Foto Tomada de
la Internet
Las recientes declaraciones del mercenario Guillermo Fariñas, a El
Nuevo Herald, demuestra la endeble estructura de la campaña de agresión
mediática contra Cuba, organizada por los círculos de la ultraderecha mafiosa
en la Florida y en contubernio con el gobierno de Estados Unidos.
No se podría asumir de otra forma que evocar el “palo y la zanahoria” a los
cuales se refirió el líder de la Revolución cubana, Comandante en Jefe, Fidel
Castro Ruz, cuando leen expresiones como las referidas
por el mercenario
Guillermo Fariñas, a El Nuevo Herald, un diario que asume el liderazgo de la
agresión mediática contra Cuba, después del fracasado intento de introducir
señales de radio y televisión con mensajes subversivos en la Isla.
Ahora, en la paranoia del absurdo, Fariñas, declara que los “militares
cubanos están estudiando los cambios post-comunistas en Rusia —y agentes de la
Seguridad del Estado están siendo amables con los disidentes— en preparación
para una posible transición en la isla”.
El análisis de esta declaración nos demuestra la tremenda zanahoria que se
ha despachado el apátrida Fariñas. Tanto la jefa de las Damas de Blanco, Bertha
Soler, como la Sánchez, tienen poco que mostrar en su gira de falacias contra
Cuba y que es pagada y promovida por el gobierno en la Casa Blanca.
Debemos tener en cuenta que la mercenaria Soler solicitó al gobierno
bolivariano de Venezuela que no suministrara más petróleo a Cuba. Una petición
que se contradice con las declaraciones de sus representantes en Washington,
los congresistas Ileana Ros Lethinen y Lincoln Díaz-Balart, quienes forman
parte de la coalición interna del gobierno del señor Obama para no reconocer el
triunfo de Socialismo en Venezuela y, archiconocida, posición de mentiras y
agresiones contra Cuba.
No obstante, le toca el turno a Fariñas y El Nuevo Herald, retrocede (un
nuevo escaño) hasta el oscuro depósito de las armas empleadas por el Pentágono.
Así expresa el mercenario en su gira: “Algunos de los oficiales temen un
colapso repentino del sistema comunista y “ellos no quieren que les pase como a
la gente de (Moamar) Gadafi” en Libia”.
Bueno, más bien es el sueño americano de la “fruta madura”, sin embargo,
resultaría más práctico que tuviera en cuenta el concepto de la guerra de todo
el pueblo que fundamenta el sistema de defensa de Cuba, constitucionalmente
descrito, y el Informe Central del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba
(documentos públicos que se encuentran en la Internet) para entender que jamás
se abriría una brecha en el pueblo de Cuba, a favor de Estados Unidos. Ni
siquiera los grupúsculos mercenarios de los cuales forma parte, se han
convertido en mayoría.
Ahora resulta que el mercenario Fariñas asegurar tener “contactos amistosos
con media docena de tenientes coroneles o coroneles porque estudiaron juntos (¿quiénes
estudiaron juntos, con quién estudiaron juntos?, debería aclarar en su
redacción El Nuevo Herald) en escuelas militares”.
El apátrida se apoya en una cadena de mentiras que no vale la pena siquiera
comentar porque, después de Yoany Sánchez y Soler, le ha tocado su turno para
contar un cuento de nunca acabar a los lectores de El nuevo Herald, como
aliciente de compromiso a los dineros que les toma el gobierno norteamericano
para sus trasnochadas campañas contra Cuba.