jueves, 10 de abril de 2014

Estados Unidos: La guerra de quinta generación es un hecho contra Cuba y Venezuela







Ilustración tomada de la Internet






Desde su arribo al poder, el presidente Barack Obama, perfiló su estrategia para retomar la hegemonía de Estados Unidos en Latinoamérica, a partir del uso de ataques concebidos en un programa de inteligencia militar que incluye las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones: léase Comando Ciberespacial, en colaboración con las diferentes agencias de inteligencia disponibles por Washington y el fortalecimiento del Comando Sur, todo un ejército en condiciones de realizar y mantener las acciones en la llamada guerra de cuarta o quinta generación que se aplica contra Cuba y Venezuela.

Dos décadas atrás, esas operaciones subversivas formaban parte de la aun sostenida guerra fría y fueron denominadas “primaveras” (un renacer) que provocaron disturbios y caídas de gobiernos en otras latitudes: naciones del antiguo campo socialista (Checoslovaquia, Polonia, Hungría, entre otras) y en el Oriente medio. Incluso fue utilizada en la República de China. Más reciente, en Ucrania.
En el caso de Cuba, muchas de estas variantes de agresión mediática y directa han sido ejecutadas y sostenidas _como parte de un programa de guerra (ya no encubierta) contra Cuba_ durante más de medio siglo, a través de emisiones de radio y televisión con mensajes que alientan al descontento, la violencia y la desobediencia civil; sin excluir los ataques biológicos _que han provocado miles de pérdidas humanas y millonarios daños materiales a la economía de la Mayor de las Antillas_, planes de magnicidio, bombardeos de napalm contra instalaciones industriales y áreas de cultivo de caña, hasta la invasión directa por Playa Girón que fue rechazada y convertida en la primera derrota del imperialismo en América Latina.
Recientemente la USAID fue colocada en la palestra pública internacional después del sonado fracaso del Zunzuneo: una red concebida para lanzar mensajes subversivos, a través de los celulares de clientes cubanos y cuyo costo fue, evidentemente financiado por los servicios de inteligencia norteamericanos (CIA), con el consiguiente daño a los servicios de la empresa de comunicaciones de la Isla, ETECSA, y a sus clientes.
Por estos días, los reportes del “vocero de la contrarrevolución en América Latina”, El Nuevo Herald, continúa su labor de subversión mediática al pretender colocar como víctima al señor Henrique Capriles, como una forma de desvirtuar el proceso de diálogo asumido por el Presidente Nicolás Maduro, e interferir (boicotear con propaganda subversiva) un gesto de buena voluntad del Gobierno Bolivariano de Venezuela, para lograr el fin de la violencia provocada por sectores ultraderechistas de la oligarquía venezolana con el apoyo de Washington.
En mi criterio me niego a denominarlos como oposición, teniendo en cuenta los criterios vertidos por nacionales venezolanos, incluso personalidades públicas que tienen ideas contrarias al gobierno constitucional, pero condenan las acciones vandálicas y guarimbas porque no se ajustan al proceso de construcción pacífica de la nación bolivariana.
Sin medias tintas, El Nuevo Herald, expone una versión distorsionada de la realidad en el país sudamericano, al referirse a las muertes provocadas por las hordas fascistoides que han reclutado a delincuentes para realizar las guarimbas, como víctimas de la represión gubernamental. Totalmente incierto, a pesar de las pruebas presentadas por el ministerio del interior de ese país y que prueban la presencia logística de Estados Unidos.
Ahora sostienen que: “Maduro no va a poder superar la crisis con ese diálogo (con la oposición) Por lo pronto, lo que podría ganar es una especie de tregua espontánea, de respiro que no pasa de 48 horas”.
Estados Unidos sigue moviendo sus marionetas: regresan a Capriles, después del descalabro de López (a quien intentaron ejecutar para cargar su muerte al gobierno venezolano) y de la ex diputada Machado, quien sufrió un ejemplar revés en su intentona por mediatizar al Senado de Brasil con un supuesto video evidencia que resultó un grosero misil mediático para socavar la opinión pública internacional. Allí, para recibir al señor Capriles, todos los medios de la nueva guerra ciberespacial, entre ellos NTN 24, un canal cuya labor de zapa, fue abiertamente demostrada, hace poco más de un mes, a través de un matutino que puso al descubierto la colaboración de otra agencia al servicios de inteligencia de Europa y de la CIA: Reporteros sin fronteras.
Hablan de horas, pues, y ponen tiempo y citan a supuestos expertos cuya miopía política se corresponde a los intereses expansionistas de Washington en Latinoamérica. 
La guerra de quinta generación, sostenida por el gobierno de Estados Unidos, es un hecho real contra Cuba y Venezuela, cuyos gobiernos han sostenido (en el caso de Cuba desde 1959) una fuerte resistencia y determinación a la no injerencia norteamericana (y de ningún otro país) y al sostenimiento de su autodeterminación para mantener la soberanía e independencia. 

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