miércoles, 7 de noviembre de 2012

Recesa el mayor Casino de Estados Unidos

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Claudia Rodríguez León

Foto tomada de la Internet

Sumario: Después de la victoria electoral y reelección del presidente Obama, concluye uno de los mayores espectáculos en los Estados Unidos: ¿Quién será el nuevo presidente? Pudiera llamarse a este reality show que deja un sabor de inapetencia incontenible en millones de norteamericanos y cierra un capítulo del cual pudiera sacarse una sabia conclusión: los más republicanos en USA son los demócratas.


El resultado de la reciente victoria electoral del presidente Obama está contemplado en la tendencia de la política norteamericana a mantener el puesto por ocho años a los mandatarios que más hacen por impulsar el desarrollo del Complejo Militar Industrial en función de los intereses hegemónicos e imperiales de Washington. En este sentido, el señor Obama ha demostrado una depurada raíz conspirativa contra la Paz (recuérdese el vinculo de sus progenitores con la CIA y la USAID) que lo coloca en el candidato número uno para mantener el curso de la guerra en el Oriente Medio, a favor de la expansión norteamericana por el control de los recursos económicos de todo el mundo.
De manera que el sueño americano de millones de latinos que creyeron en el “color” del presidente como una carta de cambio se convertirá en otros cuatro años de pesadilla porque ni siquiera en su discurso la palabra “cambio” estuvo presente. Ahora, el engaño, se escurre en un análisis de la cuestión migratoria que debiera determinar el estatus de millones de latinos residentes en los estados de la Unión, pero que _salvo el caso de las leyes extraterritoriales que solo favorecen a los cubanos (pies secos y mojados) alentados a salir ilegalmente del país_ mantiene en la expectativa a quienes esperan ser considerados ciudadanos norteamericanos. Por supuesto, la mención a Cuba no modifica (en ningún aspecto) un cambio de la posición belicista asumida por todas las administraciones norteamericanas hasta la fecha, incluso el incumplimiento (por la Casa Blanca) de los acuerdos migratorios con la Isla.
Claro está, la congresista Ileana Ros-Lehtinen, no dirá una palabra por estos días. Al menos hasta que baje la marea y ofrezca sus argumentos (por supuesto, si la volviera a llamar por teléfono) a quien calificó (al presidente Barack) de incompetente en su gestión administrativa con respecto a establecer una mano férrea sobre las naciones de Latinoamérica, teniendo en cuenta la victoria de las revoluciones populares de marcado acento socialista que se observan en Venezuela, Bolivia y Ecuador, por ejemplo; así como la soberana posición de los estados del Caribe y el resto de América Latina (con sus excepciones golpistas: Honduras y Uruguay). Especialmente contra las naciones que decidieron compartir su destino a partir de la necesidad de establecer una alianza (ALBA y CELAC) que represente los verdaderos intereses económicos, culturales, sociales y políticos a las naciones de la región.
Sin embargo, no queda duda alguna al respecto de las posibilidades de un Congreso mayoritariamente de republicanos y cuyas primeras recomendaciones o proyecciones será la de boicotear cada gestión del señor Barack, si este (algo muy difícil) no sigue el curso del guión que lleva a los Estados Unidos a una guerra por el control económico y financiero del mundo.
De modo que el reality Show presidencial ha terminado y las apuestas (si todavía algún ingenuo cree en estas elecciones) toma su voto para lanzarlo sobre el tamiz de una mesa en la cual solo pueden ver las jugadas los que mueven los hilos desde los círculos del poder imperial.
Los republicanos alcanzaron los 218 escaños necesarios para obtener la mayoría antes de que finalizara el recuento de los votos entre (¿dos partidos?) candidatos con una agenda común: proteger los intereses de los ricos.