miércoles, 29 de mayo de 2013

La más grande zanahoria




Claudia Rodríguez
 
Foto Tomada de la Internet

Las recientes declaraciones del mercenario Guillermo Fariñas, a El Nuevo Herald, demuestra la endeble estructura de la campaña de agresión mediática contra Cuba, organizada por los círculos de la ultraderecha mafiosa en la Florida y en contubernio con el gobierno de Estados Unidos.
No se podría asumir de otra forma que evocar el “palo y la zanahoria” a los cuales se refirió el líder de la Revolución cubana, Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, cuando leen expresiones como las referidas
por el mercenario Guillermo Fariñas, a El Nuevo Herald, un diario que asume el liderazgo de la agresión mediática contra Cuba, después del fracasado intento de introducir señales de radio y televisión con mensajes subversivos en la Isla.
Ahora, en la paranoia del absurdo, Fariñas, declara que los “militares cubanos están estudiando los cambios post-comunistas en Rusia —y agentes de la Seguridad del Estado están siendo amables con los disidentes— en preparación para una posible transición en la isla”. 
El análisis de esta declaración nos demuestra la tremenda zanahoria que se ha despachado el apátrida Fariñas. Tanto la jefa de las Damas de Blanco, Bertha Soler, como la Sánchez, tienen poco que mostrar en su gira de falacias contra Cuba y que es pagada y promovida por el gobierno en la Casa Blanca. 
Debemos tener en cuenta que la mercenaria Soler solicitó al gobierno bolivariano de Venezuela que no suministrara más petróleo a Cuba. Una petición que se contradice con las declaraciones de sus representantes en Washington, los congresistas Ileana Ros Lethinen y Lincoln Díaz-Balart, quienes forman parte de la coalición interna del gobierno del señor Obama para no reconocer el triunfo de Socialismo en Venezuela y, archiconocida, posición de mentiras y agresiones contra Cuba.
No obstante, le toca el turno a Fariñas y El Nuevo Herald, retrocede (un nuevo escaño) hasta el oscuro depósito de las armas empleadas por el Pentágono. Así expresa el mercenario en su gira: “Algunos de los oficiales temen un colapso repentino del sistema comunista y “ellos no quieren que les pase como a la gente de (Moamar) Gadafi” en Libia”.
Bueno, más bien es el sueño americano de la “fruta madura”, sin embargo, resultaría más práctico que tuviera en cuenta el concepto de la guerra de todo el pueblo que fundamenta el sistema de defensa de Cuba, constitucionalmente descrito, y el Informe Central del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (documentos públicos que se encuentran en la Internet) para entender que jamás se abriría una brecha en el pueblo de Cuba, a favor de Estados Unidos. Ni siquiera los grupúsculos mercenarios de los cuales forma parte, se han convertido en mayoría.
Ahora resulta que el mercenario Fariñas asegurar tener “contactos amistosos con media docena de tenientes coroneles o coroneles porque estudiaron juntos (¿quiénes estudiaron juntos, con quién estudiaron juntos?, debería aclarar en su redacción El Nuevo Herald) en escuelas militares”.  
El apátrida se apoya en una cadena de mentiras que no vale la pena siquiera comentar porque, después de Yoany Sánchez y Soler, le ha tocado su turno para contar un cuento de nunca acabar a los lectores de El nuevo Herald, como aliciente de compromiso a los dineros que les toma el gobierno norteamericano para sus trasnochadas campañas contra Cuba.