Claudia Rodríguez León
Fotos tomadas de la Internet
Sumario: Más de medio siglo de agresiones de gobiernos
norteamericanos contra Cuba han demostrado la fortaleza de un sistema político
y social que define la soberanía de un país no dispuesto a claudicar ante el
bloqueo impuesto por la Casa Blanca y la nueva estrategia que incluye la guerra
ciberespacial que busca derrotar la Revolución en la Mayor de las Antillas
En la sede del Comando
Ciberespacial de Estados Unidos, basificado en Fort Meade, Maryland, el General
de la fuerza aérea Keith B. Alexander, director de la Agencia Nacional de
Seguridad, posee todas las prerrogativas otorgadas por la Casa Blanca, el
Pentágono y el Congreso para realizar las operaciones que considere necesarias
incluida la vigilancia de las actividades ciberespaciales de millones de
usuarios de la Internet en todo el mundo.
Tal posición coloca a
Washington al frente de una guerra que ya se inició en el ciberespacio y
arrecia sus ataques contra Cuba, al pretender establecer una plataforma de sus
redes satelitales en territorio cubano, a partir del suministro de tecnología a
grupúsculos de mercenarios para replicar las acciones ofensivas contra la
Revolución cubana y crear las bases para la desobediencia civil, teniendo en
cuenta la efectividad del programa “Primavera” llamémosle así, que ha sido
probado con efectividad en Egipto y Libia, por citar dos recientes ejemplos.
Por supuesto, la palabra “primavera”
nos remite a conceptos relacionados más con una cuestión de inteligencia que de
clima. En la historia de la guerra fría podemos citar el caso de la antigua Checoslovaquia
(denominada Primavera de Praga y cuyo análisis ha sido abordado por muchos
especialistas). ¿Por qué, entonces, han fracasado todos los intentos “primaverales”
de Estados Unidos contra Cuba?
El Pentágono, lugar donde se cuecen estrategias para derrocar a la Revolución cubana
La respuesta también ha sido
dada en todos estos años de resistencia del pueblo cubano que ha sido el
protagonista indiscutible de las victorias contra los ataques de Estados Unidos
y su cohesión histórica con el Partido Comunista de Cuba que tiene sus bases
indiscutibles en el Partido Revolucionario Cubano, fundado por José Martí y
Carlos Baliño, como una necesidad para continuar la lucha necesaria para
alcanzar la libertad, soberanía e independencia
de nuestro país.
Es por esta razón que
considero que, el triunfo del Primero de Enero de 1959, fue la primera gran
derrota política de Cuba a Estados Unidos.
La victoria de Girón, resultó la primera gran derrota y victoria
militar, la crisis de octubre, constituyó la mayoría de edad en las decisiones
del naciente Estado revolucionario y derrota táctica que puso en evidencia la
gravedad de los planes hegemónicos imperiales que incluyen el uso de armas
nucleares. Pero no podemos dejar de mencionar la presencia de cubanos en los
movimientos de liberación nacional de naciones africanas que solicitaron el
apoyo de La Habana y menos la firma de los tratados tripartitos que dieron al
traste con el sistema Apartheid y ha sido considerado una victoria estratégica,
táctica, política y militar que demuestra la invulnerabilidad alcanzada por la
Revolución cubana en la defensa de su territorio a partir de la concepción
militar de la guerra de todo el pueblo.
En medio de todos los planes
terroristas de Estados Unidos contra Cuba, pueden ofrecerse muchísimos datos
relacionados con la guerra bacteriológica que permitió introducir,
deliberadamente, agentes patógenos capaces de destruir vidas humanas, animales
y plantas. Los laboratorios de la CIA, no escatimaron recursos para mantener
estos planes terroristas avalados por las diferentes administraciones
norteamericanas.
Los ataques mediáticos han
sido empleados sobre la Mayor de las Antillas con emisiones de radio y
televisión que se intentan consolidar a partir del establecimiento de una red
de mercenarios equipados con equipos de comunicación dotados de la más avanzada
tecnología e introducidos a través de la Oficina de Intereses de los Estados
Unidos en La Habana.
La necesidad de Cuba para
defenderse, requiere de evitar estas acciones terroristas como un derecho para
garantizar la seguridad territorial y de sus ciudadanos. Es por eso que la Casa
Blanca, no aceptó que se realizara un juicio normal a los Cinco Héroes que aún
permanecen prisioneros en cárceles norteamericanas. No excluyo a René porque no
solo le impiden regresar a Cuba, sino que sobre él pesa la amenaza de un
atentado terrorista bajo la componenda de silencio del FBI y la CIA.
El propio abogado de Gerardo Hernández Nordelo, Martin Garbus, considera que el juicio estuvo condicionado por artículos de periodistas pagados por los servicios de inteligencia estadounidenses para crear un estado de opinión desfavorable y satanizado en el proceso judicial. Tal afirmación ha sido demostrada desde el principio de estos juicios.
“Es inconcebible la presión a que fue sometido el jurado y el hecho de que el Gobierno estadounidense pagara a periodistas”, dijo Garbus en la teleconferencia con la prensa local e internacional, al responder a una pregunta relacionada con las posibilidades de la nueva moción presentada la semana pasada ante el tribunal del Distrito Sur de la Florida. En este caso afirmó: “si no tuviéramos éxito con este recurso, estoy completamente seguro de que no es el fin”, aunque reconoció que ciertamente va a ser difícil probar el grado de implicación de esa prensa, la selección del Gobierno y cómo lo hizo. Por supuesto. El gobierno estadounidense no se oculta para proceder a favor de verdaderos terroristas como los autores del crimen de Barbados: Orlando Bosh (ya fallecido) y Luis Clemente Posada Carriles, absuelto y protegido.
El abogado de Gerardo precisó que hay grupos de la comunidad internacional y de los propios Estados Unidos que están solicitando una serie de documentos al Gobierno para probar lo que en realidad sucedió con los reporteros pagados, una evidencia que -añadió- solo muestra la punta del iceberg.
En la foto el general Alexander, como le llaman sus jefes en el Pentágono y la Casa Blanca
El pasado seis de junio, los defensores Martin Garbus y Tom Goldstein presentaron, a través de su abogado local Richard Klugh, una moción basada en el derecho de Gerardo y sus cuatro coacusados de conocer el alcance de la campaña de publicidad negativa financiada por el Gobierno contra ellos, con el objetivo (logrado) de asegurar que fueran declarados culpables. La solicitud de Discovery incluye a 84 individuos vinculados a la cobertura prensa incendiaria relacionada con este caso, siete estaciones de televisión y 13 emisoras de radio.
Una vez más el gobierno de la Casa Blanca negará todo. Sin embargo, el intento de lanzar una ofensiva de guerra ciberespacial contra Cuba, apoyados en los grupúsculos de mercenarios, también ha sido condenada, de antemano, al fracaso.
Bajo esta máscara se pretende establecer un criterio que involucra al pueblo norteamericano en una supuesta ayuda de los contribuyentes para los países que son víctimas de sus planes hegemonistas imperiales. Los cubanos no deseamos ni queremos esta "ayuda".