viernes, 11 de mayo de 2012

El peligro de la histeria terrorista norteamericana



 Claudia Rodríguez León

Fotos tomadas de la Internet

La histeria mediática _ proyectada para la política exterior de la Casa Blanca por los servicios de inteligencia del Pentágono y la CIA_, se generalizó y consolidó con el 11 S, como una de las normas de la guerra imperial contra el mundo. En tal estrategia se fundamenta la esencia de una frase: “una mentira mil veces repetida… se transforma en verdad”, atribuida al general nazi y jefe de propaganda del Tercer Reich, Joseph Goebbels. Por supuesto, tamaña falsedad no podría haber sido considerada posible de no formar parte de la estrategia de desinformación estadounidense y, en consecuencia, seguida por sus aliados de occidente.
Desde entonces a la fecha el mundo se ha estremecido y convulsionado por el horror que provocan las imágenes de los ataques realizados por aeronaves tripuladas o no (drones) contra las poblaciones en Iraq, Afganistán, Pakistán, Libia y otras naciones del Oriente Medio que han sido condenadas al fuego como si se tratase de una versión de una moderna cruzada de la inquisición en su versión imperialista, si tenemos en cuenta el profundo carácter racista que se aplica a los pueblos musulmanes expuestos y condenados por obra y gracia de los nuevos “dioses” en Washington (recuérdese a George W.Bush, cuando afirmaba haber conversado con Dios en los pasillos de la Casa Blanca).
Tantas imágenes _que no han podido ser censuradas o deliberadamente así se exponen_ son difundidas, hasta el morbo, los diarios digitales e impresos en todo el planeta y trascienden con toda su carga letal en la psiquis de millones de personas.
Declaraciones (por sus protagonistas) de soldados invasores en Iraq, dan prueba de su participación en el asesinato de pobladores en aldeas ocupadas, sin discriminar edad ni sexo. Todos son enemigos.

Ahora la referencia llega en la referencia a la detención de una niña de tan sólo 18 meses de edad fue bajada de un avión en un aeropuerto de Florida, al sureste de Estados Unidos, porque el nombre de la infante aparecía en la lista de personas peligrosas que no pueden volar.
Lo peor es que, en las Agencias de noticias internacionales, se reporta que un empleado del Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale-Hollywood se acercó a Riyanna y a sus padres, nacidos en EE.UU. y de ascendencia musulmana, y se les informó que su hija “está incluida en la lista de pasajeros non gratos”.
Para colmo el funcionario declaró, a los padres de la niña, que tal decisión “no tiene nada que ver con usted o su marido”. La prensa indicó que la madre de Riyanna llevaba puesto el hiyab, el tradicional pañuelo islámico que cubre la cabeza de las mujeres musulmanas.
Treinta minutos después del incidente, las autoridades aeroportuarias les permitieron volver a abordar el vuelo, aunque (lógicamente) los padres “estaban demasiado frustrados para volver a sus asientos”.
La familia pidió que la Administración de Seguridad del Transporte (TSA, por su sigla en inglés) se disculpara. Pero aún no han recibido respuestas. Agrego: jamás la recibirán.
También se reporta que, en los últimos dos meses, se han cometido en Estados Unidos varios atropellos contra infantes en nombre de la seguridad. Por ejemplo, en Chicago, un niño de tres años que viajaba en silla de rueda con una pierna enyesada fue registrado por autoridades estadounidenses, mientras que en Kansas una niña de cuatro años fue detenida por abrazar a su abuela mientras esta era requisada.
Recientemente, se descubrió que una niña de seis años también figura en la lista de sospechosos de terrorismo elaborada por Estados Unidos, cuando quería volar junto a sus padres de Cleveland (Ohio) a Minneapolis y se le comunicó que no podía subirse al avión por ser persona “non grata”.
Según las autoridades estadounidenses, estas acciones son medidas de “seguridad” aplicadas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, que dejaron un saldo de dos mil 759 muertos.
Debería el presidente Obama preocuparse, una vez finalizado su mandato, quizá su nombre, con bastante similitud a los utilizados por los islámicos podría ser considerado lo que realmente es: el comandante jefe de un ejército y un estado realmente terrorista.

En la foto (detrás el señor Barack) León Panetta, el nuevo artífice de la guerra imperial, el flamante Goebbels del imperio norteamericano.