Claudia
Rodríguez
Foto
tomada de la Internet
No se
permite el silencio porque no se ha callado tu voz en la guitarra, en el punteo
armonioso de ese feeling que desgrana dulzura y nostalgia.
Tus
manos, ¡ah tus manos…! Caricia sobre la piel de madera que en sus cuerdas
cantas. Y sé más, no del secreto de tus palabras, ni de tus musas embriagadas
de sol, de mar y de caña. Sé de tus palabras del alma, de aquellas que llevaron
la voz de Patria, martiano hasta tus raíces, cómplice de la acción de Fidel, de
Guevara.
Porque
nunca te vayas, porque siempre te quedas, en las calles llenas de Luz y en los
arpegios del pentagrama.
No te has
ido, ni te vas. Ni te vas, ni te has ido. Te quedas en ese feeling que desgrana
dulzura y nostalgia.