Por
Claudia Rodríguez
Foto:
tomada de la Internet
Sumario:
La posición asumida por la ultraderecha en Estados Unidos y sus aliados imperiales
preparan el comienzo de una “cruzada” hacia posiciones más radicales para
tratar de impedir el surgimiento de gobiernos populares con la esencia de la
izquierda revolucionaria y socialista en Latinoamérica.
No
contentos con el resultado de las recientes elecciones que demostró el triunfo
del Socialismo en la República Bolivariana de Venezuela, El Nuevo Herald, acusa
el empleo de mecanismos de miedo para colocar bajo ese titular que el “chavismo
empujó a cientos de miles de venezolanos a votar a favor de su candidato presidencial
Nicolás Maduro en las elecciones del 14 de abril, amenazándoles con quitarles
sus empleos y beneficios sociales si se pronunciaban a favor de la oposición”, según
revelan documentos obtenidos por este diario estadounidense en representación
de los círculos del pode y la ultraderecha en la Florida, Miami (los congresistas
Ileana Ross y Lincoln Díaz Balart).
Seguidamente,
expone que los informes muestran “las tácticas de intimidación empleadas por el
gobierno bolivariano para presionar a las personas que dependen económicamente
del Estado, táctica que acentúa las ya extensas dudas sobre si los comicios son
realmente libres en el país petrolero.
Los
documentos también ilustran cómo el gobierno bolivariano hace un uso ilegítimo
de los recursos públicos y el enorme aparato estatal para ganar los comicios,
construyendo un muy desigual campo de juego sobre el cual es extremadamente
difícil competir”.
Lo
publicado por El Nuevo Herald, se corresponde con los ataques mediáticos del
gobierno de Estados Unidos contra la Bolivariana Venezuela. Nada es casual. Primero
apoyaron toda la campaña del opositor Enrique Capriles y ofrecieron una siniestra
versión de los posteriores ataques de la derecha venezolana que dejó un saldo
de nueve muertos, horas después que el Colegio Nacional Electoral (CNE),
ofreciera su irreversible fallo.
Los
reportes de TeleSur, en los cuales se visualizó y escuchó el llamado del Presidente
Nicolás Maduro para mantener la paz y no dejarse provocar no fue tomado en
cuenta en ningún análisis de los diarios estadounidenses. Sin embargo, ahora se
expone el supuesto uso de técnicas de presión para obtener los millones de
votos que dieron la victoria al candidato del Socialismo.
La
comparación no es casual. Se realiza
cuando se acordó una auditoria para el recuento del 45 por ciento de los votos
emitidos después que se examinó el 54 por ciento que produjo el evidente
desenlace a favor de la posición del pueblo venezolano hacia la izquierda. Son
hechos los que condicionaron esta voluntad política y ciudadana de la mayoría
de los electores. Los programas y misiones realizadas desde el inicio del
gobierno del líder de la Revolución Bolivariana, Comandante Hugo Chávez, están
vigentes, con resultados y beneficios en el orden económico y social.
Incluso,
la derecha opositora trató de apropiarse de estos logros y llevó a su campaña
electoral promesas de mantener las misiones y otras conquistas sociales en una
posición favorecida por el control de los principales medios de comunicación (radios,
periódicos, revistas y televisoras, casi todas propiedades de las familias
Capriles Radonski).
Por
supuesto, no pudieron confundir a todo el pueblo. Los hechos sangrientos
protagonizados, horas después, demostraron la visión de los sucesos provocados
por la opositora derecha cuando intentaron el golpe de estado, secuestro y
asesinato del Presidente Constitucional Hugo Chávez.
El
discurso de Capriles no difiere mucho del realizado por Pedro Carmona Estanga,
“Pedro el Breve” que tuvo el apoyo (semanas antes) de la CNN en una transmisión
atípica y especial de la entonces FEDECAMARAS (encargada de los paros que llevaron
al intento de golpe de estado el 11 de abril de 2002) y donde el señor Estanga
ofrecía su versión de un programa para consolidar el patrimonio de PDVSA a
favor de la oligarquía venezolana y en respuesta a los intereses yanquis en la
región.
Fundada en
1944, la Federación de Cámaras y
Asociaciones de Comercio y Producción en Venezuela (FEDECÁMARAS), ejerció su
principal influencia durante el gobierno de Rafael Caldera. Estaba conformada
por todos los sectores económicos del país y la integraban: Comercio y
Servicios, Industria, Construcción, Turismo, Financiero, Seguros, Agrícola,
Pecuario, Minería, Energético, Transporte, Telecomunicaciones y Medios de Comunicación.
Además de las Fedecámaras Regionales que en su conjunto totalizaban 23
organizaciones estatales, en representación, fundamentalmente, del gran capital
nacional (léase oligarquía) y también algunas pequeñas y medianas empresas
(ibidem).
De esta manera actuaba, FEDECAMARAS, como concertadora de las políticas de inversión y desarrollo, siempre en función de los intereses expansionistas imperiales de Washington. De esta manera se condicionaban los gobiernos de turno en Venezuela.
Quizá los sectores de la derecha no quieran recordar ese pasaje (de la intentona de Pedro el Breve) en el cual la oposición empleó técnicas de manipulación mediática, sabotajes y asesinatos. Sin embargo, ahora hacen referencia a supuestos métodos de presión empleados por los electores de Chávez y que según, Antonio De la Cruz (y publicado en El Nuevo Herald), fue perverso el resultado que permitió alcanzar el triunfo del Socialismo en Venezuela.