miércoles, 14 de noviembre de 2012

The crappy dreams and… “our policy remains in place”



Claudia Rodríguez León

Foto tomada de Cubadebate

Sumario: El gobierno del presidente Barack, prepara su ofensiva imperial y recurre al doble discurso para mantener tranquilos a quienes le eligieron para un segundo mandato y, aún, creen el sueño de cambio (su frase electoral en la primera campaña) para enfrentar la enorme crisis económica y financiera mundial, generada por la voracidad imperial que comparte con sus aliados.


Quienes se tragaron la píldora de un cambio en la política exterior de Estados Unidos _a partir de la reelección del presidente Obama_, tendrán que esperar otros cuatro años en medio de la peor crisis que tiene la dimensión de un tsunami de graves consecuencias económicas y financieras a escala mundial.
Según publica el sitio digital Cubadebate, en la rutina de preguntas y respuestas de las conferencias que el Departamento de Estado de EE.UU. ofrece habitualmente a la prensa radicada en Washington, se tornó dramáticamente interesante ayer, cuando el periodista Matthew Lee le preguntó insistentemente al portavoz gubernamental, Mark Toner, si Washington iba a escuchar el reclamo mundial contra la política de bloqueo que Estados Unidos sostiene contra Cuba desde hace cincuenta años.
Matthew Lee, de la agencia Associated Press (AP), preguntó cuándo el gobierno estadounidense iba a comprender que el resto del mundo veía al bloqueo como una muy mala política (Lee utilizó el adjetivo “crappy”, que tiene una implicación despectiva y se puede traducir como “de porquería”, si utilizamos un término elegante).
Como un robot, el portavoz Toner repitió, en tres ocasiones y en menos de dos minutos, que la política hacia Cuba permanecería igual y no iba a cambiar. (”Our policy remains in place”).
A pesar de la insistencia del reportero Lee, recordando el abrumador voto internacional contra el bloqueo, el vocero no dio más argumentos y pasó la página.
La indiferencia del Departamento de Estado de EE.UU. es un balde de agua fría para quienes esperaban un giro en la política exterior norteamericana después de la reelección de Barack Obama.
Al menos hasta ahora.
Lo mismo pienso yo. Solo que el gobierno y la prensa norteamericanos pretenden manipular al resto del mundo con sus ataques mediáticos y silenciar el derecho de opinión de los propios ciudadanos norteamericanos con respecto a un tema que urge por la relación histórica de los pueblos de Cuba y Norteamérica. En mi caso ofrezco excusas por la combinación del título de este trabajo que no pretende obtener una traducción exacta del inglés, sino toda la intención que se complementa en la combinación de esas palabras.