evidente ¿o no?
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