sábado, 26 de abril de 2014

Cuba: Razones para celebrar el Primero de Mayo








“Los hechos legítimamente históricos son tales, que cada uno en sí, a más de reflejar en todo la naturaleza humana, refleja especialmente los caracteres de la época y la nación en que se produce; y dejan de ser fecundos, y aun grandiosos, en cuanto se apartan de su nación y de su época”
José Martí.




Foto tomada de Internet
Muchas veces los hechos históricos sirven solo para un reflejo de las cuestiones que obligan a una referencia circunstancial en determinado momento, teniendo en cuenta las necesidades e intereses del individuo, el colectivo o toda la sociedad. El Primero de Mayo tiene una esencia diferente en Cuba, porque no se reclaman derechos para los trabajadores. Se ratifica el compromiso del pueblo a defender sus conquistas. Se condenan las injusticias cometidas contra nuestro país u otras naciones del mundo, se reclama la libertad de tres de los Héroes cubanos que aún permanecen prisioneros en cárceles del imperio.
Por estos días, los continuos y sofisticados ataques mediáticos contra Cuba se arrecian; pero, de ningún modo pueden llevarnos a la confusión que intentan provocar las agencias de inteligencia de Estados Unidos, como el caso del programa ZunZuneo para crear las bases de la confrontación ideológica, teniendo en cuenta las limitaciones económicas provocadas por el criminal bloqueo impuesto a nuestro país. Como diría el Ché: “ni un tantico así…” de ningún modo podemos ceder si tenemos en cuenta la amenaza real de agresión contra nuestro pueblo por acciones encubiertas o directas del imperialismo norteamericano. Tampoco podemos dar bandazos en cuestiones de ningún tipo, ni económicas y mucho menos en el orden político e ideológico que colocaran en peligro la unidad y, en consecuencia, la soberanía e independencia del país.
El pueblo de Cuba se alista para la marcha por el Primero de Mayo, en todas las provincias del país. Es un hecho tradicional que se transmite de generación en generación como un derecho a celebrar las conquistas de una nación soberana, con pleno apoyo del Estado y su Partido político. Un hecho sin precedentes en cualquier otro lugar del mundo, en esta época caracterizada por la aguda crisis provocada por y en las naciones capitalistas (ejemplo el éxodo de jóvenes y profesionales de España, por citar un ejemplo), las guerras imperiales, el terrorismo de estado -generado por los círculos de poder mundial- y la pretensión del gobierno de Estados Unidos para controlar al mundo desde las plataformas ciberespaciales.
Siento orgullo porque la dirección del Partido Comunista de Cuba, está integrada por trabajadores: profesionales de diferentes especialidades que fueron aprobados para ocupar cargos de dirección en los diferentes niveles de Gobierno, Administración Pública, Política y de la Defensa del país.
Así lo refrenda la Constitución de la República de Cuba en su Capítulo I, de los Fundamentos políticos, sociales y económicos del estado. Y cito tres de sus artículos que avalan la condición de dirección política que asume el Partido Comunista en su derecho a ser guía de un pueblo integrado por trabajadores:


Artículo 1o.- Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como República unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana.

Artículo 3o.- En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado. Ese poder es ejercido directamente o por medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que de ellas se derivan, en la forma y según las normas fijadas por la Constitución y las leyes. Todos los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución.

Artículo 5o.- El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista.


Es por eso que podemos celebrar, desde enero de 1959 a la fecha, el Primero de Mayo. Porque no se suplanta, con la dirección del Partido, la proyección de la dirección de la Central de Trabajadores de Cuba, sino que constitucionalmente se apoya y ratifica. Más aún, refuerza las tradiciones de lucha de nuestro pueblo por su independencia y corrobora la validez de la necesidad y creación de un Partido Revolucionario Cubano para garantizar la concreción de los objetivos de nuestras luchas por construir una sociedad con todos y para el bien de todos, por nuestro José Martí.
Esos son los fundamentos que nos hacen y deben hacernos sentir orgullosos de ser cubanos y de la dirección de nuestro Partido. Nadie puede cuestionar ni criticar el por qué el Partido Comunista de Cuba es la esencia de la unidad que ha permitido a nuestro pueblo defender y demostrar, al mundo, que puede ser posible una sociedad donde la equidad no sea una utopía en favor de los derechos y el bienestar de todo el pueblo.
Estamos bajo una guerra real de ideas, una batalla a la cual nos llamó el líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, una estrategia marcada en el pensamiento martiano. Esa es nuestra fuerza, nuestra verdadera fuerza como pueblo.