lunes, 16 de abril de 2012

¿Quién le pone el cascabel a la Clinton?


Claudia Rodríguez León

Fotos tomadas de Cubadebate y de la Internet

Sumario: Recientemente el manager de los Marlins Ozzie Guillén fue el conejillo de indias (hace unos días) cuando fue sancionado por la extrema derecha ultracontrarrevolucionaria de Miami por haber realizado declaraciones favorables al líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.  La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, se safó del protocolo y se bue a buscar música cubana durante la madrugada del domingo en el Café Havana, un bar de Cartagena conocido por su música cubana.



Recientemente el manager de los Marlins Ozzie Guillén fue el conejillo de indias (hace unos días) cuando fue sancionado por la extrema derecha ultracontrarrevolucionaria de Miami por haber realizado declaraciones favorables al líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.
Ozzie, visiblemente compungido por la presión mediática y las amenazas que terminaron en sanciones declaró: "Hoy 10 de abril, es la última vez que esta persona habla de política. Ojalá que este desagradable momento me haya enseñado. He aprendido a no meterme en lo que no conozco".
Los propios medios de prensa declaran que no deja de sorprender la fuerza huracanada de la tormenta desatada en Miami por el pronunciamiento del manager de los Marlins en relación con Fidel. Incluso, para vapulearlo mas, advierten que lo hace todo el tiempo (este tipo de faltas) y en forma desenfrenada. En una entrevista con CBS Sports confiesa que se emborracha tras los juegos fuera de casa de su equipo.
El revuelo se produjo cuando el dirigente de los Marlins declaró a un reportero de la revista Time que adora a Castro y que respeta la capacidad que tuvo para mantenerse tanto tiempo como el gobernante de Cuba. Los Marlins decidieron suspender a Guillén por cinco juegos. David Samson, el presidente del club, indicó que el salario correspondiente será donado a activistas pro derechos humanos en Miami.
Por su parte, Guillén tuvo que dejar una gira del equipo en Filadelfia y viajar de vuelta a Miami para ofrecer su mea culpa en una rueda de prensa en el Marlins Park, que duró una hora y que fue cubierta por un centenar de reporteros, fotógrafos y camarógrafos. Mientras, un grupo de manifestantes expresó su indignación coreando consignas en contra de un piloto que ni siquiera ha cumplido una semana de temporada regular al frente de los Marlins. Gritaban: "Guillén vete para Cuba a dirigir el team (equipo) de Cuba por $25 al mes", decía uno de los carteles desplegados por los manifestantes.
En su comparecencia del martes, Guillén se mostró profundamente arrepentido, claramente consciente y aturdido por la controversia: "Fue un error personal de la cosa que yo tenía en mi mente y lo que dije", señaló a modo de explicación. "Lo que quería decir en español lo dije mal en inglés".
Sin embargo, ¿quién le pone el cascabel a Hillary?
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, se safó del protocolo y se bue a buscar música cubana durante la madrugada del domingo en el Café Havana, un bar de Cartagena conocido por su música cubana, tras un día de encuentros diplomáticos enmarcados en la Cumbre de las Américas. ¡Increíble! Nada de golpes mediáticos. La prensa norteamericana celebró la “gracia”. Hago un aparte para recordar que el señor Obama, quizá prefirió no ponerse la guayabera para no ser multado por utilizar una prenda nacional de Cuba.
No obstante, la Clinton tomó cerveza a “pico de botella” como decimos los de la Mayor de las Antillas. Por supuesto, acompañada por un fuerte dispositivo de seguridad, se puso a bailar con un grupo de sus asesoras, en un lugar que tiene el nombre de la capital del país que fue excluido por el veto unilateral de Washington en la VI Cumbre de las Américas, celebrada en Cartagena de Indias, Colombia.
“Ella se veía como que estuviera pasando un buen momento”, dijo una persona que vio a Clinton en el bar y que pidió no ser identificada. Y, Ozzie Guillén, ha sido multado por declarar su reconocimiento al líder de la Revolución cubana.
No exagero el hecho de que la secretaria de estado norteamericana baile y tome cerveza, es su derecho; aunque es el propio gobierno de su país (y también ella, no podemos olvidar sus declaraciones contra Cuba) quien ha politizado esa confrontación absurda que se apoya en un férreo bloqueo y la persecución de todo aquel que se fume hasta un habano de procedencia cubana. Entonces, me pregunto: ¿Quién multará a la Clinton o la sancionará por bailar música cubana en un lugar llamado Café Havana?

A pico de botella, la Clinton
se destapa en la gozadera
 a ritmo de la música cubana
recatada y protegida
 en el café Havana, en Cartagena
mientras Ozzie, llora sus penas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sus opiniones serán el punto de partida para nuevos artículos. Agradeciendo la diversidad de criterios y los puntos de vista convergentes o divergentes en relación con los temas abordados o sugeridos por los lectores de este blog.