jueves, 26 de abril de 2012

De la perfidia a la ignorancia



Claudia Rodríguez León

Foto tomada de la Internet

Sumario: Hace unos días la secretaria de Estado para Latinoamérica, Roberta Jacobson, declaró que mientras no haya un cambio político en Cuba, el gobierno de Estados Unidos “no modificará” su oposición para que la Mayor de las Antillas participe en la próxima Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en 2015 en Panamá. La reacción de la Jacobson se produce después del fracaso de la VI edición de estas reuniones que tuvo lugar en Cartagena de Indias, Colombia.

Hace unos días la secretaria de Estado para Latinoamérica, Roberta Jacobson, declaró que mientras no haya un cambio político en Cuba, el gobierno de Estados Unidos “no modificará” su oposición para que la Mayor de las Antillas participe en la próxima Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en 2015 en Panamá. Tal aseveración demuestra la impotencia de la Casa Blanca ante el fracaso de la posición anticubana que llevó al consenso de las naciones latinoamericanas presentes en relación con la no celebración de estas cumbres sin la participación de Cuba.
O sea, la secretaria Jacobson olvida que fue Latinoamérica quien levantó la voz para rechazar la posición unilateral de Estados Unidos, de nada vale el condicionamiento de Washington a un “cambio político” en la Isla que es igual a exigir la renuncia de Cuba a su soberanía, independencia y decisión de continuar su proyecto social (el Socialismo) como lo ha respaldado y determinado nuestro pueblo de manera democrática y constitucional.
Ahora resulta que la Casa Blanca pretende hacer una versión, al revés, de lo que ocurrió en Cartagena de Indias. No basta con el escándalo en que se involucró el personal del servicio secreto del presidente, ni la fabulosa suma que debieron pagar los contribuyentes norteamericanos para que el mandatario pudiera ocupar un hotel con más de 160 habitaciones de lujo. Tampoco de la “escapadita” de la secretaria de estado, H.Clinton, al reconocido Café Havana. No, y por supuesto, mucho menos al descalabro de una Cumbre incompleta, mutilada en todos los sentidos y sin acuerdo de declaración final, debido precisamente a la exclusión de Cuba. ¿Cómo es posible que ahora sea Washington quien pretenda exigir que se niegan a participar en la próxima cumbre si Cuba es invitada?
De hecho, en la propia alusión queda claro que: Estados Unidos sabe, perfectamente, que las naciones participantes no aceptarán una nueva cumbre sin Cuba. O sea, no habrá tal reunión. De ahí que traten de dar una vuelta al asunto y colocar la bola a su favor, una vez más de forma unilateral: Estados Unidos no participa. Sin embargo, en cualesquiera de las decisiones, no habrá próxima cumbre si la administración de la Casa Blanca no accede a las consecuentes exigencias de sus vecinos del Sur.
No obstante, la secretaria Jacobson, reafirmó la pérfida posición e una audiencia en el subcomité para Latinoamérica del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, ante una pregunta del congresista republicano David Rivera.
“Lo que no puedo hacer es prometer algo en nombre del presidente (Barack Obama), pero puedo decir, definitivamente, que si nada ha cambiado en Cuba, tampoco cambiará nuestra posición”, aseguró Jacobson. Por supuesto, Cuba ha cambiado. Lo hace desde enero de 1959 hasta la fecha. Estados Unidos no ha cedido un ápice en su política de guerra encubierta contra la Isla y mucho menos de recrudecer el bloqueo económico a partir de una mayor presión con sus leyes injerencistas y extraterritoriales.
Como si fuera poco la funcionaria norteamericana agregó que:  “Hasta que no haya un cambio democrático profundo, no creeremos que cumplen las condiciones para participar. Pero tendremos que enfrentarnos a ello cuando llegue el momento.”
Pero no le bastó y siguieron más allá de la pretendida ignorancia de la potencia imperial. La convocatoria al subcomité para solicitar la propuesta de presupuesto del Departamento de Estado en el año fiscal 2013, demuestra las intenciones expansionistas del imperio hacia el Sur.  Solicitar la destinación de 1.650 millones de dólares para Latinoamérica, es toda una farsa. Puede definirse como una de las mentiras imperiales si tenemos en cuenta que ese dinero se utiliza no para favorecer la cooperación mutua entre nuestros países y Estados Unidos, sino para consolidar los intereses de Washington en la continuidad de su proceso de recolonización de América Latina y el Caribe. No debemos olvidar la situación desestabilizadora creada a naciones como México, donde se aplicó el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) que dio paso (políticas neoliberales por medio) a la creación del Alternativa de Libre Comercio para las Américas (ALCA) _signadas por la misma voracidad imperial y como válvula de escape a las crisis capitalistas_, Honduras: repleta de bases militares, Colombia: donde resulta difícil restaurar un proceso de paz entre el gobierno y las guerrillas, sin dejar la referencia (en el caso del Caribe) a las promesas (compromiso) de auxiliar a Haití, luego del devastador terremoto que derribo pírrica infraestructura económica de esta isla y posibilitó la presencia del ejército norteamericano como lo haría un buitre, presto a devorar al agonizante. 

LA SOFT-WAR (EN ALUSIÓN A LA POLÍTICA DE DIPLOMACIA “SUAVE” DEL SEÑOR BARACK)

En ese sentido, el legislador republicano Connie Mack, presidente del subcomité, criticó que se hayan asignado menos fondos para “programas de impulso de la democracia” y en cambio se mantengan iguales los fondos para la Organización de Estados Americanos (OEA), un organismo que, según dijo, “ha fracasado en su misión”.
Al menos reconoció que la OEA es una herramienta de coacción e intromisión en los asuntos internos de los estados miembros, a favor de los intereses de la Casa Blanca. También se puede inferir la alusión a la USAID, cuando el señor Mack, hace referencia a los “programas de impulso de la democracia”, algo que pudiera interpretarse (sin sonrojo) como el dinero para quitar o colocar “gobiernos” en Latinoamérica, mediante gorilazas o el apoyo a la oposición (oligarquías locales) con todo el potencial que puede desatarse en la nueva variante de arma: agresiones mediáticas.
De ahí que la Jacobson defendiera a la obsoleta y cadavérica OEA, al calificarla de: “el mejor foro” disponible para impulsar la estrategia diplomática multilateral por la que ha apostado el Gobierno de Obama. (léase política suave defendida por el señor Obama, durante sus tiempos de tanque pensante en la etapa de profesor en la Universidad de Columbia, bajo la égida de Zbigniew Kazimierz Brzezinski.
La secretaria de Estado adjunta (Jacobson) defendió los programas de observación de elecciones y los informes que realiza la OEA “en ocasiones en entornos muy difíciles”, como el que publicó recientemente sobre las elecciones generales del pasado noviembre en Nicaragua. Sin comentarios. Pero una vez más se equivocó al afirmar:
“Creo firmemente que algún día la OEA tendrá a Cuba como miembro, e integrará así a todos los países del hemisferio como un vehículo para impulsar la democracia”, aseguró. Por supuesto, se refiere a una posibilidad que no existe si tiene en cuenta los profundos cambios que se realizan en la Isla para el la reestructuración de su economía (asediada por el genocida bloqueo imperial), no de la política que sigue el pueblo en defensa del Socialismo, la Revolución y bajo la orientación del Partido Comunista.
Tal como lo hace un buitre, la Jacobson, no dejó de referirse a Venezuela. Señaló que:  “apoyaría rotundamente” el envío de una misión de observación electoral de la OEA para los comicios generales del próximo octubre, aunque subrayó que el Gobierno de Hugo Chávez tendría que solicitarla. ¡¡¡¡¿¿¿¿?????!!!!
Para colmo de su paranoia opinó que: “en su defecto, será muy importante la presencia de equipos de observación” de los propios venezolanos. Se refiere a la oposición. Claro está.
Para ilustrar tal desliz de sutil veneno se refirió a los fondos destinados a México y Colombia (en la propuesta de presupuesto de “ayuda”) al decir que, estos países, tienen cada vez más “la capacidad de tomar la responsabilidad de sus necesidades de seguridad”. ¡¡¡¿¿¿???!!!  Y agregó: “Por ello los esfuerzos de Estados Unidos en esos dos países (México y Colombia) se centran ahora en la capacitación de las fuerzas de seguridad, algo que permite enfocar el grueso de la asistencia militar en Centroamérica y el Caribe, que “sí necesitan esos fondos”, explicó a EFE.
Un México que ha perdido la capacidad para salir de las continúas crisis que se agudizan con los problemas generados por los carteles del narcotráfico y Colombia, donde la presencia de bases militares norteamericanas, solo crea mayores focos de conflicto en la región.
El gobierno de Estados Unidos, por fin, a realizado la “declaración final” de una cumbre que no fue tal. Así lo demuestra en la posición de fuerza que supone el comentario de la subsecretaria de estado, Jacobson. Algo que pudiera traducirse como sino estamos nosotros (los norteamericanos) no habrá Cumbre. Entonces, ¿para que las convocan?

En la foto la expresión de Jacobson no deja lugar para sus comentarios. Es evidente ¿o no?